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REPORTAJE

Los años cordobeses de la leyenda escocesa del hard rock y el heavy metal

Manny Charlton, fundador de Nazareth, en su casa de Córdoba.

Juan Velasco

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Manny Charlton se llamaba en realidad Manuel y, aunque pasará a la historia de la música como uno de los padres del hard rock y el heavy metal por su papel como fundador la banda Nazareth, en realidad siempre se sintió andaluz. Tan andaluz que en Andalucía nació y vivió sus últimos años. Su nacimiento en la Línea de la Concepción, en el año 1941, era un dato conocido, aunque no tanto lo ha sido el hecho de que el músico escogió la ciudad de Córdoba para sus últimos años de vida.

Lo hizo cuando conoció a su amigo Manolo Escudero, un músico cordobés, entonces vocalista de la banda Sacramento, que primero lo contactó a través de Facebook y después le organizó una gira de conciertos que lo trajo por primera vez a la ciudad en la que acabó viviendo sus últimos siete años.

“Yo lo traje para hacer tres conciertos en 2014, y a él le encantó esto. Volvió otra vez donde vivía, en Dallas, en Estados Unidos. Pero a los pocos meses me pidió que le buscara una casa en Córdoba que se venía. Un día tardé en encontrársela”, recuerda Escudero, que está detrás de la organización del concierto homenaje a Manny Charlton que se celebra este sábado en el Ambigú de La Axerquía de Córdoba.

Un tributo de la ciudad a un músico que pasó muy desapercibido en sus calles. Charlton se había enamorado de la localidad y de su espíritu, aunque acabó encontrando el hogar en la urbanización de la Cigarra Baja, a unos kilómetros de Córdoba. Eso permitió al músico escocés disfrutar de una vida tranquila y creativa. Charlton vivía rodeado de naturaleza y componía en un estudio de grabación ubicado en su casa que montó con la ayuda de Manolo Escudero.

“Se pasaba las horas muertas en su terraza, rodeado de pinos, alcornoques y viendo una finca de toros que había al lado. Pero también bajaba mucho a la ciudad, le gustaba mucho su gente, le gustaba mucho Córdoba”, recuerda el músico cordobés, que acabó acogiendo a Charlton como a alguien de su familia. “Pasábamos juntos la Navidad, porque no quería que estuviera solo”, cuenta sobre un músico que, antes de recalar en Córdoba, había escrito algunas de las páginas más memorables del hard rock.

De Nazareth a Guns 'N Roses

Quienes no reconocían al rockero escocés en su disfraz de viejo afable de pelo y bigote blanco, no podían saber que estaban ante una de las figuras clave del devenir de lo que acabó siendo el heavy metal. La familia de Charlton se mudó al Reino Unido cuando éste tenía dos años. Acabaron en Dunfermline, Escocia, donde, en 1968, el joven Manuel unió fuerzas con Pete Agnew, Dan McCafferty y Darrell Sweet para formar Nazareth. Su primer disco se publicó en 1971, pero fue su continuación, Exercises, la que llamó la atención de Deep Purple.

El grupo escocés acabó de telonero de la banda a la que siempre habían admirado, y fue Roger Glover, productor de Deep Purple, el que supervisó el tercer álbum de Nazareth, Razamanaz, su primer gran éxito, publicado en 1973, y que incluyó los dos primeros hits de la banda en el Top 10 del Reino Unido: Broken Down Angel y Bad Bad Boy. Aquel disco fue la confirmación de que la voz distintiva de McCafferty y la habilidad de Charlton para producir riffs inconfundibles habían construido un sonido único. El siguiente disco, otro exitazo, fue el primero que produjo Manny Charlton: se llamó Hair of the dog.

Su papel como productor tiene un capítulo muy interesante en la historia del rock duro. En 1984, mientras tocaba en Canadá, Charlton se topó con un grupo de jóvenes rockeros que estaban trabajando en su álbum debut. Se hacían llamar Guns N' Roses y se declararon fans del sonido Nazareth. En aquel momento, el líder del grupo, Axl Rose -a tres años de la fama mundial- le pidió a Charlton que fuera el productor de su disco. El músico aceptó y empezó a trabajar en unas maquetas que incluían los futuros clásicos Welcome to the Jungle y Paradise City.

