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Sofía Ellar, cantautora: “Este sueño se está haciendo realidad gracias a la gente que está detrás de las redes sociales”

Sofía Ellar

Rocío Aguilar

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Verdad y autocuidado en una vida a  contrarreloj. Así se podría resumir la filosofía de la cantautora Sofía Ellar, que ha ofrecido en Córdoba un concierto acústico para presentar su último disco, Libre. Además de hacer un viaje por sus éxitos, tuvo tiempo para hablar con su público y compartir anécdotas. Con tres discos a la espalda,  ha conseguido triunfar en la música de manera independiente

PREGUNTA (P). ¿Habías estado antes en Córdoba?

RESPUESTA (R). Pues sí, pero tocando, no. La pandemia nos puso las cosas difíciles y complicadas pero bueno, al final, con una excusa de sonar en acústico en un formato más chiquitín y más íntimo, pudimos a Córdoba, un sitio tan bonito al que no habíamos venido pero al que vamos a volver en un formato eléctrico más grande.

P. ¿Qué diferencia hay entre estos dos formatos?

R. Mucha, toda. En el eléctrico se tocan más temas. Es un show con una duración mayor, hay menos hueco entre canción y canción.  Se pierde ese concepto íntimo de reírnos, cantar una canción o hacer un estribillo más. Lo que vivimos en Córdoba el 23 de febrero fue un poco de andar por casa,  que es lo que también se deja de ver en los directos ya que vivimos en un mundo donde la música se está plastificando una barbaridad y creo que a veces este formato da un yute de verdad y de realidad, es necesario.

P. En el concierto erais tres en el escenario dándolo todo. ¿Cómo lo vivís cuando el equipo aumenta?

R. Somos muchos más, pero también es bonito hacerlo así. Me gusta que las primeras veces sea de esta forma. Mi carrera empezó en un punto auténtico y muy orgánico. Cuando es la primera vez en un sitio creo que es bonito seguir la coherencia de cómo empezaste tú.

P. ¿Cómo acaba una estudiante de Administración de Empresas creando música?

R. A mí siempre me había divertido muchísimo componer y me apasionaba muchísimo la música, la poesía, la guitarra y todo. Pasé de ser la niña que tocaba en las copas de amigos a divertirme estudiando una carrera sólida. En casa me dijeron que lo hiciera así y luego “ya veremos”. En el  último año de carrera dije que iba a hacer mi Trabajo de Fin de Grado sobre algo que me gustara aunque, no lo fuera a desarrollar. Quise hacer un planteamiento de negocio alrededor de una carrera independiente de una artista. Cuando tuve el trabajo acabado vi la oportunidad de negocio y  de hacerlo. Pensé que quizás era el momento, que tenía que coger ese tren porque no quería quedarme con el “y si...”. Eso nunca es bueno. 

P. ¿Por qué elegiste el formato independiente para adentrarte en el mundo de la música?

R. Realmente fue cuando terminé de hacer mis números. Para tu plan de negocios tienes que realizar una serie de análisis, como cuánto capital necesitas para financiar ese primer disco que era el inicio de una carrera. Yo antes tenía mis seguidores personales de toda la vida y me cambié el nombre. La gente diría “esta chica de qué va”, pero por algún lado se tenía que empezar. De repente todo empezó a funcionar y dije “esto se puede hacer, no tiene un coste elevado y las redes sociales están”. Así que, ¿para qué entrar en el modelo tradicional?. Decidí recaudar cuatro duros para poder financiar mi primer disco sin tener que estar atada a un contrato temporal. Fue funcionando porque a los seis meses de sacar el disco, el dinero que me habían dejado estaba más que devuelto, lo que me permitió reinvertir.  A final, he montado una empresa yo sola. 

P. Hay una frase de tu canción Amor de anticuario que dice “abandonas las mil y una redes para ser feliz”. ¿Alguna vez has pensado en abandonar las redes sociales o simplemente en aislarte  de lo que significa ser personaje público?

R. Es verdad que, en esa canción, “las redes” hacen referencia a  las redes de pescar, pero si lo llevas a las redes sociales, pueden ser un arma de doble filo. Por ejemplo, hoy no he publicado nada y ya todo el mundo está preguntándome que qué me pasa. Y dices: bueno a ver estoy en Córdoba y mañana hago un viaje largo. A veces mola desconectar un par de días. Como dije en el concierto: que te echen de menos, no de más. Por supuesto que hay veces que digo que me iría a una isla desierta, pero luego me doy cuenta que es parte de mi vida y que la gente tiene una conexión conmigo gracias a las redes sociales. Y eso es muy bonito. Gracias a la gente que está detrás de esa pantalla este sueño se está haciendo realidad cada día. 

