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La 'manada' comparó a la agredida de Pozoblanco con Marta del Castillo

Alfonso Alba

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Los amigos de los detenidos por las agresiones sexuales bromearon cuando les enviaron los dos vídeos en los que se ve a la joven cordobesa mientras abusan, presuntamente, de ella

La “manada”, el grupo de Whatsapp compuesto por 21 miembros donde los supuestos agresores sexuales de una joven de 21 años en Pozoblanco se comunicaban, comparó a esta chica con Marta del Castillo. Los cuatro presuntos agresores imputados enviaron dos vídeos a este grupo -llamado así: “manada”-, donde el resto de los miembros empieza a jalear su acción: “Es otro caso Marta del Castillo, jajaja. Joselito, el depredador de las casitas”.

Los mensajes que compartieron los acusados con sus amigos constan en el sumario que ya está en poder de la jueza de Pozoblanco, que ha asumido una instrucción que proviene de Pamplona (Navarra). Cuatro de los cinco imputados fueron arrestados en San Fermín por agredir sexualmente a una joven de 19 años. También lo grabaron en vídeo, pero esta vez fueron arrestados antes, apenas unas horas después de asaltar a esta chica. El caso de Pozoblanco siguió impune hasta que la Policía Foral de Navarra se hizo con el teléfono de Antonio Manuel G. E., el exguardia civil que estaba destinado en el cuartel de Los Pedroches, que conducía el coche en el que supuestamente se agredió a la chica y que fue el que envió el vídeo al grupo de Whatsapp.

La Policía Foral de Navarra ha tirado de los mensajes de ese grupo para saber exactamente qué pasó entre el 30 de abril y el 1 de mayo entre Torrecampo y Pozoblanco. Su relato está incorporado en el sumario y detalla cómo el viaje a la feria de Torrecampo es una idea del exguardia civil Antonio Manuel G. E. “Venid a la feria de Torrecampo, el pueblo de aquí al lao. Aquí hay fiesta seguro”, escribía a sus amigos en el grupo de Whatsapp.

Antonio Manuel G. E. llevaba unos meses en Pozoblanco. Estaba cerca de finalizar su año de prácticas, requisito necesario tras aprobar en 2014 el examen de ingreso y pasar por la academia de Baeza. En Pozoblanco, en un gimnasio al que estaba apuntado, se había enterado de la feria de Torrecampo. Hay fotos, publicadas estos días en redes sociales, de Antonio Manuel G. E. en la localidad pedrocheña.

A Pozoblanco llegaron tres de sus amigos. Esos mismos serían detenidos junto a él (y otro más, que no vino a Córdoba) en Pamplona. Tres de los que llegaron a Pozoblanco tenían antecedentes penales y policiales, principalmente por peleas, y eran habituales de los ultras Biris, la afición radical del Sevilla. Uno de ellos era el conocido ahora por la prensa como líder de la manada, José Ángel Prenda Martínez (conocido como El Prenda).

Gracias a los chats, la Policía Foral sabe qué ocurrió, pero no exactamente. Por ejemplo, se grabaron solo dos vídeos que no llegan al minuto en los que se ve a los cuatro acusados abusando de la joven, pero se desconoce si finalmente la chica fue violada o no. O durante cuánto tiempo estuvo inconsciente. ¿Horas, minutos?

Según ha informado Navarra.com, agentes de la Policía Foral acudieron a Pozoblanco para entrevistarse con la joven, de 21 años. La chica les entregó el mono y las medias rotas aquella noche, y ante la Policía dijo no saber lo que ocurrió. También aclaró que había hablado con un amigo policía local sobre lo ocurrido, y aunque en principio le había dicho que no denunciara, la joven ha aclarado después que sí que se lo dijo, pero que finalmente desistió de interponer denuncia al carecer de pruebas.

Sin embargo, el descubrimiento de los mensajes que se mandó el grupo ha reabierto su caso. De hecho, la Policía Foral de Navarra se ha centrado casi exclusivamente en el teléfono del exguardia civil de Pozoblanco. Ahí es dónde hacen el retrato de lo ocurrido aquella noche.

A la mañana siguiente, es el propio exguardia civil el que envía el vídeo al grupo “manada”. El primero en contestar es Prenda, que suelta: “Vino de follarse a la bella durmiente”.

Al poco, el exguardia civil envía el vídeo a otro grupo, llamado “peligro”, donde hay muchos más miembros, todos de su grupo de amigos. “Anda, io, que aproveche”, contesta el primero. “¿Bukake?”, pregunta el segundo. Otros dos se ríen mientras un quinto pregunta: “¿Cloroformo?”. “Qué habilidad conduciendo con una mano y con otra cogiendo una teta detrás”, dice un sexto. Se refiere al exguardia civil, que es el que lleva el coche, aunque su móvil lo usa Prenda para grabarlo todo.

