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Personas como Manuel y María del Pilar hacen que Córdoba sea líder en donación de sangre

Manuel Diéguez y María Pilar de Paz, donantes de sangre

Alejandra Luque

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La sangre es el motor que mueve físicamente a nuestro cuerpo. Es indispensable e insustituible. Todavía, la ciencia no ha avanzado lo suficiente para fabricarla en un laboratorio, por lo que la necesidad de sangre solo puede satisfacerse con la solidaridad a través de la donación. Y de ella sabe mucho Manuel Diéguez Santiesteban, un cordobés que lleva donando sangre la friolera cifra de 40 años. Él es uno de los “buques insignias” del Centro de Transfusión de Tejidos y Células de Córdoba, que este viernes celebra el Día Mundial del Donante de Sangre. Córdoba se encuentra en posiciones líderes, rozando la tasa de 40 unidades de sangre por cada 1.000 habitantes, una cifra superior a las medias andaluza y española, que se sitúan en 35 unidades por 1.000 habitantes.

La razón de ser de esta efeméride está en todos esos donantes de sangre que ayudan a que otras personas salgan adelante. La elección del 14 de junio responde a un homenaje al día del nacimiento de Karl Landsteiner, patólogo y biólogo austriaco que descubrió los grupos sanguíneos.

Manuel es celador-conductor del centro de salud de Posadas y su primera donación de sangre fue con tan solo 19 años, cuenta a Cordópolis. Mientras estudiaba Energía Solar en la antigua Universidad Laboral, un día llegó a Rabanales una unidad móvil. Tras unas charlas sobre qué era la donación, su importancia y el procedimiento, él y unos compañeros decidieron donar sangre. “Y hasta hoy”, afirma orgulloso.

Desde entonces, solo ha faltado a su cita con la donación mientras se encontraba haciendo el servicio militar. Hasta día de hoy, Manuel ha donado en 148 ocasiones, la última, esta misma semana, cuando donó plasma. Con los años, lo único que ha cambiado ha sido la periodicidad de la donación: “Cuando era joven donaba sangre cada cuatro meses, pero ahora lo hago de forma más espaciada”, cuenta este hombre, a quien la mili “le dio” su actual profesión. “Llegué con mi carnet de conducir y me pusieron como conductor de camiones y remolques. Aquella formación me la convalidaron en la vida civil con un carnet especial para ejercer de celador-conductor”.

Nunca ha llegado a trabajar para lo que se formó. Así que, tras su paso como “pinche” en el Hospital Reina Sofía en 1989, un año después pasó a ser interino del Servicio Andaluz de Salud (SAS) como conductor-celador, plaza que ya ha conseguido.

Frente a la veteranía de Manuel está María del Pilar de Paz Cebrián, una joven de apenas 20 años que el 24 de mayo realizó su primera donación de sangre. Estudiante de Psicología, asegura que desde los 18 años tenía “la idea de querer” hacer este gesto, ya que sus padres son donantes de sangre. El impulso que le faltaba ha sido un momento vital: la reciente necesidad de sangre por parte de su abuelo.

En el caso de las mujeres, la frecuencia de donación está en tres veces al año como máximo, mientras que en los hombres se eleva a cuatro. Independientemente del sexo, todos deben dejar pasar dos meses como mínimo entre una donación y la siguiente. De Paz afirma que en su grupo de amigos es la única que ha dado el primer paso de donar sangre, pero su experiencia la ha dado a conocer a través de sus redes sociales con el objetivo “de concienciar” sobre un acto “que no cuesta nada y ayuda muchísimo”.

Para el director médico del Centro de Transfusión, Pedro de Torres, la incorporación de nuevos donantes es vital para las donaciones. Según los datos facilitados a Cordópolis, el centro cuenta con un 10% de donantes nuevos, una cifra que la entidad busca ir elevando poco a poco para asegurarse el “relevo generacional”. De Torres recuerda que la donación de sangre está permitida hasta los 65 años, por lo que es vital que “savia nueva” se incorpore a este mundo de la solidaridad teñida de rojo.

Balance de este año

A fecha de 12 de junio, el centro ha realizado 232 colectas periféricas y se han extraído 13.176 bolsas de sangre, se han realizado 530 donaciones de plasmaféresis y 37 de plaquetoféresis. Este último tipo hace referencia a la donación de plaquetas, procedimiento que se lleva a cabo “cuando hay enfermeros que necesitan unas plaquetas específicas”. Hasta la fecha se han producido durante este año un total de 15.019 donaciones.

Además, durante estos meses se han realizado 79 tipajes de médula ósea, es decir, pruebas de histocompatibilidad (HLA). A través de estos análisis, los donantes manifiestan su compromiso expreso de donar médula cuando haya algún paciente compatible que así lo requiera.

Según datos del centro, se necesitan de manera urgente donaciones de los grupos 0-, A+ y A-. No obstante, De Torres explica que en el centro “siempre hay déficit de los grupos más especiales”, aunque el cambio radica en el uso que se les da a las unidades de sangre. Desde hace dos años, las bolsas son propiedad de la Red Andaluza de Medicina Transfusiones, Tejidos y Células, que es quien deriva las donaciones a los sitios de la comunidad autónoma en función de la necesidad. Pese a ello, en el centro “siempre se intenta que haya un stock mínimo para cubrir las necesidades” para seguir dando vida con tan solo un gesto.

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