¿Quién era Narciso Hurtado de Córdoba?

Parece el argumento de una novela de Paul Auster, pero es una curiosa casualidad que ha dado lugar a un rescate. Un rescate del olvido. Hace apenas unas semanas, el nombre de Hurtado de Córdoba apenas aparecía en una tesis doctoral sobre la danza de mediados de siglo XX y en una completísima base de datos de cine norteamericana.

Sin embargo, según reveló Telemadrid a mediados de agosto, una pareja madrileña encontró en el falso techo de una vivienda dos maletas repletas de documentos y objetos personales de Hurtado de Córdoba, que resultó ser un bailarín de flamenco y danza española que hizo carrera internacional.

Cuando abrieron las maletas, la pareja se topó de golpe con un pequeño tesoro arqueológico: carteles, pasaportes, nóminas, documentos y cientos de fotografías pertenecientes a Narciso Hurtado de Córdoba, de quien, por no saber, no se sabe ni si era de Córdoba. Para esclarecer el misterio, la pareja busca familiares o admiradores que estén interesados en conservar el contenido de esta figura, a la que el diario El Confidencial ha dedicado un curioso reportaje.

Poco se sabe del origen y del final de Hurtado de Córdoba. Apenas hay rastro de él en internet y en las hemerotecas, salvo un par de referencias en los diarios de la época. Curiosamente, es en la base de datos cinéfila IMDB donde más entradas de Hurtado de Córdoba aparecen.

Así, esta base de datos lo vincula a películas como El nuevo caso del inspector Clouseau (1964), junto a Peter Sellers y dirigida por Blake Edwards; Somos todos inquilinos (1954), El precio de la gloria (1949) -interpretándose a sí mismo-, o en la película televisiva True Love and Limbeck(1963), interpretando a un bailarín.

Su rastro se pierde en Madrid, donde residió en la calle General Pardiñas. Sus maletas están ahí, esperando a que algún familiar o amigo las recoja, y despeje las incógnitas que ha dejado esta curiosa vuelta a la actualidad de un bailarín que llegó a ganar 700 dólares a la semana en su mejor época.