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Absuelto un acusado de agredir a su pareja y a su suegra tras las contradicciones de ambas en el juicio

Calle Torremolinos en una imagen de archivo.

Alejandra Luque

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El Juzgado de lo Penal número 6 de Córdoba ha absuelto a un hombre acusado de agredir a su mujer y a su suegra después de que el tribunal no haya logrado esclarecer la verdad ante las contradicciones que ambas manifestaron en la vista oral. Los hechos se remontan a la pasada nochebuena cuando estas tres personas y otras más protagonizaron un altercado en la calle Torremolinos.

Durante el juicio, el acusado -defendido por la abogada Magdalena Entrenas- explicó que aunque la relación con su mujer “se había roto”, aún constaba que seguían juntos, por lo que la tarde del 24 de diciembre comieron en casa de la madre de éste tanto él como su mujer, los hijos de la pareja y su suegra. Según la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, tras la comida abandonaron la vivienda ellas dos, madre e hija, mientras que el acusado se trasladó a otro domicilio.

Movida por los celos, la mujer del procesado se acercó hasta dicha vivienda, junto con su madre y sus hijos, para recriminarle su actitud, produciéndose el altercado. El acusado negó que agrediera a nadie aunque matizó que “otro menor pegó” a su suegra. El relato de lo ocurrido y sostenido por el tribunal finaliza en el momento en que se produce el altercado ya que ha resultado imposible elaborar una consecución verosímil de los hechos por la divergencia entre testimonios.

En primer lugar, la mujer declaró que sí acudió a la vivienda en la que se encontraba el acusado visitando a otra mujer y que éste “intentó pegarle”, interponiéndose su madre, quien habría recibido los golpes. Sobre la presencia de un menor, negó que pegara a su madre e insistió en que fue el procesado quien lo hizo, asestándole “varios puñetazos en la cabeza hasta que ella cayó al suelo”.

Por su parte, la suegra del acusado reconoció que tras ver a su hijo yéndose a casa de otra mujer, “se lo dijo a su hija” y ambas acudieron a la vivienda. Declaró que su yerno intentó coger a su hija “por el pelo” y que, además, pegó a un menor “con un carrito de mochila”. Finalmente, la último testigo -la mujer a la que el acusado fue a visitar- manifestó que la mujer del procesado “iba bebida y con ganas de pelearse”, que profirió insultos a su hijo e incluso “pegó a los presentes, reaccionando el menor con un carrito de mochila”. No obstante, la testigo negó que el hombre pegara a nadie.

Por todo ello, el tribunal no ha considerado acreditado que el acusado “le causara las lesiones a su mujer” porque ella misma reconoció “que también fue golpeada por un menor, aunque indica que fue en otro lugar, sorprendiendo que pese al ser golpeada por un carrito de mochila, no presente ninguna señal de dicho golpe”. El tribunal ha resaltado, por otro lado, que la suegra negara “que el menor golpeara” a su hija “pese a reconocerlo esta”. Esta no es la única contradicción en la que incurren ambas testigos, ha continuado la sala ya que ambas testigos difirieron, incluso, en cuestiones relativas a cómo acabó la mujer del acusado en el suelo o el tiempo que pasan en la madre de éste.

Por último, la sentencia ha puesto sobre la mesa “la evidente mala relación entre las partes y las restantes versiones que de lo sucedido aportan tanto el acusado como la otra testigo”, por lo que ha sentencia ha sido absolutoria.

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