Una iniciativa de la biblioteca Poniente Sur lleva libros a quienes no pueden salir de su casa
La biblioteca Poniente Sur es una muestra de la importancia de hacer de un servicio público algo mucho más atractivo para la ciudadanía. No es solo un edificio repleto de libros o una sala en la que estudiar, sino un lugar en el que compartir y facilitar la lectura a sus vecinos. Con esa pretensión, la bibliotecaria María Teresa Navarro ha puesto en marcha la iniciativa Libros a domicilio a través de la cual, personas que se encuentran en casa con graves problemas para trasladarlse a la biblioteca reciben en su vivienda los libros que lo desean. La tercera pata de esta iniciativa es la organización el Teléfono de la Esperanza, cuyos voluntarios son los encargados de llevar las obras.
Hace un año y medio que María Teresa llegó a esta biblioteca tras su paso por la Central. Durante este tiempo ha conocido a los usuarios de la biblioteca y a los vecinos del barrio que hacen uso de ella. “Muchas personas son mayores y tienen graves dificultades para venir. Tenemos muy buenas lectoras y, cuando han tenido algún problema médico que les ha impedido salir de sus casas, han echado en falta la lectura”.
Diana Badder es una de estas usuarias y en la que, reconoce la bibliotecaria, se inspiró para llevar a cabo la iniciativa, que fue aprobada por el director de la Red Municipales de Córdoba, Rafael Ruiz. Profesora de la Facultad de Filosofía y Letras, a sus 86 años, ama la lectura como el primer día. Británica de nacimiento, afirma que “el mal tiempo de allí, que te impedía salir”, hizo que se apasionara de los libros. Desde hace diez años padece problemas en las piernas, por lo que necesita la ayuda de un andador para desplazarse. En alguna ocasión han sido sus nietos o hijas quienes le han acompañado hasta la biblioteca. La última vez que fue lo hizo en taxi, viviendo a tan solo unos minutos de la biblioteca. “Las calles también están muy mal para ir con un andador”, se queja.
Esta biblioteca, que da servicio a siete barrios de Córdoba, también tiene usuarios en la carretera Trasierra, donde vive un matrimonio que ya ha hecho uso de este servicio. Ambos se habían operado a la vez de la vista, por lo que requirieron a María Teresa algunos audiolibros para hacer más amena la recuperación.
Por el momento, esta prueba piloto se ha puesto en marcha únicamente en esta biblioteca. El procedimiento para recibir libros en casa es muy sencillo. En primer lugar, el usuario debe tener una razón de peso para no poder acudir a la biblioteca, ya sea por falta de movilidad o enfermedad. Cumplido este primer requisito, debe llamar a la sucursal o enviar un correo electrónico, explicando qué libros desea. Tras esto, María Teresa contacta con Ana Blanco, la voluntaria del Teléfono de la Esperanza que se está encargando de llevar los libros a los domicilios. Por último, el usuario y Ana se organizan para acordar el día y la hora de la entrega de los ejemplares.
Una cuestión muy importante, recalca María Teresa, es que los usuarios de la biblioteca deben firmar un formulario de consentimiento que permite a Ana entrar en las casas “ya que se trata de un lugar privado”. Para Josefina Santos Arévalo, del Teléfono de la Esperanza, la inicitiva casa a la perfección con su organización “ya que mezcla acompañamiento con la lectura”, dos programas que forman parte de la cartera de servicios de la asociación. “La idea es realmente fantástica y, si hubiera más demanda, aumentaríamos en voluntarios y en sucursales”.
Junto a Libros a domicilio, María Teresa también promueve El Café de los Jueves, una especie de encuentro, con café e infusión mediante, en la que los asistentes tratan todo tipo de temáticas relacionadas con la literatura. Está actividad se va intercalando con otra que sirve para permitir que diferentes autores puedan difundir su obra. El próximo 29 de septiembre será el turno de Teodoro San José, que presentará La vasija de barro. El acto tendrá lugar a las 18:00 en la sala de la biblioteca, situada en la segunda planta.
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