Cuando en Córdoba se incautaron 53 toneladas de hachís, el mayor alijo hasta la fecha en Europa
Mayo de 2013. Noche del día 3. La Policía Nacional explosiona una operación contra el tráfico de drogas, hachís más concretamente. Pocas jornadas como aquella se recuerdan en el polígono industrial Amargacena, en Córdoba capital. En una nave, los agentes encontraron el mayor alijo de hachís incautado hasta el momento no solo en España, sino también en Europa: 52,6 toneladas. Esta misma semana, la Policía Nacional intervino en Almería 15,3 toneladas de esta droga escondidas entre palés de sandías y dentro de lo que parecían ser batatas. A pesar de estas cantidades, el alijo incautado hace 12 años en Córdoba sigue liderando la mayor incautación de hachís de Europa.
A diferencia del caso almeriense, la droga incautada en la nave industrial del polígono Amargacena no estaba oculta de ninguna manera sofisticada que ayudara a pasar desaparecida. Cuando los agentes entraron en el inmueble, se encontraron más de 1.700 fardos de hachís, con un peso aproximado de 30 kilos cada uno. Unos estaban repartidos entre 19 grandes cajas de cartón y otros, de forma independiente. No obstante, el hallazgo podría haber sido mayor dado que la investigación permitió constatar que la banda propietaria del hachís alquiló dos naves en este polígono entre enero y febrero de ese año para recepcionar la droga. La primera ya había sido vaciada cuando los agentes entraron en la segunda. En aquel año, la droga incautada en Córdoba -la operación se abriría posteriormente a otras localidades- habría supuesto un beneficio a los narcotraficantes de unos 80 millones de euros.
Esta operación policial comenzó a raíz de la denuncia de un camionero que acudió a recoger maquinaria a una nave anexa. Allí sorprendió a varias personas, que serían miembros de una banda rival, que trataba de robar varios fardos de hachís. El camionero fue maniatado y amordazado, y en el interior descubrió a otras dos personas que permanecían atadas tumbadas en el suelo mientras varios individuos armados parecían registrarla para robar el hachís, según explicó el entonces jefe superior de la Policía nacional de Andalucía Occidental, Miguel Rodríguez.
Posteriormente, tras la denuncia del transportista, los agentes acudieron a la nave industrial y comprobaron que la puerta de acceso se encontraba taponada desde el interior con cinco grandes bloques de hormigón con la finalidad de impedir la entrada. Al registrar la nave, los agentes encontraron las 52,6 toneladas de hachís. Según la policía, la organización de narcotraficantes eligió la capital cordobesa por ser un lugar alejado de su entorno de actuación y porque consideraban que desde Córdoba era más fácil la distribución de la droga, que procedía de África.
Tres años después, seis personas condenadas
El operativo se saldó con diez personas detenidas, de las que seis fueron sentenciadas en 2016 por la Audiencia Nacional. Fueron condenados a penas que sumaban 29 años y 6 meses de cárcel al considerarlos autores de introducir en España la droga incautada en Córdoba y a la que humo que sumar 13,4 toneladas más. La Fiscalía llegó a pedir penas de hasta 45 años de cárcel.
El tribunal consideró probado que cuatro de los condenados, junto a un quinto, fallecido en el momento del fallo, constituían un grupo dentro de una organización criminal que introdujo en España 66,6 toneladas de hachís en el 2013, fecha en la que el valor de tal cantidad hubiese alcanzado en el mercado ilícito más de 100 millones de euros.
Dicha droga estaba oculta en naves de Sevilla, Córdoba y Granada a nombre de uno de los acusados y del fallecido hasta que una pelea ocurrida en uno de los almacenes de la capital cordobesa destapó la trama y los agentes policiales comenzaron a encontrar el resto de lugares de almacenamiento de los estupefacientes.
En el marco de agresiones entre los acusados, un coche quedó empotrado en la nave de Córdoba, donde la policía halló las 19 cajas de cartón sobre palets, además de 362 fardos de más de 11.000 kilos de hachís, mientras que el resto, hasta las 66,6 toneladas, fue decomisado en distintos almacenes de las tres provincias andaluzas donde la red tenía su logística de compraventa de droga.
Las diligencias policiales, las testificales y los documentos probatorios llevaron al tribunal a absolver a tres encausados por el delito contra la salud pública del que se les acusaba, así como a una mujer por el delito de denuncia falsa que se le imputaba.
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