No-Land Trio: “España no es consciente de que haya jazz en su territorio”
Un alavés, un cordobés y un alicantino que se encuentran en dos semilleros, el Musikene donostiarra y el parisino Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza, y acaban grabando dos discos, No Land Trio (Orrua, 2019) y Irudiak (Errabal, 2021). Aunque pueda parecer una broma, lo que hay detrás de No-Land Trio, el proyecto que comparten el batería Aitor Bravo, el pianista Jorge Fernández y el contrabajista Juanma Domínguez, es un asunto serio.
Y queda claro cuando uno escucha su último disco, recién salido, y que confirma todas las sensaciones que sugería su predecesor y amplí el universo creado con nuevos matices y colores. Algo perceptible incluso en las portadas: el primero era verde y muy vivo, mientras que Irudiak es azul y gris, del color del blues y la melancolía. Claro que entre uno y otro han pasado dos años y una pandemia.
En cambio, se mantienen intactas las señas de identidad del trio: jazz profundo, intrincado y con una gravedad compositiva e interpretativa muy importante. Y, a pesar de ello, sigue siendo uno de esos trabajos de jazz que se pueden recomendar sin que le arruines la tarde al profano. En parte, por la sencillez y la honestidad de una propuesta que se vuelve más flamenca versionando Stella by Starlight, que cuando deshacen la partitura de una Nana de Sevilla. Sobre esta y otras cosas, nos cuenta su versión de los hechos el cordobés Juanma Domínguez, ahora afincado en Sevilla.
PREGUNTA. Este disco pudiera parecer una continuación del primero, aunque nada más lejos de la realidad. ¿Qué deuda estética tiene Irudiak con su predecesor?
RESPUESTA. Todas. Irudiak es una parada más en el mismo camino que comenzamos con nuestro primer trabajo. Seguimos proponiéndonos cosas mutuamente para darnos distintas visiones de una idea. No hay un ánimo activo de ofrecer algo nuevo, tampoco de no ofrecerlo. Simplemente lanzamos propuestas y nos ayudamos entre nosotros a contrastarlas, completarlas o reinterpretarlas.
P. ¿Y a nivel técnico? ¿Qué habéis notado como proyecto en esta segunda grabación?
R. Como músicos y artistas en general, cada día seguimos estudiando e investigando. Entendemos que debe haber una evolución técnica como instrumentistas, pero no es algo que nosotros notemos de manera muy evidente ya que es trabajo de diario. Como grupo, ya veníamos de hacer trabajo de fondo desde que nos conocimos, además de continuar cohesionando la banda hemos incorporado nuevas maneras de trabajar o plantear la música... Al final, han pasado dos años entre No-Land e Irudiak. Dos años en los cuales yo he pasado uno fuera de España, han cambiado cosas en nuestras vidas personales, ha aparecido una pandemia mundial que nos ha desorientado a todos... De hecho es muy probable que todo esto ha moldeado más al proyecto que la mera técnica.
P. El título plantea las composiciones como un lienzo en blanco o como la retina de una cámara. ¿Habéis trabajado el componente cinemático en este trabajo?
R. El componente cinemático siempre esta ahí. Especialmente al concebir la obra como un todo. Es curioso que partiendo de cortes que no tienen relación entre sí, al final siempre intentamos darles un sentido, no como muestras individuales, si no como obra completa. Hay unas temáticas estéticas bastante claras y otras conceptuales más subyacentes. Pero todas están ordenadas como una historia de principio a fin. Y eso sí es intencionado.
P. El disco tiene una intrahistoria pictórica, de hecho, ¿no? Tanto el primer como el segundo disco cuentan con una serie de óleos hechos no sé si bajo su influjo.
R. Diría que No-Land Trio, como proyecto, tiene una intrahistoria pictórica. Y sí, es justamente así. Seguimos colaborando con Laura Aguilar en la parte plástica del proyecto y eso no solo implica hacer un diseño y dar el visto bueno. Si no que acostumbra a sumergirse en él. Ella siempre intenta ser muy consciente de la música a la que está poniendo imagen. Analiza, pregunta, propone y nos hace participes de la parte pictórica. Detrás de la serie de grabados que se hicieron para estas portadas hay horas de conversaciones e intercambio sobre cómo vemos y oímos esta música. De hecho, cristalizamos esto en una iniciativa de concierto-conferencia en las jornadas Z de Montalbán de Córdoba. Tenemos que agradecerles que nos dejaran divagar allí sobre nuestra pedrada particular.