P. En el concierto que diste en Córdoba te dirigiste en muchos momentos al público y en alguna ocasión dando consejos. En tu tema Cuento conmigo también se puede apreciar algunos mensajes. ¿Qué es lo que querías decir con eso y qué le dirías al público que aún no ha tenido la oportunidad de escucharla?

R. Consejos doy que para mí no tengo. Eso punto número uno. Soy especialista en ser la mayor psicóloga de la gente que me rodea. El mayor consejo es: quiérete bien a ti mismo, que eso no significa ser una persona egoísta, sino dedicar cada día un momento para ti. No estés “dando y dando” a todo el mundo y acabes agotado en casa y que no te apetezca nada. Es importantísimo el autocuidado porque en el fondo vamos a estar conviviendo con nosotros mismos toda nuestra vida, así que ya podemos hacerlo bien. 

P. Además de tu estilo musical característico, me llama mucha la atención tu forma de vestir, tus complementos… ¿Cuál dice más de ti?

R. Al igual que hay gente que no puede salir sin el bolso de casa, yo no puedo hacerlo sin mis anillos porque me siento desprotegida. Ahora me estoy mirando y digo: “Tengo pocos”. No puedo salir sin ellos y tampoco sin mi ultragrande enorme bolso donde necesito que quepa toda mi vida dentro. Como nunca sé cuándo voy a volver a casa, si abres ese bolso te quedarías flipada porque tengo un mini botiquín, el cepillo de dientes… Hay gente que dice que su coche es mi segunda casa, pues mi furgoneta también lo es. Estamos todo el rato viajando de un lado para otro. Dentro de ese caos llevamos una vida ordenada, donde utilizamos ciertas herramientas de meditación. 

P. ¿Sí? ¿Sueles meditar?

R. Trato de hacerlo. Me cuesta un poco porque soy polvorilla y estoy todo el rato pensando, creando y si no estoy haciendo canciones, estoy pensando en darle una vuelta al merchandising. A veces es agotador y como digo en Cuento conmigo ,“a veces eres tu peor enemigo”. A veces hay que desconectar porque no se puede con todo. 

P. ¿Has compuesto alguna vez una canción para otro artista o te gustaría hacerlo?

R. Hasta la fecha, no. Porque es verdad que cuando lo he intentado he escrito sobre cosas que me pasan a mí. Entonces me di cuenta que no sé componer si no es sacando mi corazón y mis sentimientos. Cuando termino la canción digo: “Esta no, esta me la quedo”. Necesito trabajar en eso y tener un poco más de tiempo para llegar al punto de que pueda hacer canciones para otros. 

P. Entonces, ¿qué tiene que tener un cantautor para diferenciarse del resto?

R. Verdad.  En el fondo creo que las canciones que tienen verdad, transmiten. Aunque, ojo, no desmerezcamos a los intérpretes porque consiguen interpretar esas canciones como si hubieran sido suyas. Es verdad que el cantautor tiene su lenguaje verbal, su manera de expresarse y sus melodías que son muy características de cada uno. Mis letras son muy particulares. Si le quitas la música y las lees tienen una trama,  un inicio, un nudo y un desenlace. Aunque “verdad” hay en cada canción, la cante un intérprete o no, porque alguien ha escrito esa canción, pero se nota cuando la verdad es de uno mismo y viene de dentro. 

P. ¿Cuál de tus canciones dice más de ti?

R. Todas, absolutamente, todas. La que más habla de mí, me atrevería a decir,  es la que le pone nombre al disco, Libre, y la de Cuento conmigo. Son las únicas dos canciones que me he dedicado a mí misma, a escribirlas para mí. Aunque yo aparezco en todas, en ellas estoy yo y solamente yo. 

P. Hablemos ahora de lo que haces cuando estás contigo misma. ¿Qué hace Sofía un domingo?

R. Domingos por la tarde libres hay pocos porque este trabajo no es de lunes a viernes, ni mucho menos. Es más, los fines de semana, cuando todo el mundo está de ocio, es cuando tenemos conciertos y estamos trabajando. Es un poco la frustración de estar viviendo constantemente a contrarreloj, porque yo un lunes digo “qué plan hago, ¿con quién?”, pero no puedo porque la gente suele tener horario de oficina. Y luego, en verano, todos de vacaciones y yo estoy de festivales. Mañana, por ejemplo, cojo un vuelo y me voy a Bali. Me ha supuesto un esfuerzo casi imposible encontrar con quien irme en estas fechas tan atemporales. Vivir a contrarreloj a veces es agotador y solitario. 

P. ¿Cómo fue tu experiencia en Latinoamérica? 

R. El año pasado fuimos en abril y mayo. Ahora nos queremos llevar este disco porque por esas fechas se estaba aún cociendo. Allí la gente tiene muchas ganas y ama mucho la música. Es la siguiente puerta que tenemos que abrir y de par en par.

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