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Piden 21 años de cárcel para 'El Zorrero', el asesino de la gasolinera de Luque

Alfonso Alba

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El hombre, de Alcaudete (Jaén), mató de seis puñaladas al amante de su mujer, de la que se estaba separando y contra la que tenía una orden de alejamiento por hasta cinco episodios previos de malos tratos

Enrique Aranda Pareja alias El Zorrero se enfrenta a una pena de 21 años de cárcel por ser el autor de un crimen que estremeció a la provincia de Córdoba a mediados de 2011. Según la calificación de la Fiscalía Provincial de Córdoba en la que se demanda la prisión para este hombre, de 47 años, El Zorrero mató de seis puñaladas al amante de su mujer (se llamaba José y tenía 56 años) de la que se estaba separando en el área de servicio de una gasolinera de Luque, cerca de la medianoche del 25 de mayo de 2011. El Zorrero los había sorprendido cuando perseguía a su mujer, Montserrat, de la que se estaba separando y contra la que tenía una orden de alejamiento en vigor por malos tratos. Enrique Aranda Pareja será juzgado por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba entre los próximos 5 y 9 de mayo.

Según consta en el escrito de la Fiscalía, El Zorrero aún está en prisión, desde que fuera detenido por la Guardia Civil al día siguiente de cometer el crimen. El Ministerio Fiscal realiza un exhaustivo relato de cómo fueron las horas previas al crimen. Pocos días antes de los hechos, El Zorrero había sabido que su hija pequeña no era en realidad su hija, sino del hombre con el que su mujer mantenía una relación sentimental. Enrique Aranda Pareja, con hasta cinco antecedentes delictivos por malos tratos hacia su mujer (tiene un sexto por la agresión a un hombre que se saltó un Stop), supo que su mujer, a la que no podía acercarse hasta junio de 2021 por orden de un juez, se veía por la noche y en gasolineras de la comarca con José, de 56 años. Los tres vivían en Alcaudete (Jaén), pero la pareja se veía en gasolineras de la provincia de Córdoba, principalmente en Doña Mencía o en otras de la carretera N-432 (Badajoz-Córdoba-Granada). La pareja acudía a sus citas cada uno en su vehículo.

El 25 de mayo de 2011 por la tarde, El Zorrero arrancó su ciclomotor y comenzó a buscar por las gasolineras a la pareja, cuando ya tenía la certeza de que se estaban viendo. En la gasolinera de Luque El Zorrero avistó a la que acabaría siendo su víctima, José, de 56 años, que había llegado antes a la cita y estaba solo. Por eso, y siguiendo el relato de la Fiscalía, El Zorrero decidió dar media vuelta y conducir hasta Alcaudete. Allí llamó a una de sus hijas, a la que instó a acompañarle para que viera lo que estaba haciendo su madre. La hija se negó. El Zorrero llamó entonces al hijo con el que convivía, pidiéndole que le recogiera en coche que tenía que llevarle a hacer un recado.

El Zorrero buscó entonces su arma, una navaja, que escondió en una bolsa verde con la que se subió al coche de su hijo, un Citroën AX. Le pidió que condujera en dirección a Baena. Sin embargo, a la altura de la gasolinera de Luque le pidió que parara. Eran las 23.00 de la noche. Antes incluso de que el hijo detuviera el vehículo, El Zorrero abrió la puerta, se tiró en marcha y con la bolsa verde en la mano corrió a donde estaba José. Era de noche y estaba oscuro. El Zorrero sacó la navaja y sin que José se percatara de su presencia comenzó a apuñalarle. En apenas unos segundo, El Zorrero le había apuñalado seis veces: una en la región cervical izquierda, otra en la región lateral izquierda del tórax, tres en la región abdominal y una en la fosa renal izquierda. José estaba herido de muerte.

Tanto el hijo como la mujer de El Zorrero trataron de evitar la agresión, pero llegaron tarde. El acusado, cuando se cercioró de las heridas de la víctima, emprendió la huída y se deshizo de la bolsa verde, con el fin de ocultar las pruebas. Poco después murió José. El Zorrero huyó y anduvo por los montes cercanos hasta que al día siguiente, sobre las cinco de la tarde, una patrulla de la Guardia Civil lo localizó en los alrededores de una finca de su hermana, en Alcaudete. Allí lo detuvo.

Los agentes sospechan que la venganza de Enrique no había acabado con la muerte del nuevo compañero de Montserrat y que, de hecho, él había vuelto al pueblo para intentar acabar también con ella.

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