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Iván Ania: “El ascenso a Segunda División nos cambió la vida”

Entrevista N&B a Iván Ania, entrenador del Córdoba CF

Jesús Ventura / MADERO CUBERO

24 de agosto de 2024 20:21 h

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Uno de los puestos más injustos en el mundo del fútbol es el del entrenador. Cuando las cosas van genial, salvo excepciones, siempre se acordará de los jugadores que han llevado al club a un título o a un ascenso, pero siempre que la racha va mal, el primero en caer en todos los escenarios es el técnico que actúa en el banquillo. “Es más fácil echar a uno que a cinco”, es lo que se dice siempre, aunque haya demostrado que está más que capacitado para ocupar este puesto. Aun así, esto es el balompié, donde importa más el presente que lo pasado. En cambio, esta situación no parece que se encuentre cerca en un Córdoba CF que ha encontrado a la figura ideal para comandar su barco.

Iván Ania Cadavieco (1977) se ha ganado a pulso su segunda experiencia en Segunda División. Sí, no es debutante en la categoría de plata del fútbol español, ya que tuvo la oportunidad de dirigir al primer equipo del Racing de Santander en la temporada 2019-20 tras conseguir el ascenso a la disciplina profesional, tal y como ha ocurrido en Córdoba. Sin embargo, esto no quiere decir que vaya a ocurrir lo mismo, debido a que el ovetense tan solo duró 15 jornadas al mando de esa plantilla después de conseguir una única victoria. Esta vez la historia es diferente y la experiencia es un grado para un entrenador que quiere asentarse en estos niveles.

No ha sido fácil llegar hasta este instante, a tan solo horas de debutar como local en Segunda División en un escenario que ha estado fuera del fútbol profesional durante los últimos cinco años, pero el reto no trae consigo ansiedad, sino que ilusión por hacer bien las cosas y consolidar a un club histórico como es el Córdoba CF en Segunda División nuevamente. Es por ello que Iván Ania ha atendido a Cordópolis con la naturalidad que a veces falta en estas categorías, hablando de su pasado, un presente donde echa en falta su núcleo familiar y un futuro que pretende seguir con tonos blanquiverdes.

PREGUNTA (P). Horas antes de que comience el choque ante el Burgos CF. Vuelve el Córdoba al fútbol profesional. Este lunes, El Arcángel será nuevamente de Segunda División cinco años después. Imagino que ya ese reto después de conseguirlo hace apenas dos meses, pues tiene que ser ilusionante tanto para ti como para todos los que componéis ese vestuario.

RESPUESTA (R). Sí, por supuesto que es ilusionante. Creo que es algo por lo que hemos peleado una temporada entera y al final es esa sensación del trabajo, la recompensa, el trabajo que habíamos realizado. Luego, individualmente éramos conscientes de que a nosotros en la final, el ascender nos iba a repercutir mucho más que a los del Barça. De hecho, los hechos están ahí: nosotros ahora estamos en el fútbol profesional, pero ellos, independientemente de que subieran o no subieran, su futuro posiblemente iba a ser el mismo, como estamos viendo con jugadores que han subido al primer equipo, otros que han salido traspasados, otros que fueron a Primera División... Sin embargo, nosotros, si no hubiésemos subido, posiblemente muy pocos o ninguno hubiese dado el salto al fútbol profesional.

Yo intenté, durante esa semana y esos 15 días de la final, hacer ver a los jugadores en rueda de prensa, hacer que la gente también sintiera lo mismo para que fuéramos a cada balón, a cada acción, a cada jugada al límite porque lo requería. Porque realmente nos cambió la vida, nos cambió la vida para bien, nos cambió desde el punto de vista profesional; como trabajador estás en una categoría profesional. Nos cambió la vida desde el punto de vista económico porque evidentemente los sueldos son más altos en Segunda División. Y a mí, familiarmente, todavía no lo he comprobado porque tengo a la familia conmigo hasta que empiecen el colegio, pero yo voy a poder ver a mi familia muchísimo más tiempo del que la pude ver la temporada pasada o cuando estuve otros años en Primera Federación. O sea que, en ese sentido, creo que a todos nos ha pegado un cambio grande y estamos muy ilusionados con ese primer partido ante el Burgos CF en casa de vuelta al fútbol profesional. Ya vivimos lo que es la Segunda División la semana pasada en Miranda y ahora queremos vivirlo en nuestro estadio con nuestra gente y ver cómo la gente disfruta de algo que creo que Córdoba lo tiene más que merecido.

Es incomprensible que el mercado de fichajes no se cierre justo antes de empezar LaLiga

P. Será tu segunda experiencia en Segunda División, pero antes de volver a la actualidad, para llegar a ese fútbol profesional, imagino que también tiene que haber un inicio, tiene que haber una base. ¿Cómo empezaste tú como jugador?

