La legión romana regresa a Torreparedones
El domingo se recrearán históricamente desfiles del ejército imperial en el yacimiento de Baena
Los soldados regresan a casa. La legión romana vuelve a desfilar este domingo por las calles de Torreparedones. Y lo hará a lo grande, de la mano de Legión VII Gémina V Cohors Baetica. Será a partir del mediodía cuando los soldados empiecen a desfilar y posteriormente habrá una degustación de productos romanos -entre ellos un rescatado embutido imperial-. Todo ello, por 10 euros (niños menores de 10 entran gratis) y organizado por el Ayuntamiento de Baena y la Diputación de Córdoba.
Esa colonia romana supuso el esplendor de este núcleo, fundado y poblado por legionarios veteranos que se establecieron en las diez hectáreas que ocupa Torreparedones y edificaron una ciudad siguiendo los patrones del imperio. Aun hoy, ese plano se muestra al visitante, quien inicia el recorrido de la visita al yacimiento arqueológico por la calzada romana de piedra construida entonces. Una calzada que comenzaba en la puerta oriental de la ciudad, un espectacular acceso de doble puerta con una abertura de 14 metros y sillares ciclópeos que se erigen como dos sólidos torreones recreando la puerta romana a partir de los restos que se conservan.
La calzada principal, a modo de decumano máximo, atraviesa la ciudad hasta el punto más occidental. A ambos lados, viviendas, termas y aljibes salpicaban la colonia que conserva hoy a la vista de todos su más preciada joya: el foro, la plaza principal de la ciudad con los edificios más importantes a su alrededor donde se desarrollaba la vida pública.
En mitad del foro, una inscripción tallada en la piedra del pavimento y que, en tiempos, estuvo rellenada de plomo dorado, se puede leer aún: “Marco Junio Marcelo, hijo de Marco, de la tribu Galeria (…) de Augusto, pavimentó el foro con su dinero”. Fue el mecenas que dejó inscrito su nombre para siempre en la plaza de la colonia, alrededor de la cual se erigían los tribunales, el mercado, el templo, edificios administrativos, una capilla de culto y la curia: el ayuntamiento de la época donde 48 decuriones y dos alcaldes decidían los designios de la ciudad.
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