La crecida del Guadalquivir también llena los embalses

La sequía que ha vivido la cuenca del Guadalquivir ha sido tan intensa que uno de los sistemas de emergencia activados sigue funcionando a pleno rendimiento. Uno de ellos fue el bombeo hacia los embalses del agua del río Guadalquivir. Obviamente, el bombeo funciona mejor cuando más crecido baja el río. Y eso es lo que está pasando en las últimas semanas.
En Córdoba hay tres embalses con estaciones de bombeo en el cauce del Guadalquivir: La Breña II, San Rafael de Navallana y el Arenoso. Los tres se usan principalmente para el regadío del verano y el bombeo, que tiene un alto coste por los precios de la electricidad, lo acaban pagando los regantes en sus facturas posteriores, aunque antes lo tiene que asumir o bien la Confederación o bien la empresa encargada de la gestión del embalse.
Ahora mismo, el bombeo funciona al mayor rendimiento posible en un sistema que es muy complejo. El de La Breña II, por ejemplo, está aportando una media de 0,8 hectómetros cúbicos de agua al día al interior del embalse. Actualmente, es un 10%, aproximadamente, de toda el agua que entra en el segundo pantano más grande de toda Andalucía, con una capacidad de 823 hectómetros cúbicos y que actualmente retiene 193. Es decir, al ritmo actual La Breña II necesitaría unos 80 días aún para llenarse, algo que no va a ocurrir, obviamente.
No obstante, los ingenieros están aprovechando la crecida del Guadalquivir para facilitar la llegada del agua hasta la toma de contacto del bombeo. Desde allí, se impulsa el agua al interior del pantano. En esencia, el agua se eleva unos 40 metros hasta que entra en el embalse, donde se aprovecha para acumularla para la futura campaña de regadío.
Ocurre lo mismo en San Rafael de Navallana. A pesar de que la reserva de este embalse está creciendo rápidamente (este miércoles superó el 80% de su capacidad), el sistema de bombeo sigue funcionando y aportando agua por si acaso. Es probable que en las próximas horas, si sigue lloviendo, se interrumpa el bombeo por una razón obvia: Navallana se habrá llenado y es probable hasta que se inicie su desembalse.
También hay un sistema de bombeo en El Arenoso, un embalse construido para el regadío y que también tiene una enorme capacidad (166 hectómetros cúbicos). Actualmente está al 40% y el bombeo ayuda a mejorar la situación. A diario entran 0,1 hectómetros en el embalse. No es una gran cantidad pero sí que es una aportación que a largo plazo acaba notándose. Y es un agua que también se saca del propio cauce del Guadalquivir cuando baja crecido.
La Confederación dice que el riego de verano no está garantizado al 100%
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha informado de que la situación hidrológica de la cuenca es muy dispar, con precipitaciones concentradas en la parte más occidental que han aumentado las reservas de Sevilla, Huelva y, en menor medida, Córdoba mientras que en la zona de Jaén y Granada se mantienen más bajos los niveles de agua almacenada. Este escenario hace que los embalses del Sistema de Regulación General, que suministra agua a más del 80% del regadío de la cuenca y que está en situación de alerta, presenten aún un déficit de más de 1.100 hectómetros cúbicos respecto a la media histórica de los últimos 25 años.
La directora técnica de la CHG, Nuria Jiménez, ha explicado así, durante la comisión de desembalse de carácter informativo celebrada en Sevilla, que hay que ser prudentes con las dotaciones -que se aprobarán en la próxima reunión prevista para finales de abril- y que de momento solo se puede garantizar un 30% de las mismas, unos 2.000 metro cúbico por hectárea. No obstante, Jiménez se ha mostrado optimista porque las reservas del Sistema de Regulación General están comenzando a subir con estas lluvias, a razón de casi 5 hectómetro cúbico a la hora, por lo que confía en que dependiendo de cómo se desarrollen las precipitaciones de marzo y abril las dotaciones puedan acercarse al 50%.
Las dotaciones del año pasado fueron de un 66,7%, 4.000 metro cúbico por hectárea para los cultivos de mayor consumo de agua. Para llegar a una situación similar, según ha apuntado la directora técnica, se necesitaría embalsar unos 400 hmetro cúbico más en el Sistema de Regulación General, donde están los embalses grandes y de cabecera que actualmente está al 33%, mientras que el resto de la cuenca supera el 45% de su capacidad.
La precipitación media acumulada desde el inicio del año hidrológico (1 de octubre) es de 401 l/metro cuadrado, similar a la del año pasado por estas fechas (400 l/metro cuadrado) y algo superior a la media histórica (365 l/metro cuadrado). Respecto a las aportaciones a los embalses de la demarcación en este periodo, han sido de 1.552 hmetro cúbico, cuando la media de los últimos 25 años es de 1.936 hmetro cúbico.
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