R. Mira, como jugador empecé muy pronto. Con cuatro años empecé en un club en Asturias, se juega a fútbol sala y luego, a los 11 años, saltabas a fútbol 11, ya no había ni fútbol 7 ni fútbol 8. Empecé en un club que se llama Juventud Estadio. Allí, en fútbol sala, desde los 4 hasta los 11 años. El primer año de alevín lo juego en el Juventud Estadio y el segundo año de alevín ya me voy al Oviedo, y ahí estuve pasando por todas las categorías inferiores. No estoy mucho tiempo porque es alevín A, infantil A, cadete B, cadete A, juvenil, y el segundo año de juvenil ya estoy en el primer equipo. O sea que es una trayectoria de cuatro o cinco años y ahora me queda la sensación de que quizá quemé etapas demasiado rápido. Me adelantaban uno o dos años con los de mi edad y, siendo cadete, ya a veces jugaba con gente de tres y cuatro años más. Que sí, en aquel momento me sentía capacitado para ello, pero me perdí muchas etapas, me perdí muchas etapas de formación, y creo que tampoco es buen quemar etapas. Evidentemente hay un momento en el que tienes que dar el salto porque a lo mejor alguna categoría se te queda pequeña, pero el quemar las etapas no creo que sea positivo. Luego, estoy en el Oviedo, varias temporadas en el primer equipo. Cuando descendemos, me traspasan al Tenerife y luego ya voy por varios clubes hasta que decido colgar las botas y me dedico a entrenar.

Desde que colgué las botas, mi pensamiento era hacer algo relacionado con el fútbol. No me veía trabajando en algo que no estuviera relacionado con el fútbol, primero porque no tengo estudios, no estudié nada más que cosas relacionadas con fútbol, y segundo porque mi sensación es que no estoy trabajando. Mi sensación es que estoy haciendo algo que me gusta, por eso no me molesta estar 24 horas del día pensando en el equipo, no me supone un esfuerzo el ir a ver un partido a tres horas de distancia, me da exactamente igual porque hago lo que me gusta y en ningún momento tengo la sensación de estar trabajando.

P. ¿Y en algún momento has pensado que a lo mejor no te puede llegar a gustar este deporte o decir, después de un día, no sé si me compensa estar a tanta distancia de tu familia?

R. Eso te lo planteas en muchos momentos, ¿me merece la pena estar tan lejos de la familia? Pues es algo que te planteas la primera vez que das el paso de salir de casa. Yo lo tuve que hablar con la familia, evidentemente, yo tengo tres hijos. Cuando yo me fui, la pequeña tenía dos o tres años, yo me perdí muchas cosas y hay veces que los críos no lo entienden. Yo este año no, el anterior, en el último mío en Algeciras, no pude ir a la comunión de mi hija. Pues imagínate cuando te dice: “¿Por qué papá nunca está en mi primer día de cole? ¿Por qué no puede venir a la comunión?” Pues son situaciones que te hacen plantearte: ¿Realmente merece la pena el esfuerzo que estoy haciendo? Pues hay veces que piensas que sí, pero hay otras veces que sabes que esa etapa que te perdiste no la vas a recuperar.

Por suerte, tengo una mujer que lo entiende, tengo una mujer que me apoya en todo, pero está claro que la vida familiar se trastoca con estas situaciones. La distancia, el verte por videollamada, no poder estar en el día a día cuando el crío se pone malo... Todo eso. A veces, cuando pensamos en el entrenador, solo pensamos en lo bonito que es estar ahí el domingo, pero detrás hay mucho sufrimiento familiar y eso muy pocas personas lo valoran.

P. Y a fin de cuentas, eres una persona, no un robot.

R. Claro. Tienes malos días, y hay veces que trabajas mucho y los resultados salen, pero hay otras veces que trabajas mucho y los resultados no salen, y no depende de tu trabajo, depende de que la pelota entre o no entre.

Entonces, hay muchas veces, por ejemplo, que mis hijos pudieran venir conmigo en el autobús, eso fue inolvidable. Y para ellos, imagínate que pudieran saltar al campo en el ascenso, es algo que me emociona y que me llena de orgullo que mis hijos hayan podido vivir eso. Pero eso, al final, de los 40 entrenadores que había el año pasado en Primera Federación, solo lo pudieron vivir cuatro. Y hay momentos en los que piensas si merece la pena o no merece la pena, pero yo me quedo más con las cosas positivas que con el esfuerzo que supone, no sé cómo calificarlo, pero el distanciamiento familiar que el estar tan lejos provoca muchas veces te desgasta.

