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Las dos parejas que pedían una casa levantan su campamento

Rocío Flores y Rafael Reyes reclaman frente al Ayuntamiento una vivienda. | FOTO MADERO CUBERO

Manuel J. Albert

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Los cuatro llevaban más de un mes acampados en los soportales del Ayuntamiento

Rocío Flores y Rafael Reyes llevan años reclamando una vivienda a la Junta. Como Rebeca Gómez y Manuel Balancer. Viendo que no llegaba y sintiéndose manipulados por las administraciones local y autonómica, que los derivaban continuamente de una a otra, los cuatro decidieron acampar hace un mes en los soportales del Ayuntamiento. Más de 30 días y noches después, tras soportar agua, frío y humedad, han decidido levantar el campamento esta noche. Justo cuando están a punto de celebrarse las procesiones de Semana Santa que pasarán por delante del Consistorio.

Todos están agotados. Y también algo desmoralizados por la tensión física y psicológica a la que se han sometido. Rafael declinó hacer declaraciones esta noche y pidió respeto a su decisión. En el entorno de las dos parejas constatan el cansancio que soportaban. A pesar de las muestras de apoyo y afecto que han recibido, la falta de avances en el caso de Rocío y Rafael les ha desmoralizado. Mientras Manuel y Rebeca han logrado una vivienda -porque lograron que la Junta reconociese su error y el tiempo que llevaban en la lista de espera- Rocío y Rafael siguen perdidos en el limbo que existe entre la Junta y el Ayuntamiento que siguen responsabilizándose entre ellos sobre la situación.

Mientras, Rocío y Rafael -que viven con sus hijos de dos años y medio y otro de tres meses en una casa afectada, según cuentan, por terribles problemas de humedad- debían de acudir regularmente a las Moreras para recoger a la pequeña, aquejada de asma y llevarla al hospital andando. El piso les cuesta un alquiler de 350 euros. La familia sobrevive con los 426 euros de paro que cobra mensualmente Rafael y la venta por la calle de ropa, ajos “o lo que pillo”, cuenta Rocío. La mujer dice que no pueden afrontar esa renta mensual y que necesita una casa donde no haya problemas de frío o humedad pues sus dos hijos están afectados de serias infecciones de las vías respiratorias. Ella misma también tiene asma.

El miércoles, la pareja protestó con una pancarta y en silencio en el Pleno del Ayuntamiento. Por la noche esperaba poder comunicarse con la consejera de Vivienda, Elena Cortés, para explicarle su solución y buscar avances. Al no encontrar ninguna salida, Rocío y Rafael, volvieron al soportal del Ayuntamiento. Su situación no había cambiado. Y hoy han decidido marcharse.

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