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Los casos de leishmaniosis en personas: 355 en España, 52 en Andalucía y 14 en Córdoba

Imagen de un mosquito sobre piel de una persona.

Carmen Reina

1 de octubre de 2025 20:14 h

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Recientemente, se conocía en el municipio de La Carlota (Córdoba) el caso de una persona a la que se había detectado la enfermedad de la leishmaniosis, habitualmente asociada a animales como los perros. Pero esta enfermedad es una zoonosis, es decir, es transmisible a las personas, no directamente de la mascota contagiada, sino a través de la picadura de un mosquito del animal infectado al humano.

El caso de este contagio de leishmaniosis en este municipio cordobés ha sido conocido por saltar la información a los medios de comunicación, pero no es el primero ni el único. Los últimos datos -facilitados a este periódico- señalan que, en lo que va de año, en el conjunto de España se han registrado 355 casos de personas con leishmaniosis, en Andalucía han sido 52 y en la provincia de Córdoba un total de 14.

“Son cifras algo más bajas que el año pasado”, explica a Cordópolis la jefa de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, Inmaculada Salcedo. Como ejemplo, se señala que Andalucía contabilizó el ejercicio pasado 58 casos. “Es una enfermedad que está muy vigilada”, constata al indicar cómo, desde el ámbito animal son los veterinarios quienes la previenen y tratan, mientras que los médicos preventivistas en salud pública hacen lo propio en lo que respecta a las personas.

Contagio a través de la picadura del mosquito

La leishmaniosis es una enfermedad que pueden desarrollar mascotas como los perros o los gatos, pero también -advierte esta experta- ratas comunes que aparecen en la ciudad. El contagio a un humano no se produce directamente desde ese animal, sino a través de la picadura de un mosquito que la transmita al picar primero al animal que ya tenga el parásito y después a una persona. Por eso, se insiste en la prevención para evitar picaduras de mosquitos como arma contra esta enfermedad, tanto en las mascotas como en las personas.

Siendo más conocida en animales como perros, ¿cómo cursa la leishmaniosis en los humanos? “Hay síntomas algo inespecíficos, puede dar fiebre, malestar, dolor muscular”, desgrana Salcedo. Pero a veces también pueden aparecer llagas en la piel de la cara y las manos, un claro signo de alerta. La gravedad aumenta si la afección se ve en órganos, como pueden ser el hígado o el bazo, que presentan inflamación. Y advierte: “La afección visceral puede aparecer de dos a ocho meses después de la picadura del mosquito” que ha transmitido la enfermedad.

Protección individual frente a mosquitos.

Prueba PCR para detectar la leishmaniosis

Ante los síntomas que presenta el paciente y que pueden corresponderse con un contagio de leishmaniosis, se realiza una prueba PCR que detecta el parásito. “Hay una prueba específica que detecta la leishmania que se realiza”, sobre todo ante la sospecha de que pueda haber afectación visceral.

Si hay un resultado positivo, el tratamiento que se utiliza son los denominados antiparasitarios antimoniales. “Si el paciente presenta afección en vísceras se suele ingresar y tratar, hasta que la evolución sea favorable”. Las complicaciones que esta enfermedad en humanos puede conllevar, de un lado, pueden suponer sangrados en el hígado o el bazo y, de otro lado, las llagas en la piel pueden acabar dejando “cicatrices o, raramente, incluso deformaciones”.

“La mayoría de los casos son leves, pero cuando hay afectación visceral se ingresa al paciente para su estudio y tratamiento. De ahí se van curados y hay una evolución buena”, constata la especialista. Eso sí, de no tratarse la leishmaniosis en el paciente y afectar a los órganos, puede ser letal: “Puede darse una insuficiencia hepática”.

Con todo, los expertos en Medicina Preventiva insisten en esa prevención como mejor arma para evitar el contagio por picaduras de mosquitos , primero de las mascotas, y también de los humanos utilizando repelentes, ropa que cubra el cuerpo y evitando horarios en los que estos insectos están más activos como el amanecer y el atardecer, además de tomar especiales precauciones si se viaja a zonas endémicas.

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