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“Para muchos presos somos el único nexo con el exterior”

María Eugenia Cuenca, Carlos Arias (responsable del servicio) y Jaime Tripodi | MADERO CUBERO

Antonio Gutiérrez

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Ciento cuarenta y cuatro profesionales del Colegio de Abogados conforman el Servicio de Orientación y Asistencia Jurídica Penitenciaria | Tras su reanudación en 2015, ha asesorado a más de un millar de reclusos

Lleva más de una década en el derecho penitenciario, pero aún recuerda la primera vez que accedió a una prisión y sintió cómo se iban cerrando las puertas a sus espaldas. “Es un momento que impresiona. Yo era un apasionado del Derecho Penal y el Penitenciario me ha cambiado la vida”, indica Jaime Tripodi, uno de los 144 letrados que actualmente componen el Servicio de Orientación y Asistencia Jurídica Penitenciaria que presta el Colegio de Abogados de Córdoba.

¿De qué se ocupa este servicio al que tiene acceso cualquier preso? De todas las cuestiones relativas a la cárcel y la condena: permisos, clasificación de grados, recursos, reclamaciones, libertad condicional... Pero también asesoramiento en cuestiones del exterior como pensiones, separaciones matrimoniales, necesidad de contacto con otros letrados o con familiares... “Tenga en cuenta que, para muchos presos, somos el único nexo que tiene con el exterior”, señala María Eugenia Cuenca, otra de las letradas de un servicio que se presta una vez por semana (los viernes) y que se realiza en la zona de locutorios del centro penitenciario de Alcolea, al que acuden tres abogados con una idea muy clara: “Si están allí es por algo, pero eso no implica que se les abandone a su suerte. Tienen derechos y están pagando por lo que hicieron, que ya es bastante”, coinciden los letrados entrevistados.

“Lo primero que se tiene que tener en cuenta es que en prisión las normas son muy distintas a las que rigen en el mundo exterior. Las reglas del juego cambian y cuanto antes te adaptes a ellas y las conozcas, mejor”, señala Tripodi. “Te encuentras con verdaderos entendidos de la normativa, presos que, después de muchos años o de muchos ingresos, saben cuáles son los plazos y el procedimiento para presentar un recurso o solicitar un permiso”, indica María Eugenia, que también aclara que “hay que tener en cuenta que cada caso es muy distinto y que, en ocasiones, los presos acuden a ti de oídas y no tienen en cuenta que las circunstancias concretas de su pena lo pueden llegar a determinar todo”.

¿Cuáles son las consultas más demandadas? Todas aquellas referidas a la obtención y los plazos para obtener la libertad que, tal y como recuerdan ambos letrados, es la principal precupación y el objetivo, como es lógico, de una persona que ha ingresado en prisión. “Cuándo pueden solicitar el tercer grado, de qué depende que se  les conceda la libertad condicional, posibles recursos contra decisiones o sanciones impuestas en aplicación del régimen penitenciario... aunque también muchas cuestiones relativas a la vida que han dejado atrás como procesos de separación o divorcio, abono de pensiones o, sencillamente, el contacto con familiares o con los letrados que les llevaron sus casos”, indican los letrados.

La ayuda de este servicio se concentra, principalmente, en la primera tanda de cuestiones, las referidas al régimen interno. Y no son pocas: Desde que se reanudó el servicio en marzo de 2015 (tras estar interrumpido casi tres años, desde abril de 2012), con la firma del Colegio de Abogados Andaluces, la Junta y el Ministerio del Interior, se han registrado un total de 1.119 asistencias a presos en Alcolea. “Que el convenio se interrumpiese no implicó que la asistencia lo hiciera, ya que, meses después, en abril de 2013 un grupo de cuarenta letrados, de la Comisión de Derecho Penitenciario del Colegio, organizaron un servicio propio voluntario y altruista”, destaca el responsable del servicio, Carlos Arias.

De ellas, solo 163 corresponden a recursos contra el régimen penitenciario. “El porcentaje que se gana es muy bajo, entre otras cuestiones porque muchas veces los presos no aportan toda la documentación que se necesita para elaborarlo y, de la misma manera, porque cuestiones como una revisión de grado o un permiso dependen, en última instancia, de la Junta de Tratamiento, que es quien tiene la última palabra”, señala María Eugenia que reconoce que, a petición de algún recluso, se ha puesto en contacto con familiares a los que reclamaba desde la prisión. “También hay que ejercer un poco de psicóloga, como te he dicho, ya que somos su único nexo con el mundo que han dejado atrás”, indica la letrada.

¿Por su experiencia en prisión, creen en la reinserción? “No”, indica de forma rotunda Jaime Tripodi, que, por su experiencia y su trato con los presos señala que “el 75 o el 80% no se reinsertan”. “Lo primero que te dicen y en lo que todos coinciden es que son inocentes y que es un error que estén ahí”, indica María Eugenia, que coincide con su colega en el hecho de que la mayoría de los reclusos a los que asesoran son reincidentes, aunque ambos matizan que muy rara vez han atendido al mismo recluso.

“El sistema de turnos está organizado de tal manera que la asistencia a un preso se limita a una visita, no se establece una relación abogado-cliente como en otro tipo de procedimientos. Con los datos y la documentación que nos aportan planteamos el recurso o solicitamos las medidas, pero nuestra labor acaba ahí”, indican los dos letrados, que insisten en la necesidad y el derecho de cualquier preso, sea cual sea el delito que haya cometido, a contar con asesoramiento y ayuda letrada.

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