El Ártico se rompe: conciencia de choque contra el cambio climático
“Si el Ártico cambia, todo el planeta va a cambiar”. Esta sencilla frase hace reflexionar sobre las consecuencias del cambio climático que, de manera muy acentuada, se están palpando en el Polo Norte como preludio de lo que ya está pasando en el resto del planeta. Y precisamente eso, reflexionar, es el principal objetivo de la exposición El Ártico se rompe que, a partir de ahora y hasta el 4 de octubre puede visitarse en el Paseo de la Victoria.
De la mano de la Obra Social “la Caixa” y la Fundación Cajasol, con la colaboración del Ayuntamiento de Córdoba, la muestra tiene por objeto mostrar la singularidad de los ecosistemas del Ártico, detallando el importante papel que juegan en el clima global, así como sus características físicas y su biodiversidad. Y advirtiendo a todos de la realidad que vive este territorio: la desaparición a pasos agigantados de la capa de hielo que lo identifica.
Que el Ártico se rompe no es ninguna novedad, lo certifican las cifras. En septiembre de 2012 se superó el mínimo histórico de hielo en la banquisa polar. En los últimos veinticinco años se han perdido tres cuartas partes de la capa de hielo marino del océano Ártico y el grosor medio de ese hielo marino es hoy el 50 % menor que hace unas décadas. Si persiste esa situación, dentro de treinta años el océano Ártico podría quedar sin hielo durante el verano.
Para tomar conciencia de todo ello, fotografías, audiovisuales, juegos interactivos, maquetas, cuentos y todo tipo de objetos para ser tocados por el público componen esta exposición, donde se da a conocer desde la población que habita esta zona del mundo, sus vestimentas, sus construcciones, el ecosistema que les rodea y fenómenos como la aurora boreal. Un recorrido de 200 metros donde hacer una visita al Ártico, un vasto, inhóspito e impresionante territorio.
La muestra se presenta dividida en cuatro ámbitos: el clima ártico, la vida en una situación extrema, la huella humana y las luces del norte. En ellos se recrea el gélido ambiente del Polo Norte y también se responde a interrogantes de este particular territorio, como saber por qué no se congelan las patas de los animales, o si el oso polar es en realidad blanco, además de escuchar un cuento inuit-yupik o música sami, entre otras cosas.
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