P. ¿Qué te dijeron tus hijos cuando ascendiste?

R. No sé decirte, porque sé que saltaron al campo, los vi, pero luego yo estaba en otras cosas. Pero sí, estaban primero nerviosísimos todo el play off, aunque ellos ya lo habían vivido, pero eran más pequeños en Santander. Este play off sí que lo vivieron de verdad, ya siendo conscientes. Ahora se me hicieron supersticiosos, lo que hay que comer antes del partido siempre lo mismo porque si el día que no lo hicimos perdiste.

Detrás de este trabajo hay mucho sufrimiento familiar

P. Como el padre también (risas).

R. Ya vale que yo sea supersticioso, pero ellos están ya a un nivel que lo hablo con ellos de: “Oye, ya está bien que sea yo, pero vosotros...” Pero sí, estaban orgullosísimos, contentísimos. Y ya te digo, el que pudieran vivirlo desde dentro, para mí fue un orgullo como padre.

P. Córdoba ha quedado como un lugar importante e imprescindible para ti, pero también para tus hijos.

R. Para ellos es su segunda casa. Su primera casa está en Oviedo, pero cuando vienen a Córdoba, vienen a su segunda casa. Es como si tuvieran dos casas: la de Oviedo y la de Córdoba. Eso ya te muestra cómo ha cambiado nuestra vida, especialmente después del ascenso. Como mencioné antes, era importante conseguir este ascenso porque nos enfrentábamos contra rivales importantes. El año pasado, solo pude ver a mi familia en vacaciones de Navidad, Semana Santa, y en algún puente largo. Este año, cuando juguemos por el norte, como en Santander, Oviedo, Gijón, Burgos, Coruña, ellos van a poder viajar. Familiarmente, eso es un gran alivio para mí. En el play off, pudieron venir a Ponferrada porque estaba cerca. Esto no me afecta solo a mí, sino que en el cuerpo técnico somos cuatro que somos de fuera, y hay muchos jugadores que también son de fuera. Muchos son jóvenes y no tienen hijos, así que sus mujeres pueden acompañarlos. Pero quienes tienen hijos, posiblemente no los verán con frecuencia. Estas son las situaciones que se dan, y el esfuerzo no solo es del cuerpo técnico, sino también de los jugadores.

P. Hablando un poquito más de los jugadores, ya se te ha visto este año en Córdoba que eres muy meticuloso, muy táctico, que te gusta trabajar mucho el equipo. Pero me imagino que también, por cómo se vive en el vestuario, el aspecto mental es muy importante, sobre todo con jugadores jóvenes.

R. Cada vestuario, cada equipo, tiene su ritmo y su dinámica. Como entrenador, intento interferir lo menos posible en esa dinámica natural del equipo. Claro que hay cosas que quiero amoldar a mis gustos, pero también dejo que ciertas dinámicas fluyan. En cuanto a comportamientos, por ejemplo, no quiero que tengan el móvil en la mesa durante las concentraciones o mientras comemos, pero si están viendo algo en su móvil o iPad antes de un partido y no están haciendo nada malo, no les digo nada. Todo tiene que fluir. El año pasado tuvimos unos capitanes buenísimos, un verdadero ejemplo de lo que debe ser una capitanía. Cuando las cosas iban bien, y cuando no tanto, ellos nunca dudaron y siempre sumaron, apoyando tanto a sus compañeros como a nosotros, el cuerpo técnico. Creo que dejaron el listón muy alto. Soy muy meticuloso, muy intenso, y a veces agresivo en la palabra, pero también soy muy cercano al jugador, y creo que ellos captan eso y lo agradecen.

P. El año pasado, el vestuario enfrentó bastantes problemas extradeportivos, como la baja de Dragisa Gudelj y el caso de Álvaro Prieto. ¿Cómo fue gestionar esas situaciones tan difíciles?

R. Hubo cosas que no se suelen dar, situaciones excepcionales. Lo de Álvaro Prieto fue para nosotros muy duro, a pesar de que no teníamos mucho contacto con él, sentimos que habíamos perdido algo nuestro. Luego, lo de Dragi era algo que ya había pasado la temporada anterior, pero nadie esperaba que se volviera a repetir. Nos quedamos sin un baluarte imprescindible en la plantilla, un capitán y central de un nivel altísimo, superior a la categoría para mí. Aunque al final lo fuimos llevando y la sensación es que no lo echamos tanto de menos, está claro que con Dragi hubiésemos sido mucho más fuertes como equipo y como plantilla.

Al principio no toleraba el error. Ahora sé que el error está permitido en el fútbol

P. ¿Cómo fue ese inicio de temporada? Parecía que la pretemporada dejó algunas dudas, especialmente con la falta de gol, pero luego el equipo mejoró mucho.

