El cambio de hora ahorra 2,3 euros por persona y año en Córdoba
Este fin de semana, a las 2:00 de la madrugada del domingo se adelantarán los relojes una hora, “salvo que la Unión Europea haya decidido suprimir el cambio horario”. Así reza en una de las muchas agendas del 2021 que se editaron en los primeros meses del año pasado, cuando el debate sobre la necesidad del doble cambio horario anual estaba en auge en Europa y antes de que la pandemia obligara a la UE a ocuparse de asuntos más urgentes.
El caso es que la decisión en la ‘impuntual’ UE, incluso cuando de relojes se trata, se está retrasando mientras que el debate sobre el cambio de hora arrecia, especialmente en España en donde en la macroencuesta a 4,8 millones de europeos que realizó en el 2018 figura como el tercer país (tras Finlandia y Lituania) más partidario en la UE de que se termine con el horario de invierno y de verano, según recoge la comercializadora de energías verdes Unieléctrica, con sede en Córdoba, en un informe divulgativo y técnico para calcular el impacto que tendría en su sector si se dejará de aplicar el cambio de hora.
Curiosamente, el sector energético no es el que debe esperar más impacto sea cuál sea la decisión, a no ser por el mayor protagonismo que está tomando los últimos años la producción fotovoltaica, para la que convendría hacer coincidir en lo posible con los mayores picos de demanda de la jornada. En todo caso, y antes de cualquier consideración, los datos parecen dar la razón a los que estiman que el supuesto ahorro energético que se produce con este sistema de cambio horario no trae cuenta. Entre ellos, la propia UE que estima el ahorro anual por hogar en solo de 6 euros, lo que en Andalucía (con 3,24 millones de familias, según el INE) supondría una rebaja del gasto de unos 18 millones, pero apenas 2,3 por persona, estando la provincia de Córdoba en esa media. Con otras palabras: algunas familias ahorrarían más, si se permite el símil, en infusiones para dormir mejor o en fármacos para problemas con el sueño que si no existiera este cambio horario y los trastornos para el descanso que se le achacan, especialmente en el cambio horario de primavera donde se ‘pierde’ una hora de sueño.
Al respecto, la UE tiene que, como decidió en el 2019, coordinarse con los países miembros, que deberán elegir en qué horario se quedan, si en el de invierno o el de verano, una cuestión en la que hay intereses enfrontados. En primer lugar, por comunidades autónomas. Así, si nos quedamos con el horario de verano en Galicia amanecerá en diciembre sobre las 10 de la mañana, mientras que de tomar el horario de invierno en Baleares anochecería para un turismo ansioso de sol a las 5:24 PM en diciembre, a las 8.24 PM en pleno solsticio y fiestas de San Juan y a las 7:24 a mediados de agosto.
Si eso se cruza con los intereses de diversos sectores productivo, la situación se complica, con la hostelería más favorable a quedarse en el horario de verano, por lo que implica especialmente en la actividad turística, mientras que otros sectores y ramos verían mejor el horario de invierno, por ejemplo el sector público o la industria, para evitar, y son también ejemplos, que los trabajadores de factorías o los propios escolares tengan que levantarse en noche cerrada y entrar en los centros incluso una hora antes de amanecer.
El tercer factor para el debate son hábitos y costumbres locales, como el intenso calor en Andalucía, Extremadura, Murcia y Castilla-La Mancha en verano, que obligan a cortar la actividad en las horas más tórridas y prolongarla hacia por la noche. Incluso habría que tener en cuenta un cuarto condicionante: España, desde mucho antes de los dos cambios de hora anuales, allá por 1940 y en plena Segunda Guerra Mundial al seguir razones políticas, no se encuentra en su huso horario correspondiente, el del meridiano de Greenwich, sino que sigue el de Berlín.
En todo caso, y con datos de Red Eléctrica Española, podría esperarse en el futuro un mayor ahorro, consecuencia del mayor papel que está tomando la producción fotovoltaica en España (tan enorme que incluso algunos expertos están calificando de ‘atropellado’), si al final el país adoptase el horario de invierno.
Al respecto, un estudio de la curva de la demanda en el solsticio de verano, el 21 de junio del pasado año muestra como la producción fotovoltaica supuso más del 10% de la demanda entre las 8:40 y las 19:30 horas (porcentaje que en el día con menos sol, el 22 de diciembre, solo se alcanzó durante poco más de cuatro horas), pero que de haber tenido el horario de invierno habría sido más ‘eficaz’ al coincidir con un mayor tramo de horas de gran demanda. Otro dato significativo: la fotovoltaica está batiendo records este de marzo desde mediados de mes con cinco días consecutivos hasta alcanzar un 25,5% de la demanda de un pico del día, las 14:03 horas del 17 de marzo.
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