Yo chusneo, tú chusneas, Alejandra Vanessa chusnea
La poeta y agitadora cultural comienza una nueva etapa profesional con la creación de la empresa Chusneo, dedicada al desarrollo de actividades lúdico-festivas
Para quienes lean este artículo y no sean de Córdoba, el titular les puede resultar extraño. Sepan que, como en todas las ciudades, esta capital andaluza atesora en su forma de hablar giros y modismos propios y un rico vocabulario aborigen. Y a pesar de que el uso de muchos de los términos parece extinguirse, algunos perviven. Ese podría ser el caso del sustantivo chusneo y su derivado verbal, chusnear. Por eso, cuando la poeta y currante de la cultura Alejandra Vanessa inició una nueva etapa profesional, poco antes del verano, supo que ese vocablo definiría perfectamente tanto lo que quería hacer como lo que quería proponer al público: un chusneo colectivo, cultural, alegre y relajado. Porque eso es chusnear. “Solo es pasar un rato agradable con los amigos, sin hacer nada en particular pero pasándolo muy bien”, cuenta Alejandra.
Tras cofundar la editorial La Bella Varsovia hace diez años, Alejandra Vanessa centra ahora sus pasos en su nueva empresa, Chusneo Cultural Affairs, que se estrenó hace un mes con la nueva edición en Córdoba de Redetejas; una propuesta de conciertos, recitales -y lo que salga- en azoteas de particulares. “Chuseno va a tratar de ofrecer propuestas diferentes y Redetejas encajaba perfectamente en este sentido. Ya estamos preparando una nueva edición para septiembre con más música, poesía e incluso magia”, adelanta la líder chusneadora.
Mientras Chusneo da sus primeros pasos de bebé, también prepara sus propuestas culturales que como Redetejas, buscan estar cerca del público. La idea es que éste decida y participe en los contenidos con los que quiere pasar el rato y chusnear un poco. ¿Y existe un público en Córdoba al que le guste chusnear con -o ser chusneado por- Chusneo? Obviamente, Alejandra Vanessa está convencida de que sí. “Todos queremos hacer cosas divertidas, distintas y a precios económicos”, subraya. “Acabamos de empezar pero por lo que vemos a través de las redes sociales todo se va moviendo. Y lo cierto es que las cosas que hemos hecho han funcionado muy bien”.
Como otras iniciativas que han surgido en estos años de posguerra económica -sin guerra previa- que vivimos, Chusneo nace con el sano leitmotiv del yo me lo guiso, yo me lo como. Es decir, procurdando no depender solo del sector público y sus subvenciones. “No me cierro a nada, desde luego, pero voy a buscar más en el sector privado. También es más fácil trabajar allí. Una entidad privada es siempre más flexible, te evita la burocracia, no tienes que rendir cuentas. Y sueles cobrar antes”.
Ya saben. Si un día no saben qué hacer, tienen ganas de chusnear y se cruzan con Chusneo... quizá pueda contratarlo.
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