Un verano en el Ayuntamiento
Aunque muchos de los concejales se han marchado de vacaciones en agosto, en este mes se están negociando quizás los asuntos más trascendentes del mandato: los presupuestos del 2017 y la posible entrada, o no, de Ganemos al gobierno local
Aparentemente, el mes de agosto en política está considerado como de transición y vacaciones. La mayoría de los concejales, parlamentarios y diputados cogen vacaciones durante la mayor parte del mes. Los que se quedan al frente de las instituciones lo hacen a medio gas. En el Ayuntamiento, por ejemplo, en agosto no hay plenos. Y el equipo de gobierno tiene previstas juntas de gobierno (el verdadero órgano ejecutivo del Consistorio) para la tercera semana del mes. Pero aunque parezca que no pasa nada, están pasando muchas cosas. Y muchas son más trascendentes de lo que parece. Tanto que podrían cambiar el rumbo del actual mandato municipal.
En Capitulares, aunque a medio gas, se están negociando asuntos que pueden ser los más trascendentes del mandato. Por un lado, siguen las reuniones para configurar si finalmente entra o no Ganemos a formar parte del equipo de gobierno. Septiembre es la fecha tope para que la asamblea de la agrupación de electores tome la decisión para hacerlo. Las reuniones, discretas, tienen como objetivo configurar cómo sería la entrada de Ganemos, qué áreas llevaría, cómo se llamarían y quién estaría al frente de qué y cómo. Después, tendrán que ser las asambleas o direcciones del resto de partidos los que tengan que decidir si finalmente se apuesta por el tripartito o no.
En mitad de estas negociaciones se desarrolla otra no menos importante: los presupuestos municipales de 2017. El cogobierno asume que serán los presupuestos menos populares, menos vendibles a la ciudadanía, porque llevarán una subida de impuestos. En qué y cuánto son preguntas aún sin respuesta. Pero el cogobierno y los socios de Ganemos asumen que habrá que votar una subida de impuestos que ya se ha producido en la primera empresa de todas: Cecosam, que subió sus tasas un 2%. El objetivo es que tanto el tercer como el cuarto año de mandato lleve una congelación de los impuestos.
Si fracasan ambas negociaciones, el mandato estará comprometido. Más si finalmente no salen adelante los presupuestos que si Ganemos decide no entrar al gobierno. No obstante, y quizás sea porque es verano, hay optimismo en Capitulares sobre cómo marchan las negociaciones.
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