Una obra íntima y perdida de Romero de Torres vuelve a España un siglo después
Un cuadro perdido de Julio Romero de Torres vuelve a España 112 años después de la última vez que fue expuesto. Casi como un regalo por el 150 aniversario del nacimiento del pintor de la mujer cordobesa, la obra Retrato de Adela Carbone, La Tanagra ha sido recuperado por un coleccionista cordobés que lo ha restaurado siguiendo el dictamen de dos de las mayores expertas en la obra de Romero de Torres.
No es un cuadro cualquiera. Si bien la obra del pintor cordobés es habitual en las pujas de arte, dado que fue un artista que trabajó muchos encargos por parte de aristócratas, burgueses y personalidades de su época, lo que no es tan habitual es que se subasten sus obras mayores, aquellas en las que el pintor ofrecía su mirada más personal y en las que apostaba por formatos grandes.
El caso de Retrato de Adela Carbone su mirada es incluso más íntima que personal, en tanto a que la protagonista, una actriz y escritora italiana, fue algo más que una modelo que posó para el pintor. “Dicen que Adela Carbone fue amante de Julio Romero al mismo tiempo que fue amante de Alfonso XIII”, cuenta a Cordópolis el nuevo propietario del cuadro, Blas García, un cirujano natural de Pozoblanco y residente en Tenerife.
García se muestra entusiasmado con su última adquisición. Se hizo con el cuadro en agosto del año pasado en una subasta en Sotheby’s, siendo consciente de que el estado del lienzo no era el mejor y que habría que restaurarlo. No dudó en incorporarlo a su colección, en la que ya había otras obras del pintor cordobés.
El periplo de la obra
El comprador era perfectamente consciente de la importancia de esta obra y de que llevaba más de un siglo sin pisar territorio español. Retrato de Adela Carbone, La Tanagra lo pintó Romero de Torres en 1911. Un año después se exhibió en la Exposición Nacional de Bellas Artes, junto con otras obras del pintor. A partir de entonces, el cuadro emprendió una travesía que la llevó desde España a exposiciones internacionales en Munich y la Galería Grafton de Londres.
A principios de los años 20 del pasado siglo, Romero de Torres viajó a Argentina para presidir una exposición en la Galería Witcomb de Buenos Aires. Y, por este motivo, surcó el océano Atlántico aquel retrato de la que fue su amante, un lienzo que acabó encontrando su hogar en el Club Español de Buenos Aires, donde permaneció durante décadas como una de las principales piezas de su colección.
En algún momento, explica García, este club decidió vender la obra para conseguir fondos y se le perdió el rastro hasta que, en 2011, Sotheby’s la sacó a subasta por primera vez con un precio inicial de más de 250.000 euros -según se puede ver todavía en la web-. La puja quedó desierta y, en agosto del año pasado, volvió a salir a subasta a un precio de salida muy inferior: entre 70.000 y 90.000 libras.
Una restauración de cuatro meses
El precio había bajado porque la obra presentaba un deterioro evidente. A García no le importaba. Así que pujó, ganó la subasta, la adquirió y encargó la restauración a Marta Ortiz, una de las mayores especialistas del sector, que ha trabajado en la conservación de numerosas obras de Julio Romero de Torres.
Así, durante aproximadamente cuatro meses, Marta Ortiz se sumergió en el delicado proceso de restauración de una obra de gran envergadura (2 metros de alto y 1,45 de ancho), enfrentándose al desafío de eliminar repintes y restauraciones previas sin comprometer la integridad de la obra. García destaca que el profundo conocimiento del estilo y la técnica de Romero de Torres ha permitido a Ortiz desentrañar las capas superpuestas y revelar la belleza oculta de la pintura original.
Paralelamente, se encargó el estudio histórico de la obra a Mercedes Valverde, exdirectora del Museo Julio Romero de Torres de Córdoba y la mayor experta en la obra del pintor cordobés. En este ámbito, su nuevo propietario, resalta que Retrato de Adela Carbone, La Tanagra es una de las obras clave para apreciar la influencia de Italia en la obra del pintor.
La influencia renacentista y su simbología personal
Así, recuerda que, durante su estancia en Italia entre 1910 y 1912, el artista quedó profundamente impresionado por la riqueza artística y cultural del Renacimiento italiano. Esta experiencia dejó una huella en su estilo y enfoque artístico, como se refleja claramente en la obra recuperada, que exhibe una impronta renacentista poco común en las creaciones de Romero de Torres.
“De hecho, La consagración de la copla, una de sus obras más emblemáticas y en la que Adela Carbone representa la figura central, está inspirada por Los desposorios de la Virgen, de Rafael”, apunta García, consciente de que su última adquisición constituye una “obra mayor” en la trayectoria del pintor cordobés.
También un testimonio de una historia de amor que se filtró en el propio cuadro. Mercedes Valverde señala que, tras la figura central de la actriz, al fondo en segundo plano se puede apreciar tanto al propio Romero de Torres como, a su lado, en escorzo, al monarca Alfonso XIII, lo que revela no solo la realidad de su supuesta relación con Adela, sino también el contexto social y político en el que se desenvolvían las vidas de los protagonistas, incluido aquel pintor cordobés que siempre fue a contracorriente de las vanguardias que estaban emergiendo en Europa.
Blas García es consciente de la relevancia de este cuadro, que ya ha sido catalogado tras su importación por Patrimonio Histórico Español. “Al final esta y el resto de obras pasarán a una fundación que estoy gestionando ahora. Evidentemente, yo disfruto viéndola en mi casa de forma tan espectacular, pero mi conciencia es verdad que a veces me dice que esta obra la debería disfrutar más gente”, afirma.
Por ello, consciente de que en 2024 se celebra el 150 aniversario del pintor, el coleccionista se ha mostrado dispuesto a ceder la obra al Museo Julio Romero de Torres de Córdoba, o cualquier otra institución que muestre interés en este cuadro tan íntimo e importante, que ha vuelto a España más de un siglo después.
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