Pero no cuajó. Charlton acabó volviendo a Europa obligado por contrato a grabar con Nazareth y finalmente fue Mike Clink el que acabó produciendo Appetite For Destruction, de los Guns N' Roses. A pesar de ello, ambas bandas mantuvieron el contacto a lo largo de los años y Guns N' Roses acreditó a Nazareth como su mayor influencia. El trabajo de Charlton con la banda de Rose y Slash se incluyó como extra en la reedición de 2018.

Ella baila en Córdoba

En los años 90, Manny Charlton se mudó a Dallas, Texas, donde continuó su carrera en solitario hasta que, en 2014, se vino a vivir a Córdoba, donde compuso y produjo su último disco, Solo, publicado en 2016, y que incluye la canción She dances in Córdoba, una balada en la que colabora con Randy López, miembro de Mezquita y Medina Azahara, y que incluye un guiño al rock flamenco.

Manolo Escudero recuerda que la estancia de Manny Charlton en Córdoba no solo le permitió disfrutar de la belleza y la hospitalidad local, sino que también se vio impregnada por la riqueza cultural de Andalucía. “Le gustaba mucho el flamenco y en general la cultura local. El vino le encantaba”, rememora el músico, que acabó formando parte de la Manny Charlton Band, con la que Manny y Manolo se fueron de gira por Alemania en 2017.

Su paso por Córdoba está lleno de anécdotas, incluido un robo a su estudio. Escudero cuenta que fue un fallo del músico escocés, porque se fue de viaje a Dallas y se olvidó de cerrar la puerta. Los ladrones le robaron varias guitarras y ordenadores, aunque Charlton se limitó a poner la denuncia y a seguir componiendo y tocando.

Su último viaje a Dallas fue en el verano de 2022. Ya nunca volvió a Córdoba. Escudero recuerda que aquel viaje no estaba previsto. “Estaba hablando con su expareja de vender la casa que tenían y volver a España y se le ocurrió ir él mismo a limpiarla, cuando podría haber contratado a alguien para hacerlo”. Manny Charlton murió de un infarto en Dallas el 5 de julio de 2022. Tenía 80 años.

Escudero rememoraba aquellos días con cierta tristeza: “La última vez que hablé con él me dijo: Os echo mucho de menos a mis cordobeses, nos vemos dentro de poco”. Nunca llegó a volver, aunque su huella se quedó impregnada en los amantes del rock de la ciudad.

Una fiesta homenaje en el Ambigú

Un año y medio después, Emil Gammeltoft, un vocalista escandinavo, aparece en un local de ensayo de Córdoba llevando una camiseta en la que se puede leer: “No necesito terapia, solo necesito venir a Córdoba”. Sus compañeros de sesión celebran el guiño a Manny Charlton, y se ponen a tocar. El ruido cruje los altavoces cuando quedan unas horas para que la escena rockera de Córdoba homenajee como es debido a la leyenda escocesa del hard rock.

Gammeltoft es uno de los artistas internacionales invitados que participan este sábado en el concierto homenaje a Charlton que se celebra en el Ambigú de La Axerquía. Estará acompañado de Neil Murray (bajista de Whitesnake, Gary Moore, Black Sabbath y Brian May), Tracey Lamb (bajista de Girlschool y Rock Goddess) y Helge Rognstad (cantante y guitarrista de The Fluffy Jackets). Tampoco faltará su última banda: La Manny Charlton Band, conformada por Manuel Escudero a la voz, Maikel de la Riva a la guitarra, Charly Rivera al bajo y Antonio Bravo a la batería.

Las entradas para este concierto, al que asistirá la hija de Manny, cuestan 5 euros. Casi un regalo para asegurar una buena entrada que llene la fiesta en honor a uno de los residentes más ilustres que ha tenido la ciudad en los últimos años: aquel tipo que hizo carrera haciendo mucho ruido, pero que quiso venir a Córdoba a disfrutar del silencio.

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