R. El inicio no fue bueno. Quizás los resultados fueron peores que el juego, pero está claro que en el fútbol mandan los resultados. Tuvimos esos cuatro primeros partidos con tres derrotas, y cuando llegamos a la quinta jornada contra el Alcoyano, veníamos de tres derrotas y sabíamos que necesitábamos ganar para recuperar confianza. Fuimos capaces de ganar 0-1 en un campo que no era nada favorable para nuestro estilo de juego, y eso nos dio confianza. Luego ganamos al Recreativo Granada con bastante facilidad y a partir de ahí el equipo fue creciendo. Perdimos en Algeciras, pero creo que fue inmerecido porque nos anularon dos goles que pudieron haber sido legales. Desde entonces, no volvimos a perder como visitantes hasta el partido contra el Recreativo Granada, a falta de dos o tres jornadas. El equipo demostró mucha ambición, era capaz de ganar tanto en casa como fuera. Fuimos capaces de enlazar rachas de cinco victorias seguidas en dos ocasiones. Nos poníamos mini retos, como ganar tres partidos en una semana, y lo logramos. Poco a poco, fuimos cogiendo confianza y el equipo creció a lo largo de la competición. Tuvimos un año increíble de fútbol, jugando un fútbol muy atractivo que no solo gustaba a nuestros aficionados, sino también al espectador neutral. Mucha gente me decía que le gustaba ver al Córdoba porque les gustaba lo que proponíamos, y eso se reflejó en los buenos resultados.

P. Entrando en los mini retos que has hablado anteriormente. En un vestuario, ¿cómo combate un entrenador el posible exceso de confianza, sobre todo en partidos como el Recreativo Granada en el Nuevo Los Cármenes?

R. Pues poniéndoles un objetivo de “este partido tenemos que ganarlo porque nos va a dar pie a...”. No hay muchos partidos en los que tú sabes que eres superior al rival y que no vas a necesitar tu mayor esfuerzo para poder ganarlo. Eso pasaba el año pasado en Primera Federación. En Segunda División es totalmente distinto. Pero poniéndoles un objetivo, una meta, luego, pues también viendo que mis decisiones en cuanto a alineación, en cuanto a planteamiento, en cuanto a preparación de partido eran iguales que cuando jugamos contra el Castellón o jugamos contra el Málaga. Pues ahí el entrenador no cambia nada. Si yo contra el Málaga me ven muy metido en la preparación, contra el Castellón muy metido en la preparación, pero el día que jugamos contra un rival del descenso, yo no preparo igual el partido, ellos van a captar que para mí no es tan importante. Y al final, los tres puntos son los mismos, los del Granada, los del Castellón... son los mismos. Pero está claro que hay ciertos partidos en los que necesitas motivar al jugador o retarle a algo para que saque su mejor versión.

P. Un juego mental también.

R. Es todo mental. Yo muchas veces digo cosas que no pienso, pero que sé que las necesito decir para que el jugador esté activado. Y hay veces que veo un rival y digo: “¡ojo, qué malos son!”, pero yo cuando les vendo el análisis del rival les digo que son muy buenos para que no se relajen.

P. Entonces, ¿un entrenador debe ser mentiroso?

R. Sí, a veces digo cosas que no pienso, pero que sé que necesito decir para mantener a los jugadores activados. Por ejemplo, puedo ver a un rival y pensar “qué malos son”, pero cuando les presento el análisis a los jugadores, les digo que son muy buenos para que no se relajen. En ruedas de prensa también cuento cosas que quiero que escuchéis, aunque no las piense realmente. Cuando voy a una rueda de prensa, no voy a tumba abierta. Sé lo que me podéis preguntar y lo que voy a responder, porque mi opinión puede condicionar la opinión de la gente. Un entrenador no solo maneja el campo o los entrenamientos, también maneja un grupo, una afición, un club. Mi opinión condiciona a mucha gente, así que cuando hablo, transmito lo que quiero que la gente escuche. Por ejemplo, la prensa es una parte de mi trabajo. Os trato bien porque entiendo que somos todos parte del club, incluida la prensa. Evidentemente, algunos son más críticos, otros menos, pero esto es parte del show del fútbol. Si no hubiera crítica, si todo fuera como en Disney, a lo mejor el fútbol no sería tan importante. Tiene que haber quienes apoyan y quienes no, y ahí es donde hay que saber manejar las cosas.