P. La profundidad sonora de la que hace gala el disco en algunos pasajes ha hecho que, en ocasiones, parezca que sois más que un trio los que están detrás. ¿Habéis grabado en una toma o el disco tiene trabajo de edición posterior?
R. En general no somos muy amigos de la edición. Somos partidarios del jazz sin muchos artificios, improvisación y tal, lo que hay es lo que hay. Creo que los músicos damos muchas vueltas a esta cosa de la edición cuando la realidad es que el margen en el que puedes tocar mejor o peor debido a las circunstancias es más bien pequeño. Puedes tener el día o no, pero no te va a cambiar la vida. Normalmente hacemos dos o tres tomas de cada tema y elegimos lo que nos gusta más. Aunque sí que nos hemos permitido esta vez experimentar un poco, grabar partes sueltas, añadir una voz a posteriori, pero más bien porque hemos decidido parte del repertorio el día anterior. Y, cuando digo decidido, me refiero a tocado, montado y probado por primera vez el día anterior... No sé si esto habla bien o mal de nosotros... Eso sí, nos lo pasamos bien.
En general no somos muy amigos de la edición. Somos partidarios del jazz sin muchos artificios
P. En el disco volvéis a sugerir la comunión con el flamenco, aunque, igual que ocurrió en el primero, más como un primo que viene de visita que tirándoos a la piscina de la fusión.
R. Sí, casi más bien por el factor cultural que el musical. Lo poco que pudiera haber de flamenco aquí es una cuestión de ADN. No recuerdo muy bien quien me hizo una comparación entre Lorca y Cole Porter. Partiendo de ahí, y en la línea de versionar dos standards, en esta ocasión decidimos versionar uno de quién es, muy probablemente, el letrista más icónico de la cultura flamenca. Para mí, particularmente, me llega mucho más la Nana de Sevilla que cualquier standard, por mucho que me guste. Por lo personal, familiar y cultural. En cualquier caso, es lo de siempre, esto sale sin premeditación. De hecho, la contrapartida a la Nana de Sevilla, el pequeño arreglo de Stella by starlight es el primer tema que montamos como trio. Qué cosa, en compás de bulería, porque se nos ocurrió tocarlo así.
P. ¿Habéis podido presentar el disco ya ante el público? ¿Cómo se plantea la reunión en los escenarios?
R. Plantear es una palabra que esta perdiendo su sentido en estos tiempos que corren. No hemos planteado nada, teníamos algunos festivales, parece que unos van a respetar la fecha y otros han decidido no hacerlo, a ultima hora, supongo que por ese concepto de no se sabe dónde que dice que los músicos somos todos gente ociosa y hacemos esto por diversión. Y, por estas mismas circunstancias, hemos tocado parte del repertorio a dúo (por causas bastante absurdas y aleatorias), en el pasado Jazzaldia de San Sebastián, otra pequeña parte en un pequeño streaming que iba a salir en enero y del que no sabemos nada. Y, dado que este año se estarán recuperando muchos festivales de 2020, pues no sabemos por dónde saldrá la cosa. Es desconcertante, pero es así.
Creo que la gente se está dando cuenta de lo que es no tener oferta cultural
P. ¿Está en juego la continuidad del proyecto con los kilómetros de por medio?
R. No hombre, si nos separamos será por derecho. Montaremos un peleón y lo sacaremos en prensa especializada. Pero, por un viaje más o menos, que va.
P. ¿Qué tal está tratando la pandemia al jazz en España?
R. Por suerte o por desgracia, cómo esta tratando al jazz en todo el mundo. Es lo que tiene, que no hace distinciones. Quizá es más interesante preguntarnos cómo esta tratando España al jazz en pandemia. Es broma, España no es consciente de que haya jazz en su territorio, ergo, la pregunta no ha lugar.
P. ¿Crees que se puede sacar algo bueno de todo lo que está ocurriendo?
R. De todo se puede sacar algo bueno, aunque en casos como este haya que hacer un gran esfuerzo para ver el qué. Quizá ya es un tópico pandémico, pero creo que la gente se está dando cuenta de lo que es no tener oferta cultural. Y al menos, en sectores como el jazz, veo un grupo de gente bastante luchadora por mantener el barco a flote, por más agujeros que tenga.
P. ¿Hay previsto un tercer disco? ¿Con una dirección concreta?
R. Recién salido Irudiak, y dadas las circunstancias, quizá necesitemos un margen para maniobrar. Pero si no hemos desaparecido y se dan las circunstancias adecuadas, no sabremos cómo evitarlo.
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