'La boda de Rosa' y el corto 'Amar', plan hasta el lunes en el Fuenseca
https://youtu. be/rQgVb2Zao5o
La boda de Rosa + corto Amar La boda de Rosa + Amar
Fuenseca
Domingo 21 y lunes 22
21,30
La película que inauguró la última edición del Festival de Málaga y consiguió el Premio Especial del Jurado en el certamen, se estrena en las noches de verano cordobesas. La boda de Rosa, dirigida por Icíar Bollaín y protagonizada por Candela Peña, es una historia que invita a quererse y respetarse (a casarse con uno mismo) con el mejor espíritu de las feel good movie.
Por eso y por la lluvia de los últimos días se prolonga su proyección en la pantalla del Fuenseca hasta el lunes con el aperitivo del corto de seis minutos Amar, del cordobés M. Panadero. Una historia introspectiva, protagonizada por Mar Ramos, en torno a una mujer agraciada con un premio de lotería. Rodada en exteriores como el Vial de Córdoba, en el corto aparece la escultura urbana Vientos de cambio, de José María Serrano, ubicada en la Glorieta de Almogávares.
Le seguirá la película de Bollaín en la que la Rosa del título, a punto de cumplir 45, empieza a ser consciente de que lleva toda la vida pendiente de los demás y se ha olvidado de lo que quiere, de lo que necesita para ser feliz. Así que apretará un botón imaginario para romper con todas las ataduras y decidirá comprometerse con ella misma, para amarse y respetarse todos los días de su vida. Como en una boda.
Con un reparto encabezado por Candela Peña, con quien Bollaín trabaja por tercera vez, tras Hola, ¿estás sola? (1995) y Te doy mis ojos (2003), junto a Sergi López, Nathalie Poza, Ramón Barea y Paula Usero, la cinta recupera el tono de las primeras películas de la directora, que firma el guion junto a Alicia Luna.
Bollaín regresa al cine de pequeños gestos y grandes verdades, al cine de personajes y de mujeres. En La boda de Rosa encontramos la necesidad de recuperar un poco de libertad cuando se ha perdido en medio de las presiones y las responsabilidades de una vida diaria que se come a cualquiera.
La incomunicación es otra de las bases estructurales sobre las que se asienta una narración en la que todas las voces implicadas hablan y hablan, pero jamás se escuchan, como si existiera una barrera invisible en la que la comprensión parece una cuestión extraterrestre.
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