Hay mejores propuestas de fútbol en Primera Federación que en Segunda División

P. Te gusta mucho el fútbol, por lo que veo.

R. Yo pienso en fútbol casi las 24 horas del día. Bueno, lo que duermo no, pero a veces también sueño con los partidos y me despierto pensando: “Este no... no driblo, no se fue”. Por otro lado, y a medida que vas entrenando, he conseguido que ni me afecten tanto las derrotas ni me suponga tanta euforia las victorias. Ya lo veo todo desde la calma. Antes una victoria me ponía eufórico y una derrota me hundía, y estaba toda la semana jodido. Ahora no. Ahora ya he aprendido a manejar esas situaciones y estar mucho más tranquilo en cualquiera de las situaciones. También he aprendido con el tiempo que no todas las jugadas tienen que salir perfectas. Al principio no permitía el error, y cuando un jugador fallaba, ahora me sigo cabreando, pero ya entiendo que el error está dentro del fútbol. El error está permitido dentro del fútbol, porque si no hubiera errores no habría goles; todos serían aciertos. Y entonces todo eso lo vas ganando con el tiempo. Antes yo veía una jugada, un pase que a mí, cuando era jugador, me resultaba fácil, y en mi cabeza lo tenía fácil, y se me hacía imposible que un jugador de Tercera División no lo hiciera, hasta que me hicieron ver: “oye, que estos juegan en Tercera División, que vienen de trabajar, de hecho uno es soldador”. Entonces esas situaciones ya he aprendido a convivir con ellas y ahora por eso soy mucho más tranquilo.

P. Prácticamente has tocado todas las categorías de fútbol, tanto como jugador como entrenador. ¿Qué diferencias notas entre las distintas categorías?

R. He tocado todas las categorías: Tercera, Segunda B, Primera Federación y Segunda. Todas menos Primera. Como jugador, también. Cada categoría tiene sus características, su dificultad. Y bueno, pues el fútbol es muy bonito por eso, porque es 11 contra 11 y un balón. Pero no siempre es lo mismo.

P. ¿Qué te gusta más o, por lo menos, qué te transmite más como fútbol: el fútbol más modesto o el fútbol profesional en Segunda División?

R. Hombre, a mí me gusta cuanto más arriba mejor, pero también me gusta ver mucho el fútbol más modesto. Me gusta ver los niños, juveniles, la División de Honor es una categoría muy buena. A mí me gusta ver el fútbol donde las propuestas son atractivas. Por ejemplo, me parece que hay mejores propuestas futbolísticas en Primera Federación que en Segunda División. En Primera Federación hay muchas propuestas de proponer, de querer someter al rival, de ir a por los partidos. En Segunda División creo que es una categoría, ya al ser profesional, donde hay tantas cosas en juego que muchas de las propuestas son a que no pase nada y a ver si tengo una y la meto y se acaba el partido. Entonces, en Primera Federación hay propuestas que me gustan más, me gusta más ver esos partidos que partidos tan cerrados como los de Segunda. Pero bueno, este año me tocará ver Segunda y algún partido de Primera Federación importante también lo veré.

P. ¿Notas un gran salto entre la Primera Federación y la Segunda División?

R. Sí, hay un salto grande entre Primera Federación y Segunda. Ya no es tanto como antes de Segunda B a Segunda, pero sigue habiendo un salto importante en el entendimiento del juego de los jugadores, en el nivel físico... en todo. Eso te lo da la profesionalidad y todo eso te lo da el dinero. Tú, cuanto más dinero tienes, tienes acceso a mejores jugadores. Cuando hablamos de mejores jugadores no solo es en la ejecución de ser más rápido o más fuerte, sino también en el que entienden mejor el juego. En muchas cosas, el salto, ya no solo a nivel futbolístico, sino a nivel de liga, es brutal. La Primera Federación es amateur y la Segunda División es profesional. Todos los protocolos que hay, de entrevistas antes del partido, están todos los horarios estipulados. Es totalmente distinto. La televisión no tiene nada que ver. En Primera Federación tienes que contratar los paquetes de efectivo de la Real Federación Española de Fútbol, este año en LaLiga es Movistar, y ahí ya ves LaLiga con mil repeticiones, mil cámaras, el VAR. Son cosas a las que te tienes que adaptar, pero no tiene nada que ver. Cada vez es menor esa distancia, pero sí sigue habiendo diferencias.

