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El viejo puente de Benamejí, un ahorro de 18 millones de euros que dejó un punto negro en la Autovía de Málaga

El puente, con los restos del camión accidentado este lunes al fondo

Alfonso Alba

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Hasta el año 1995, el viaje a Málaga por carretera tenía que salvar la enorme grieta que deja el río Genil por Benamejí por un puente construido por Hernán Ruiz II en el siglo XVI. El famoso puente renacentista fue una obra tan importante y tan impresionante entonces que siguió en uso hasta los años noventa. Muchos cordobeses recuerdan su paso, al que había que llegar tras una sucesión de curvas que provocaba los habituales mareos entre los pasajeros.

En los noventa, Benamejí se convirtió en un cuello de botella en el viaje a Málaga desde Córdoba. El acceso era uno de los principales a la Costa del Sol desde la Meseta en los años en los que todavía no se habían construido otras autovías, como la de Jaén a Granada o la A-92. Por eso, el Gobierno aceleró entonces para construir otro puente que evitara las curvas y que protegiera al renacentista.

Entonces, que la N-331 entre Córdoba y Málaga se acabase convirtiendo en autovía no era ni un proyecto a medio plazo. Por eso, los ingenieros diseñaron un viaducto en el punto más estrecho del cañón que dibuja el río Genil en la zona. El objetivo era construir la menor longitud posible de puente y por eso el trazado es en curva. El puente se diseñó además para una carretera de doble sentido. Ya entonces, la obra fue monumental, al trazar un viaducto a más de 100 metros de altura desde el lecho del río. Pero pronto el puente se quedó pequeño.

Apenas unos años después, el Gobierno decidió construir la Autovía de Málaga (A-45), un proyecto que se inició en el año 2000 y que se acabó en 2011. El tramo más complicado para los ingenieros ya se sabía entonces que iba a ser el de Encinas Reales a Benamejí, y no solo por el puente. En Encinas Reales, el terreno, las famosas arcillas expansivas, complicó mucho unos taludes que se vinieron varias veces abajo y que hubo que reforzar.

Ya entonces, los alcaldes de la zona, los empresarios y hasta diferentes ingenieros pidieron al Gobierno que jubilara el antiguo puente de Benamejí. Según un estudio técnico del año 2005, el viejo puente sobre el río Genil -que se eleva a unos 100 metros de altura- no tenía la anchura suficiente como para acoger a dos carriles de una autovía de primera generación, que es el modelo que se construyó construyendo entre Córdoba y Málaga. Al contrario, la enorme pasarela finalizada en 1995 está diseñada en forma de curva cerrada en una zona en la que, además, suele soplar el viento fuerte por la configuración del valle sobre la que se levanta. Este estudio técnico señalaba que entonces el paso por el puente está limitado a una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora. Su utilización como sentido único en una autovía elevó este límite hasta los 70 kilómetros por hora. El Ministerio de Fomento intentó aumentar esta velocidad hasta los 95 kilómetros por hora con el reperaltado de la curva, pero los técnicos lo desaconsejaron por la complejidad de la pasarela, que en este caso podría sufrir daños estructurales.

Incluso el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil recomendó entonces reducir la velocidad a 60 kilómetros por hora. Hoy está a 70 kilómetros por hora, en un tramo que además está regulado por un radar a la salida. Los agentes del instituto armado aseguraban entonces que durante muchas mañanas del invierno la niebla impide la visibilidad en el puente y que, además, las heladas también han provocado problemas en la zona a pesar de que el puente cuenta con un singular sistema de calefacción incorporado bajo el asfalto para derretir las placas de hielo.

Pero el Ministerio de Fomento decidió en marzo de 2005 aprovechar el antiguo puente de la N-331 para la Autovía de Málaga. El objetivo no era otro que el de reducir costes -unos 18 millones de euros según el informe técnico- y el de rebajar el plazo de ejecución de las obras, que entonces se esperaba que concluyeran el 31 de diciembre de 2007.

En el mismo proyecto se previó la construcción de un nuevo puente a unos 900 metros de distancia del actual. Esta pasarela cubre una longitud de 605 metros, basándose en seis grandes pilares distanciados entre sí por 100 metros cada uno. Al contrario, el antiguo viaducto de la N-331 cubre una distancia de algo más de 200 metros con dos pilares. El compromiso del Ministerio entonces dirigido por la socialista Magdalena Álvarez era dejar para el futuro la construcción de un puente gemelo para la autovía con el que poder jubilar el antiguo sobre la N-331. Pero más de 15 años después, no hay compromiso alguno.

Hoy, el antiguo puente de Benamejí es el único punto negro de una autovía muy segura, la A-45. Es la única zona en la que los conductores tienen que reducir mucho la velocidad. De hecho, se construyeron varias curvas precisamente para que los vehículos fuesen reduciendo.

Este lunes, por causas que se están investigando, un camión cargado de telas se ha caído por el puente. En principio, parece ser que al vehículo le reventó una rueda. Pero el accidente podía haber sido menos grave si la entrada al puente no fuese en curva, coinciden varios técnicos.

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