“Me hice poderosa”: el resultado de la lucha social frente a los desahucios
Margarita Cortés es una vecina de Córdoba que se quedó viuda con tres niños, no podía pagar un alquiler y entró en una vivienda propiedad del banco. Tras un juicio consiguió el alquiler social que ha mantenido hasta febrero de 2022, cuando le negaron la renovación. Desde el banco le dan dos opciones: comprar el piso o irse, algo que asegura que no puede hacer. “Si yo pudiera comprar el piso, ¿estaría yo aquí? Si tuviera dinero ya me habría ido”, comenta en una entrevista con Cordópolis.
Actualmente vive con su hija y su nieta, continúa pagando el alquiler y guardando los recibos “para que conste en un posible juicio”. Además, cuenta con las firmas de sus vecinos, que lamentan su situación y no quieren que se marche del barrio. “Es una mujer trabajadora, cuidadora de su familia, no se niega a pagar”, apunta la portavoz de la plataforma Stop Desahucios, Rocío López.
Margarita es una de los cientos de afectados por desahucios por impago de alquiler, personas que no aparecen en las estadísticas. “Las familias no esperan hasta el final del procedimiento como pasa en una ejecución hipotecaria, así que no hay repercusión”, comenta Rocío.
Cuando el hijo de Margarita le habló de la labor de esta plataforma, ella se encontraba “al límite” psicológicamente. “No salía de mi casa, me hice pequeña”. Una vez que se puso en contacto con ellos le proporcionaron el apoyo que necesitaba. “Cuando empecé con la plataforma me hice grande, poderosa”, dice agradecida. La portavoz de la plataforma añade que todos los miembros ponen de su parte para ayudar, afectados o no. “Está luchando por su caso y por el de los demás. Esto no es asistencialista, aquí se colabora”.
El papel de Stop Desahucios
La estrategia de actuación es doble: reactivar y planificar en colaboración con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). “Hace poco le hemos hecho llegar un vídeo al fondo buitre que tiene algunos pisos”, explica López. En su histórico de familias atendidas contabilizan casi un millar e intuyen que en un par de años, debido a la subida de intereses, habrá nuevas familias afectadas. “Esa ola tardará un poco, pero llegará”.
A estos problemas para pagar por una vivienda se suman las listas de espera en los organismos públicos. “El gran problema de este país es que no hay parque público de vivienda”, denuncia López. Esta es una de sus principales exigencias, “no hay que construir más, hay que redistribuir la vivienda que ya hay”.
Asimismo, hacen un llamamiento al Ayuntamiento de Córdoba. “Esto no se trata de enfrentarnos, sino de buscar soluciones entre todos” y les piden que retomen la comisión de vivienda y la Oficina Municipal de la Vivienda, que “no tiene los recursos que necesita ni presta los servicios que debería”.
“Si los bancos hoy negocian más, es porque la plataforma ha estado durante años lanzándose a la calle y presionando”, expone con contundencia la portavoz. “La forma de cambiar las cosas es enfrentarlas”. A lo que añade Margarita que “la gente tiene que saber que detrás de esto hay personas importantes luchando por nosotros”.
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