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El cauce del Guadalquivir, en mínimos históricos en Córdoba tras el cierre de los embalses

El río Guadalquivir sigue bajando su caudal a su paso por Córdoba

Alfonso Alba

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El cauce del río Guadalquivir está en mínimos históricos a su paso por la ciudad de Córdoba. Según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica de la Cuenca del Guadalquivir, el río a su paso por el aforo de Casillas está 40 centímetros por debajo de la lámina de agua que debería tener para fluir. Nunca en el último año ha tenido un cauce tan escaso. Y aunque es la quinta vez que el río baja por debajo de su nivel para fluir, nunca en los últimos tiempos había registrado un valor tan escaso.

La causa está en que el sábado 1 de octubre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) cerró todos los embalses para el regadío. Aún hoy, el Guadalquivir funciona como un gran canal de riego que permite que los embalses situados aguas arriba suministren a los regantes de la zona baja del río. Durante el verano, el río grande de Andalucía bajaba alegre precisamente por eso, por que hacía la función de un gran canal de riego.

El cierre de los embalses, salvo para el suministro a los núcleos urbanos y el mantenimiento del caudal ecológico, ha devuelto la realidad de la sequía al Guadalquivir. Bajo el Puente Romano se puede cruzar el río salgo en uno de los milenarios ojos del viaducto. No obstante, el cauce en ese punto apenas cubre por encima del tobillo. El río, por tanto, es perfectamente vadeable en este punto. El propio Puente Romano actúa como una especie de presa que permite que haya una lámina de agua hasta el Puente del Arenal. Pero su profundidad es escasa.

Aguas abajo está el azud de Casillas, el punto en el que la Confederación tiene un aforo para medir el nivel del cauce. El azud actúa también como otra especie de presa que permite que la lámina de agua se extienda desde el Puente de San Rafael hasta el de Andalucía. Igualmente, en este punto el río no fluye sino que el agua es una especie de gran lago sin movimiento y con escasa profundidad.

La pasada campaña hidrológica va a pasar a la historia como una de las más secas. Los embalses están al 15% en toda la provincia de Córdoba y hay ríos y afluentes cuyo cauce ha desaparecido completamente. El caso más extremo está en la Sierra de Córdoba, donde el Bejarano lleva dos veranos desapareciendo, algo que no ocurrió ni en los peores años de la sequía de los noventa.

En los últimos 12 meses, el Guadalquivir ha dejado de fluir a su paso por Córdoba un total de cinco veces, pero ninguna como ahora. Entre el 13 y el 16 de octubre de 2021, llegó a bajar 29 centímetros por debajo de su cota normal. En noviembre y en diciembre rondó los 15 centímetros. Tuvo una pequeña crecida para el 26 de diciembre, cuando el cauce estuvo 60 centímetros por encima de cota. Y en febrero volvió a dejar de fluir bajando a los 25 centímetros. De nuevo en mayo, y a las puertas del inicio de la campaña de riego, el río bajó hasta los 15 centímetros por debajo de su nivel habitual.

Ahora, el descenso es el más extremo de todos. Este martes estaba ya en los 40 centímetros por debajo de cota, una situación no vista en este año ni en el actual periodo de sequía de la última década.

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