A veces digo cosas que no pienso para que el jugador esté activado

P. ¿Cómo notas estas diferencias en el día a día, por ejemplo en un partido como el de Miranda?

R. Mira, Miranda no es el mejor ejemplo, porque en Miranda el vestuario no es muy grande, el campo no hay gran cantidad de aficionados respecto a lo que estamos nosotros acostumbrados. Aunque fuera Segunda División no hubo mucha diferencia con respecto a Primera Federación. No entraron las cámaras al vestuario, no hubo previa de dos entrenadores, no hubo post de dos entrenadores, la rueda de prensa había poca gente. En Miranda no es el ejemplo claro de la profesionalidad, pero cuando vayamos a Elche, a Cádiz, ahí ya verás lo que sí que es fútbol profesional de verdad. Y en cuanto al Mirandés, pues lo mismo que decimos de la grada, de la repercusión, pues lo mismo en el juego. Creo que fuimos superiores, pero nos enseñó un poco lo que es la Segunda División, que muchas veces yo siempre lo digo, lo que sucede entre área y área muchas veces no tiene reflejo en el marcador final. Y así fue. Dominamos los 90 minutos de área a área, pero un error encadenado hizo que encajáramos un gol, y luego ellos defendieron muy bien su área. Al final necesitas imponerte en las dos áreas, y ya te digo que muchas veces en lo que sucede entre área y área no tiene reflejo en el marcador.

P. ¿Qué opinas sobre el cierre del mercado de fichajes y cómo afecta esto a los equipos que ya han comenzado la temporada? Como es el caso del Mirandés o el propio Córdoba.

R. Creo que es incomprensible que el mercado de fichajes no se cierre justo antes de empezar LaLiga. Debería estar cerrado el día anterior al inicio, por ejemplo, si LaLiga empieza un sábado, el mercado debería cerrarse el viernes. Esto evitaría que los equipos puedan perder jugadores clave justo antes de comenzar la temporada. En lugar de tener que manejar cambios durante las primeras semanas de competición, sería ideal que todas las plantillas estuvieran completas y definidas desde el principio. Y es que enfrentarnos al Mirandés con solo 11 jugadores de primer equipo y el resto siendo del filial nos mostró que el equipo podría cambiar significativamente antes de la segunda vuelta. Esto también nos afecta a nosotros, ya que vamos a incorporar jugadores antes de que cierre el mercado.

P. ¿Cómo ves el bloque del Córdoba CF a día de hoy y qué diferencias hay respecto al año pasado?

R. Estamos en un proceso de crecimiento. Los jugadores que ya estaban el año pasado se benefician de los automatismos que ya han desarrollado, lo cual facilita su integración. Para los nuevos, hay un periodo de adaptación que debe ser lo más breve posible. Aunque no siempre hemos obtenido los resultados deseados, el equipo ha mostrado muchas cosas positivas. La identidad y la filosofía que nos llevaron al éxito en la temporada pasada se han mantenido, ya que es lo que nos ayudará a progresar. La principal diferencia es que los rivales en Segunda División son de mayor nivel y las plantillas son más amplias y fuertes, lo que exigirá más de nosotros.

P. Si pudieras reforzar la plantilla en los últimos días del mercado, ¿qué posiciones considerarías prioritarias? Aunque sé que me vas a mentir.

R. Y te voy a mentir (risas). No te voy a mencionar nombres específicos, pero sí creo que es importante reforzar algunas posiciones donde tenemos menos efectivos. Mi enfoque como entrenador es sacar el máximo rendimiento a los jugadores disponibles y reforzar las áreas donde podamos tener carencias. Aunque no puedo detallar puestos específicos como un portero o un delantero porque hay cosas que vienen de camino, es evidente que necesitamos añadir algunos jugadores que fortalezcan el equipo y nos ayuden a llegar bien al mercado de diciembre, en caso de que necesitemos hacer más ajustes.

Un entrenador no solo maneja los entrenamientos sino que también una afición y un club

P. Entonces, ese anuncio de Fabrizio Romano sobre un jugador inglés...

R. De fútbol inglés no voy a hablar. Lo que salió anoche -la entrevista se realizó el 22 de agosto- de Fabrizio Romano, sí sé lo que puso, pero no entiendo inglés. Leí, pero no entiendo (risas).

P. Hablando de una situación que ha pasado en la última semana y que creo que ha tenido que ser complicada, todo lo que se ha hablado con Antonio Casas, ¿cómo se gestiona eso a nivel de grupo?

R. Bueno, lo hablé con él, le di mi punto de vista y lo que quería saber era cómo estaba él, lo primero, anímicamente. Yo le pregunté: “¿Cómo te encuentras? Bien, ¿estás tranquilo? ¿Puedo disponer de ti?” Y él me dijo: “por supuesto”. Por lo que a partir de ahí yo cuento con él y a la vista está de que en Miranda jugó creo que 20 minutos o 25 minutos. Y para el lunes, exactamente lo mismo. Es una situación que va dentro del fútbol. Cada uno tira por su lado: el jugador quiere mejorar, el club tiene que tomar decisiones, sales o no sales. Mientras no me digan lo contrario, Casas es uno más del equipo y así lo traté. Pero, evidentemente, me interesaba saber cómo estaba, sobre todo anímicamente, si estaba en disposición de poder ayudar o no. Si me hubiese dicho, “pues mira, no me encuentro centrado, tengo la cabeza loca”, a lo mejor lo hubiese tratado de otra manera. Pero su predisposición fue máxima y absoluta de ayudar y por eso continuamos. No tuvimos ningún tipo de problema.

