Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Lee ya las noticias de mañana

BOLETÍN | Andar sobre la cera

Señales advirtiendo de la presencia de cera.

Juan Velasco

16 de octubre de 2025 20:04 h

0

Categorizar no suele dar la medida de lo exacto. La misma ciudad que el fin de semana pasado celebró con grandes fastos una magna cofrade, un desfile nacional y un concierto por la Hispanidad con José Manuel Soto, este mismo fin de semana celebra un festival internacional de arte floral, las bodas de oro de la Feria del Libro, una fiesta del colectivo argentino en Córdoba y un festival de música urbana y electrónica en el C3A, entre otras cosas más.

Este fin de semana, como ocurrió el primero de octubre (cuando se cerró Cosmopoética con un pregón y un concierto en la plaza de las Cañas y cuando miles de cordobeses se echaron a la calle contra el genocidio), la cultura va a compensar un poco el exceso de cofradeína (©Harazem) en el que, desde hace ya mucho tiempo (un saludo a Rosa Aguilar e Isabel Ambrosio), vive instalada esta ciudad. Una ciudad que, este fin de semana de nuevo, volverá a cortar calles para devolver una quincena de procesiones a sus templos.

Imagen creada por Pedro Peinado para la revista 17.

En los últimos días, se ha hablado mucho por parte del Ayuntamiento de día histórico en su valoración triunfalista del Vía Crucis Magno del pasado sábado. Yo no digo que lo del finde pasado no fuera histórico. Objetivamente, lo fue: no recuerdo jamás haber visto tamaña okupación del callejero de una ciudad y, especialmente, de su principal monumento, que todavía hoy sigue convertido en museo cofrade. Así que, en parte, estoy de acuerdo en lo de histórico.

Lo que ocurre es que la verdadera noticia histórica de la semana pasada no ha tenido ni un retuit o repost por parte del equipo del alcalde. Hablo de los resultados de la investigación que ha revelado por primera vez la magnitud de la ciudad que se articuló en torno a Medina Azahara. Yo estuve allí -de hecho, fuimos el único medio que acudió a seguir la ponencia- y salí del auditorio contagiado de la euforia que mostraron los arqueólogos, historiadores e investigadores presentes, quienes, de manera unánime, dejaron claro que estábamos frente a “un antes y un después” en el conocimiento de la historia de Córdoba.

Ya nadie podrá decir que Medina Azahara era una mera ciudad palaciega. Porque, en realidad, Medina Azahara era mucho más. Toca, eso sí, ampliar mucho más los fondos para excavar la zona en la que los drones y la tecnología han dibujado la cartografía de una urbe viva, dinámica y atravesada por distintas clases sociales.

Vudú

Este martes, me avisaban por Whatsapp de que se había muerto el cantante D'Angelo. Mi respuesta fue acudir a buscarlo en internet, pese a que era un amigo de enorme fiabilidad el que me avisó. Ese mismo amigo siempre disfruta poniendo algunos de mis vinilos cuando se queda en casa. Y una de esas veces, recuerdo despertarme y sonar de fondo el Voodoo, una de las obras maestras de la música contemporánea que firmó precisamente D'Angelo hace 25 años.

Sobre una pérdida tan trágica tan solo diré que, aunque con mucho menor impacto en España, la muerte de D'Angelo es tan tremenda, artísticamente hablando, como la de Amy Winehouse. De hecho, son ellos dos los artistas que más lejos han llevado el soul en los últimos 30 años a nivel mundial. En España, un país donde el sonido negro es para minorías, la necrológica de D'Angelo ha dejado, de hecho, algunos textos claramente escritos con IA, lo que da buena cuenta del lugar que ocupa la música negra.

En la prensa y redes anglosajonas, sin embargo, su muerte ha dejado en shock a miles de personas. Mi timeline está copado por su seductora presencia y por el vacío que deja. Tenía solo 51 años. Había sacado solo tres LPs. Con los dos primeros cambió el curso de la música negra en Estados Unidos (es decir, en el mundo); el tercero, publicado 14 años después del segundo, sonaba tan fuera de época que ya era un disco nacido clásico antes de llegar al mercado.

Trabajó con los mejores (Badú, Raphael Saadiq, Ali Shahed Mohammed, Common, Questlove, Roy Hargrove, Lauryn Hill, Pino Palladino, Dj Premier, no sigo). Y todos ellos, en realidad, trabajaron para él. Conscientes de que no había en su generación otro artista igual, capaz de filtrar la espiritualidad de unas iglesias afromericanas inmersas en plena crisis de fe; la sensualidad del soul motownero, sin rumbo desde la muerte de Marvin Gaye; la sexualidad del funk, necesitado de ídolos por la batalla suicida de Prince contra las multis; y la fuerza de un movimiento, el hip hop, que a finales de los años 90 acaparaba más titulares por los tiroteos que por la calidad (inequívoca) de muchos de sus artistas.

D'Angelo cogió todo eso y lo tradujo en Brown Sugar (1995) y Voodoo (2000). La prensa se inventó lo de neo soul para poder encajarlo junto a otros artistas que a ellos les sonaban similares. Lo eran. Pero porque todos hacían soul. Ni neo ni retro, el de la época que le tocó vivir. Él fue el mártir del invento. Borracho de éxito, se enganchó a la droga y el alcohol durante más de una década, de la que emergió hace 11 años para después volver de nuevo al silencio. 

D'Angelo ha muerto finalmente de un cáncer de páncreas. Y, salvo algunos fogonazos de brillantez (Childish Gambino es quien más se aproximó con Awaken my love), nadie ha podido tomar el testigo. Alguien le hizo vudú a su muñeco. Si tenéis una hora, un poco más arriba está su concierto en el North Sea Jazz de hace una década. No vais a perder el tiempo.

Juan Antonio Bernier.

Tres cosas, según Juan Antonio Bernier

  1. Arte de hablar (Ediciones del Viento, 2025). El debut narrativo del poeta catalanocordobés Xavier Guillén. Una novela hondamente divertida, en la que se reivindica el pensamiento filosófico frente al pseudoconocimiento new age y su alianza con las nuevas tecnologías. La de Guillén es una de las mentes más en forma de la Córdoba contemporánea. Presentaremos su obra el próximo martes en la Feria del libro, junto a Azahara Palomeque.
  2. Armonías de Werckmeister, de Béla Tarr (2000, disponible en FILMIN). La historia del sonido está llena de convenciones y, por tanto, de ruido. Sucede lo mismo con las formas de convivencia humana. Aquellos que sientan el deseo de volver a escuchar la música natural del mundo y de las relaciones entre los seres humanos deberían ver esta película. Además, es una extraordinaria oportunidad para empezar a familiarizarse con la obra del último premio Nobel, László Krasznahorkai.
  3. La Quilombera, el próximo sábado, en el cine Fuenseca. Un jardín de senderos que se bifurcan, como diría Borges. Inmejorable ocasión para disfrutar de la cultura y gastronomía argentinas en un emblemático espacio cordobés.

Limpieza

En una semana intensa como esta, mi salvavidas espiritual ha sido Dream Tides, el nuevo disco de HOLOVR (Jimmy Billingham). Una colección de delicadas y escapistas obras ambientales grabadas y reelaboradas durante los últimos dos años y servidas a tope de matices. Si necesitas paz luminosa, este es tu disco. 

Etiquetas
stats