El jazz y el blues también caben en el Festival de la Guitarra
Esperanza Spalding y Richard Bona en el campo del jazz y Taj Mahal en el del blues son los grandes nombres propios del género en esta edición
El Festival de la Guitarra de Córdoba es guitarra clásica, flamenca, pero también jazz y blues. Los dos géneros más característicos de Estados Unidos siempre tienen cabida en el certamen cordobés y este año no podía ser una excepción. Además, lo hace con grandes nombres del mundo de la guitarra, pero también del bajo: Esperanza Spalding, Richard Bona o Taj Mahal dejarán su sello en el longevo festival.
El primero en actuar en el Festival de la Guitarra, que ofrece más de 20 conciertos del 1 al 16 de julio, será el bajista Richard Bona. Lo hará el 4 de julio en Gran Teatro junto al Mandekan Cubano, lo que da un aire afrocaribeño a la formación que seguro sorprende al público asistente. Qué decir de Richard Bona. Desde su debut en solitario en 1999, ha defendido la idea de la música que es universal: generosa y accesible a todos.
Nació en 1967 en Minta, un pequeño pueblo de Camerún, en una familia donde su madre y su abuelo eran cantantes.
Richard empezó tocando el balafón cuando tenía cuatro años, y luego él mismo aprendió a tocar la guitarra. Más tarde, en la capital de Douala, el propietario de un club de jazz, tocó junto él, varios temas del bajista Jaco Pastorius y fue por aquel entonces cuando Richard decidió empezar a aprender a tocar el bajo. Hoy está considerado como uno de los mejores bajistas del mundo junto a otros virtuosos de las bajas frecuencias que también han pasado por Córdoba, como Victor Wooten o Marcus Miller. La actuación de Bona, junto al sexteto de Mandekan Cubano, es una de las más esperadas en la presente edición.
Tres días más tarde, el 7 de julio, llega el momento de la aplaudida Esperanza Spalding. La cantante y bajista de cabecera del presidente Obama presenta su nuevo proyecto Emili’s D+Evolution. Retomando su interés por el teatro y la poesía, este nuevo proyecto amplía el concepto de un concierto más sobre el escenario. Concebido el día después de su cumpleaños, durante una “noche de insomnio con luna llena y mucha inspiración”, Emily’s D+Evolution se muestra como una serie de viñetas musicales que se despliegan con toda su fuerza en vivo. El título del disco hace alusión a su segundo nombre y también a esta búsqueda interior de la que habla. Quizás el trabajo más introspectivo de la artista, que dirían los críticos. Jazz en estado puro.
Pero no es la única oferta jazzística del día. También el 7 de julio, pero en Teatro Góngora, llega una propuesta de fusión a cargo de Ralph Towner, Wolfgang Muthspiel y Slava Grigoryan, director del Festival de Guitarra de Adelaida (Australia). Towner a las doce cuerdas, Muthspiel a la guitarra jazz y Grigoryan a la clásica. Una mezcla que promete.
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