¿Cómo tiene que ser la mejor tapa de caracoles chicos de Córdoba?

Un jurado se reúne a mediodía para una cata “a ciegas” del molusco con la intención de premiar a la mejor tapa de la ciudad

El caldo tiene que ser translúcido. Tiene que estar bien guisado y tierno. El caracol debe tener un sabor similar al caldo. Y, desde luego, estar muy limpio. Así tiene que ser la mejor tapa de caracoles chicos de Córdoba, según la cocinera y estrella Michelín Celia Jiménez, que al mediodía ha presidido el jurado fijado por el Ayuntamiento para premiar al mejor puesto de la ciudad.

Jiménez ha dirigido una cata a ciegas. No de esas en la que te ponen un antifaz en los ojos. No. Un total de 23 puestos de caracoles en concurso han llevado hasta la sede de la Escuela de Hostelería de Córdoba unas cuantas tapas. Al mediodía, los cocineros de la Escuela de Hostelería las han calentado y el jurado, en el que estaba el concejal de Comercio Ricardo Rojas, la actriz Nany Gaitán, el secretario del Ayuntamiento Valeriano Lavela, dos trabajadoras municipales y la propia Jiménez, se han puesto a catar. Han metido en pequeños vasos de papel sin identificar las 23 tapas, todas procedentes de cada uno de los establecimientos repartidos por la ciudad, y a decidir cuál es el mejor.

La cata es absolutamente a ciegas, y según Jiménez casi todos tienen algo que les llama la atención. Lo que sea, si les gusta o no, lo anotan, y si tienen dudas piden una segunda tapa en una cata que se ha convertido en un auténtico almuerzo de caracoles.

El premio, que ya está decidido, no se dará a conocer hasta el próximo 19 de mayo, cuando en mitad de las fiestas de la ciudad se celebrará la III Caracolada popular en las setas de Noreña. Ese día, no sólo se dará a conocer el mejor caracol chico, sino el premio de los gordos (que no ha sido una cata a ciegas, sino presencial por sorpresa del jurado en los distintos establecimientos) y también el galardón a las mejores instalaciones y, sobre todo, las más limpias. Ese día, el de la gran caracolada, se repartirá a partir de las 12.30 del mediodía una tonelada de caracoles, con su caldo y en su punto.