Un verano soñado, bajan las temperaturas
El verano de 2018 no sigue la estela del de 1977. Aquel verano sin verano que ayer mismo reseñase Miguel Moya. No sigue la estela porque la ciudad ya ha alcanzado en una ocasión la barrera de los 40 °C, y los más de dos meses que aún quedan por delante en el verano climático, según dicta la estadística, deberán deparar alguno de esos episodios de los de querer huir a Laponia. Pero lo cierto es que la configuración Atlántica lleva acariciándonos el lomo desde finales de febrero pasado, coqueteando al menos con el sueño de un año, si bien no sin verano, de agradable paso estival.
Calor contenido gracias a la DANA
A nivel sinóptico, cualquier análisis de modelos devuelve una lectura más o menos clara para este comienzo de verano. El de Azores no se muestra, por el momento, especialmente fuerte. Las bajas que recorren el norte del Atlántico rompen con relativa facilidad el bloqueo anticiclónico. La prueba, las casi dos semanas que va a estar pululando la DANA frente al litoral luso. Llegó a mediados de la pasada semana y aún quiere acompañarnos otra semana más, acechando a la Península desde una posición cuasi estática, jugando a intervalos entre la advección cálida norte-africana y la invasión húmeda atlántica.
El pasado fin de semana tuvimos de lo primero, y desde el lunes, el acercamiento a territorio peninsular ha ido facilitando, y va a continuar facilitando, la sustitución de la lengua cálida por una masa de aire algo más fría. El resultado, unas temperaturas muy contenidas que a duras penas van a coquetear con la barrera de los 35 °C hasta finales de mes. Un sueño de poco calor diurno con reflejo en unas noches que van a volver a visitar el territorio por debajo de la veintena de grados.
A destacar el viento en superficie gracias a la cercanía de la baja y a su posición relativa a la Península. El encarrilamiento que los vientos del sudoeste hacen en el valle del Guadalquivir, ya hicieron durante la jornada de ayer que en la capital la máxima quedase por debajo de los 33 °C, cuando el día de antes la AEMet llegó a activar un aviso amarillo en Campiña cordobesa por máximas de hasta 38 °C que tuvo a bien eliminar. Un viento que va a seguir afectándonos, y que mantendrá las temperaturas, si cabe, aún más bajas de lo que las previsiones automáticas están señalando para estos días.
Julio a la espera
Si bien se antoja casi como un idilio el mes de junio que estamos viviendo, los del tiempo empezamos ya a mirar de reojo las hojas del calendario, y constatamos que estamos a escasas dos semanas de entrar en los que estadísticamente son los días más cálidos del año. Los modelos ya muestran dibujos de posibles configuraciones de cara a la primera mitad de julio y, salvo desastre, no se atisban advecciones cálidas de importancia.
El reciente recuerdo, que en breve hará su primer aniversario, del histórico 13 de julio del pasado año, aún resuena en el imaginario de epicidades colectivas cordobesas. Que la DANA nos siga protegiendo.
Más información en el Facebook y el Twitter del Colectivo Meteofreak.
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