Un investigador descubre un cuadro perdido de Julio Romero de Torres

Un investigador de la Universidad de Sevilla, Jesús Aguilar Díaz, ha descubierto una obra inédita de Julio Romero de Torres, el célebre pintor cordobés del que justo ahora se cumplen 150 años de su nacimiento, en la localidad de Porcuna, Jaén. Se trata de un retrato infantil realizado a principios del siglo XX, que permanecía en manos de la familia Gallo, amigos cercanos del artista. La obra, un óleo sobre tabla titulado Retrato de niño, es un hallazgo significativo que abre nuevas puertas al estudio de la producción del artista. La pintura está fechada en 1903, aproximadamente.

Este descubrimiento se enmarca dentro de una serie de investigaciones relacionadas con los trabajos murales que Julio Romero de Torres realizó para la iglesia de Porcuna, lo que sitúa la pintura en un contexto histórico y artístico relevante. Según Aguilar, la obra fue probablemente ejecutada durante la estancia del pintor en la localidad, mientras trabajaba en los murales del ábside de la iglesia, donde realizó varios retratos de los hijos de la familia Gallo, sus anfitriones durante ese tiempo.

El Retrato de niño, de dimensiones modestas (50,5 x 30 centímetros), presenta al infante con una expresión seria, mejillas sonrosadas y vestido con una prenda adornada con encajes, típica de principios del siglo XX. La figura está enmarcada por un fondo azul degradado, sobre el que destacan claveles rojos y rosáceos que añaden colorido y vida a la composición. La pincelada suelta y enérgica del pintor, especialmente visible en los detalles florales y la vestimenta, es un claro indicativo de la influencia modernista en su obra.

Un mural de encargo

La historia detrás de este cuadro está ligada a un encargo para la Iglesia de Porcuna, donde Romero de Torres pintó murales de la Asunción de la Virgen, la Sagrada Familia y otros temas religiosos. Estos murales fueron objeto de controversia en su tiempo debido a la percepción de inmoralidad por parte de sectores conservadores de la población, lo que afectó la reputación de la obra y, posiblemente, el destino de algunas de sus pinturas menores, como el Retrato de niño.

El hallazgo del retrato en una colección privada pone de manifiesto la amplitud de la producción retratística de Julio Romero de Torres, quien trabajó para la burguesía madrileña y cordobesa, siendo la mujer su principal musa. Sin embargo, esta obra infantil demuestra que también se dedicó a otros géneros dentro del retrato, en este caso con una frescura pictórica que resalta su dominio de la luz y el color.

El cuadro, según Aguilar, presenta similitudes técnicas con otras obras del pintor, como Pereza Andaluza o Bendición Sánchez, donde la luminosidad y el tratamiento del color son protagonistas. La inclusión de flores en la composición, además, es un recurso decorativo recurrente en la obra del cordobés, que aquí adquiere un protagonismo singular.

La familia Gallo, en cuya colección ha permanecido la obra durante más de un siglo, mantuvo una estrecha relación con Julio Romero de Torres, llegando a acogerlo en su hogar durante sus estancias en Porcuna. Este vínculo personal queda reflejado en el afecto con el que el artista retrató a los hijos de la familia, como lo demuestra este Retrato de niño, que ahora sale a la luz.

El descubrimiento de esta obra abre la posibilidad de que otras piezas de Romero de Torres, desconocidas hasta la fecha, puedan salir a la luz. La investigación continúa, y los expertos no descartan que en colecciones particulares puedan encontrarse más trabajos del pintor cordobés, que aún no han sido catalogados.