P. Hablando también un poquito más del lunes, de ese partido, primera jornada en El Arcángel de Segunda División después de cinco años. ¿Cómo ves al Burgos? Es un equipo consolidado en el fútbol profesional, con jugadores como Curro que da un salto ofensivo muy grande.

R. Tiene muy buena plantilla y ya se ha visto en los últimos años. Un equipo que ascendió y se afianzó totalmente en el fútbol profesional. Un equipo con una idea muy clara: 4-4-2 o 4-4-1-1, con un mediapunta diferencial en la categoría. Quizá, creo que firmarán algo de aquí al final del mercado, por lo que pude leer, pero no creo que la alineación vaya a cambiar mucho de la que pusieron el otro día contra el Cartagena. Un equipo con muy buenas bandas, gente de área buena como Fer Niño y Espiau, o velocidad por fuera con un extremo como Ojeda que puede ir de fuera hacia adentro, con centrales o defensas corpulentos que parecen lentos, pero que a campo abierto es muy difícil ganarles en velocidad, y laterales que incorporan. Entonces, también tienen un muy buen portero, que ya lo demostró en varios equipos, y es un equipo que no te regala nada. Un equipo muy sólido, 4-4-2 ahí en presión alta, 4-4-2 en bloque medio. Un equipo de la categoría. Muchísimos equipos en Segunda son de ese perfil. Y un equipo que, si se pone por delante en el marcador, es muy difícil poder darle la vuelta. Un equipo, sobre todo en estas últimas temporadas, muy, muy fuerte como local. El año pasado, como visitante no era tan fuerte, porque si hubiese sido fuerte también como visitante, hubiese estado arriba, porque como local fue de los mejores equipos de la categoría. O sea que no nos va a regalar nada y nos va a exigir estar a nuestro máximo nivel para poder conseguir la victoria.

P. ¿Tienes ganas de que llegue el lunes?

R. Sí, tengo ganas de que llegue. Lo que más me trastoca en esto de Segunda División es jugar un viernes y luego un lunes. Pasan diez días, otra vez vas a jugar un lunes y luego igual juegas el sábado. Es un poco alterar las semanas que antes eran normales, pero tienes que adaptarte y llevarlo de la mejor manera.

Hay un salto grande entre Primera Federación y Segunda División

P. Será tu segunda experiencia en Segunda División después del Racing de Santander. ¿Cómo fue ese año también en Santander? ¿Y la temporada en Segunda?

R. El año de Segunda fue complicado, muy difícil. No tiene nada que ver con este en cuanto a nombres, porque allí se decidió apostar por gente veterana que tuviera ya experiencia en la categoría. Aquí es todo lo contrario. Luego hicimos una pretemporada buenísima, ganamos al Athletic de Bilbao y a la Real Sociedad en pretemporada, pero no nos enfrentamos nunca a un equipo de nuestra categoría. Entonces llegamos al primer partido de Liga sin saber realmente cuál era nuestro nivel con respecto a los que estaban en la misma categoría que nosotros. Nos encontramos con un Málaga en primera jornada que venía con una situación un poco convulsa, que llevaba muchos chicos del filial y tal, y creo que fuimos muy superiores, pero en el minuto 80 o por ahí nos hicieron un gol y no fuimos capaces de darle la vuelta. Iniciamos con dos partidos en casa, el segundo partido, Almería, el proyecto ya fuerte del Almería, y ganamos 1-0 hasta el minuto 90, que nos empatan. Y llegas a la tercera jornada diciendo: “joder, tengo un punto cuando merecía mínimo cuatro”. En la jornada tres, empatas en Las Palmas, que no es un mal resultado, y en la cuarta, pierdes con el Cádiz que luego asciende y vas a la jornada cinco a Vallecas con una sensación de que me estaba jugando el puesto. Esa era la verdad, ya había esa sensación muy, muy pronto. Entonces creo que fue un año para mí muy duro. Competíamos los partidos, pero no nos daba para ganar. Era difícil ganarnos, pero no teníamos el nivel suficiente para conseguir ganar los partidos. De hecho, de los 15 partidos que estuve, solamente ganamos uno, curiosamente al Mirandés. Los demás empatamos muchísimos, pero nos faltaba ese salto para poder convertir esos empates en victorias.

