El Ayuntamiento tala la araucaria de 75 años de la plaza de las Capuchinas, que estaba seca y enferma

El Ayuntamiento de Córdoba ha talado recientemente la araucaria de 75 años que estaba ubicada en la Plaza de las Capuchinas. Se trataba de un ejemplar de 20 metros de altura incluido en el catálogo de Árboles Singulares de la Ciudad de Córdoba y que en los últimos meses se ha acabado secando. Además, según han confirmado fuentes municipales, el árbol estaba enfermo.

Hasta su tala, esta araucaria presidía la estatua del obispo Osio. Ya en enero de este año, un técnico de la Delegación de Parques y Jardines del Consistorio alertó, en una reunión de la Comisión del Árbol, de que el ejemplar estaba seco e inclinado. Entonces se le estaban aplicando bioestimulantes para estimular y favorecer la generación de nuevos tejidos, pero no ha sido suficiente.

En la última reunión de esta comisión se acordó su tala, ya que, aunque la araucaria había respondido levemente a este tratamiento, el mismo no había sido suficiente. El informe presentado en este encuentro, según fuentes municipales, señala que “la vitalidad del árbol se había reducido drásticamente en los últimos seis años”. Esto se ha traducido “en un secado progresivo de ramas desde la zona apical hacia la base”. Es por ello por lo que, hasta el momento de su tala, solo presentaba algunos vestigios de verdor en su tercio inferior, mientras que la parte superior estaba completamente seca y presentaba ramas muertas y tronzadas“.

Asimismo, los exudados de resina presentes en toda la longitud del tronco eran “un síntoma inequívoco de estrés en coníferas por diversos motivos: infecciones patógenas, plagas y daños mecánicos”. Dicho informe dejaba constar que no existe “tratamiento sistémico para este tipo de infecciones en árboles”, por lo que desde Parques y Jardines se le aplicaron aminoácidos y oligoelementos que no han llegado a tiempo para salvar la araucaria.

Tras esta tala, el Ayuntamiento plantará en su lugar un ejemplar de la misma especie, decisión aprobada también en la última Comisión del Árbol.

A finales de agosto, este periódico informó de otro árbol que se había secado, también un ejemplar singular: la encina ubicada en el Bulevar de Gran Capitán a la espalda de la iglesia de San Hipólito, que ya el año pasado presentaba parte de sus ramas secas y que este verano se ha acabado secando por completo.