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La Casa de Alba evita una expropiación para una mega planta solar que se traslada ahora a las puertas de un pueblo

Marcha contra la 'megaplanta' fotovoltaica en Morente (Bujalance).

Alfonso Alba

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La extensión de mega plantas fotovoltaicas en el Valle del Guadalquivir se ha topado con históricos aristócratas y tenedores de tierras. Uno de sus rostros más conocidos es el de Cayetano Martínez de Irujo, hijo de la duquesa de Alba, actual duque de Arjona y conde de Salvatierra. Martínez de Irujo es propietario, por herencia, de grandes extensiones de tierra en El Carpio, Montoro y Bujalance, en la provincia de Córdoba, donde desde hace siglos su familia cultiva cereal e incluso productos de regadío.

Hace un año, Martínez de Irujo se topó con que una empresa privada le iba a expropiar parte de las tierras que había heredado. Con la ley en la mano, la empresa Generadora Eléctrica IV SL había conseguido que se declarase de interés público la construcción de una mega planta fotovoltaica en las tierras de la Casa de Alba. Esa expropiación marcaba un precio con el que Cayetano Martínez de Irujo no estaba de acuerdo. El aristócrata llegó a protagonizar protestas en Bujalance y se negó a ser expropiado. Finalmente, Generadora Eléctrica IV desistió. Pero no de construir la planta.

Tras renunciar a la licencia, que ya tenía concedida, en la parcela propiedad de Cayetano Martínez de Irujo, la empresa ha estado buscando nuevas ubicaciones en las inmediaciones. Y ya las ha encontrado, según una resolución firmada el pasado 12 de julio por el delegado de Industria, Energía y Minas de la Junta en Córdoba, Agustín López, pero que se acaba de someter ahora a información pública. El proyecto se traslada a apenas un kilómetro de un pueblo, Maruanas, que depende de El Carpio. El suelo, no obstante, está en otro municipio, Bujalance.

Esta planta tendrá una potencia de 43,15 megawatios y supondrá la instalación de un total de 73.770 módulos. Su tamaño, por tanto, tendrá un gran impacto en Maruanas. La ubicación elegida no es baladí. La empresa construirá esta megaplanta junto a otra ya aprobada, llamada Guadalquivir 2, que también ha sido contestada por los vecinos de Maruanas, aunque no consta que vaya a ser trasladada.

La finca de Cayetano Martínez de Irujo se llama El Hierro y es una histórica propiedad en la zona, que en su día administraba su madre, Cayetana. En las inmediaciones también estaba prevista una segunda gran fotovoltaica, llamada Guadalquivir 1, que también será trasladada, aunque su ubicación definitiva aún se desconoce. Esta se ubicaba en la finca Las Flores, de un propietario diferente. Ambas se unían a una tercera planta y cuarta planta, que de momento se van a construir: Guadalquivir 2 y Guadame 5. Todas formarían parte de un único complejo de generación de electricidad gracias a los rayos del sol.

Guadame 5 ha sufrido modificaciones. Este proyecto fue el que generó más reacción ciudadana por su cercanía al municipio de Morente, dependiente de Bujalance. La planta se iba a construir a 500 metros del casco urbano. Ahora se hará a un kilómetro, tal y como establece la ley, según han informado fuentes de la plataforma Stop mega plantas solares en el Valle del Guadalquivir.

El interés público

En las inmediaciones de Morente está prevista la construcción de hasta seis plantas fotovoltaicas. Ninguna supera los 50 megawatios por separado. Juntas llegan a los 288 megawatios y ocupan 570 hectáreas de terreno.

Los proyectos que superan los 50 megawatios de potencia necesitan la autorización del Gobierno. Los que no, de la Junta de Andalucía. Aunque un proyecto de estas dimensiones requiere de mucha documentación y permisos, los vecinos de Morente sostienen que los requisitos de la Junta de Andalucía son más laxos. También se analizan de manera individual y no en su conjunto.

El gobierno andaluz, con la ley en la mano, ha considerado que los proyectos son “de interés público”. Es decir, los promotores no necesitan contar con el visto bueno de los propietarios del suelo. Los agricultores son expropiados e indemnizados. Pero no son expropiaciones para siempre. En un plazo de unos 40 años la tierra volverá a su poder. Eso sí, ya no como zona de cultivo sino industrial.

Un valle fértil repleto de placas solares

El Valle del Guadalquivir es uno de los más fértiles de España. La feracidad de sus tierras, convertidas en su mayor parte en latifundios, hizo ricos a sus propietarios, especialmente a partir de la conquista cristiana. La proximidad del Guadalquivir convirtió a muchas de estas parcelas en regables y ahí se cultivaron todo tipo de cereales, remolacha, algodón o maíz.

A unos 40 kilómetros de distancia se encuentra Marmolejo, un pueblo de Jaén casi limítrofe con la provincia de Córdoba. En su término municipal se ha construido una de las grandes subestaciones de transformación eléctrica del sur de la Península, justo lo que necesitan las grandes plantas fotovoltaicas para evacuar la energía que generan. Por eso, al calor de esta subestación se han desarrollado varios proyectos en la zona.

En El Carpio ya existe una gran planta fotovoltaica, que separa a este municipio de Pedro Abad. Ahora está previsto el complejo Guadalquivir, pero también dos plantas más llamadas Guadame, varias instalaciones al oeste de Bujalance y otros tres proyectos más entre Pedro Abad y Montoro: Aliso, Alcudia y Albornez.

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