P. Dejaste un buen recuerdo incluso para los jugadores. De hecho, ese año en Segunda División B es muy parecido al vivido durante la pasada temporada en Córdoba.

R. Quizá te diría que deportivamente, en cuanto a resultados, incluso mejor, porque allí el inicio fue buenísimo. En la primera vuelta creo que perdimos dos partidos, además nos proclamamos campeones tres o cuatro jornadas antes y habíamos perdido creo que dos partidos. Éramos muy superiores a la categoría. Y luego el recuerdo que tengo es muy bueno porque vivimos un año increíble. Había un grupo también buenísimo de jugadores. También es cierto que cuando las cosas van bien es más fácil, que el grupo se haga más fácil. Pero ya te digo que fue un año también buenísimo. Disfruté más este ascenso porque creo que fue más difícil. Y aquel era un objetivo sí o sí. Solo valía ascender a Segunda División. El único equipo de la categoría que tenía como objetivo subir era el Racing, que el año anterior no había hecho ni siquiera hecho play off. Aquí vinimos con ese objetivo, pero ya éramos conscientes de que era muy difícil, porque íbamos a enfrentarnos a equipos más poderosos económicamente en el grupo más difícil de la categoría, como era el grupo del año pasado, contra Murcia, Castellón, Ibiza, Málaga. Allí no, allí era el Racing era el claro favorito y desde el principio supimos llevar esa vitola. Y creo que nos pusimos líderes en la jornada dos o tres y ya fuimos líderes hasta la 38. O sea que para mí el año pasado tuve mucha sensación de déjà vu del año del Racing. Pero también fue un año buenísimo y tengo un recuerdo muy bueno. Me dio pena la manera de salir. Creo que me merecía salir de otra manera, el poder haberme despedido de una afición que se portó conmigo de manera inmejorable. Nunca tuve un reproche, nunca tuve un cántico en contra mía, todo lo contrario, siempre fue apoyo de todos en la ciudad, de los ultras, de los aficionados que van al campo del Sardinero. Es una ciudad increíble, un club buenísimo con unas instalaciones de primerísimo nivel y con una afición súper fiel. Y ahora, cuando veo los partidos del Racing, me entra un poco de nostalgia y veo el campo, siempre, el otro día contra el Almería, 20 y pico mil personas, y veo que se está generando como un ambiente muy propicio para que en nada el Racing vuelva a estar en Primera División.

Me dio pena la manera de salir de Santander

P. Por lo que me estás diciendo, que prácticamente tú lo has dicho, es muy parecido a lo que has vivido aquí en Córdoba. La afición prácticamente en su totalidad está contigo.

R. Sí, yo sí me siento querido, me siento valorado, y eso para un entrenador a la hora de trabajar es la situación ideal. A pesar de eso, yo me exijo siempre, quiero más, pero está claro que la manera en la que las condiciones de trabajo, desde la positividad que encuentras en el entorno hacia ti, siempre es positivo, siempre es bueno.

P. En cuanto a nivel de metas, la permanencia es el principal objetivo y hay que empezar a trabajarlo en casa.

R. Sí, el objetivo está claro y el saber que tenemos que ser fuertes como locales está claro también. Los objetivos, yo soy de los que piensan que se cumplen en los partidos como local. Luego, seguramente, fuera de casa también vas a competir y ganar muchos partidos, pero es mucho más difícil. Necesitamos hacernos muy fuertes como locales y seguro que lo vamos a conseguir.

P. Y ya la última, un mensaje para la afición después de cumplir ese objetivo de abonados, con las largas colas en taquillas, y con un desplazamiento numeroso que ya se vio en Miranda de Ebro.

R. Pues lo que siempre digo. Lo primero, agradecimiento por todo lo que nos hicieron sentir y vivir la temporada pasada, y agradecimiento por cómo se están volcando esta temporada. Vimos ahí colas de gente con calor, gente desde el día anterior para poder sacar su abono. Valoramos el esfuerzo que supone todo lo que están haciendo y ojalá que volvamos a vivir lo que vivimos el año pasado, el campo lleno, esa sensación, el himno. Yo, cuando lo escucho, se me ponen los pelos de punta. Y ya creo que incluso algún jugador lo dijo en rueda de prensa de presentación, Thèo Zidane, que la primera vez que vino a El Arcángel y lo vivió, sabía que algún día le gustaría jugar aquí. Pues creo que esa sensación, todos los que éramos nuevos el año pasado la tuvimos y todos los nuevos de este año la van a tener el lunes. Y mensaje de eso, de agradecimiento y solo les pido que vengan a disfrutar, a apoyar y que ojalá que se puedan sentir identificados con el equipo como lo estaban el año pasado.

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