“¿Está muerta o qué?”, pregunta otro de los miembros del grupo. “Madre mía os van a meter presos chavales jajaja Carman (Prenda) ve un cuerpo humano inconsciente y ahí está el tío ya sea para robarle o para meterle mano jajaja”, escribe otro más. “¿Y qué han hecho con la chavala, la han tirao al río?”, acaba preguntando otro más.

Pasa el tiempo, y otro de los miembros del grupo vuelve a escribir: “¿Sabéis algo de Carman (Prenda)? Lo han cogío (sic) ya o sigue suelto?”. Finalmente, concluye otro más: “Es otro caso Marta del Castillo”.

Probablemente, todos los miembros de estos grupos de Whatsapp tendrán que declarar como testigos en la instrucción que se desarrolle en el Juzgado de Pozoblanco y hasta en el juicio posterior. Alguno, incluso, tendrá que responder a la pregunta de por qué no denunció los hechos o reprendió a sus amigos por lo que estaban haciendo.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 30 al 1 de mayo. Según ha podido saber este periódico, la joven, de 21 años, había acudido a la Feria de Torrecampo en compañía de unos amigos. Sin embargo, cuatro de los cinco detenidos por los hechos de San Fermín la abordaron y le propusieron llevarla en su coche hasta Pozoblanco. En el trayecto, según consta en el informe de la Policía Foral de Navarra y asumido por el Juzgado de Instrucción de Pamplona, los cuatro acusados habrían drogado con burundanga a la chica y habrían abusado de ella.

La joven, cuando ocurrieron los hechos, lo comentó con amigos y un policía local. No obstante, el agente no le creyó y la chica desistió de interponer la denuncia, según consta en el sumario.

Ahora, cinco meses después de los hechos, el hallazgo del vídeo y el trabajo de la Policía Navarra han hecho que se reactive el caso (que nunca llegó a ser denunciado). Así, el juez de Pamplona ha decidido enviar a Pozoblanco la instrucción. El magistrado cordobés tendrá ahora que tomar declaración a la víctima y a los cuatro imputados.

En el auto firmado por el juez de Pamplona, el magistrado considera que “resulta indiciariamente acreditado” que A. J. C. E. ofreció a la denunciante acompañarla a su domicilio en un vehículo, donde nada más entrar y tras sentarse en el asiento del copiloto cayó “en un estado de profunda inconsciencia”.

En el vehículo se montaron también J. A. P. M., J. E. D. y A. M. G. E. y mientras este último conducía “todos ellos le tocaban los pechos” y A. J. C. E. le “besaba en la boca, riéndose entre ellos de la víctima”. Según añade el magistrado, la llevaron luego hasta la localidad de Pozoblanco, donde se despertó “completamente desnuda en el asiento de atrás” y con el mono y las medias rotas.

La joven se vistió y se colocó en el asiento del copiloto, momento en el que A. J. C. E. le requirió “para que le hiciera una felación”. Ante la oposición de ella, según relata el juez, el investigado la golpeó “dos veces en la cara y otra en el brazo”. Acto seguido, la empujó fuera del coche y la insultó.

Los tocamientos practicados en el vehículo fueron grabados por J. A. P. M. con el teléfono móvil de A. M. G. E., creando dos archivos de vídeo, el segundo de los cuales fue compartido en un chat denominado “Manada”, en el que posteriormente se refirieron a la víctima como “la bella durmiente”. Desde esa conversación, el investigado J. A. P. M. difundió ese vídeo en otro chat llamado “Peligro” en el que participaba A. B. F, el quinto procesado por la supuesta violación de los Sanfermines.

Estos hechos, según detalla el juez, están tipificados en el artículo 181 del Código Penal como cuatro delitos de abuso sexual, delitos de los que aparecen como autores los cuatro investigados. Asimismo, el magistrado imputa a A. J. C. E. un delito de lesiones.

Para la concreción del relato de los hechos y la valoración de los indicios de criminalidad, el magistrado ha tenido en cuenta “principalmente el relato de la víctima en su denuncia, el clarísimo contenido de los archivos de vídeo”, “las fotografías que la víctima hizo de las lesiones sufridas”, la comunicación del incidente a terceros y los datos obrantes en el atestado presentado por la Brigada de Delitos contra las Personas de la Policía Foral de Navarra.

En cuanto a la calificación jurídica de los hechos, el juez estima que con arreglo al artículo 181 del Código Penal “se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto”. A este respecto, el magistrado abunda en el propio relato de la víctima en cuanto a la forma en la que se despertó sin tener conocimiento “de nada de lo ocurrido” en el periodo intermedio, así como en “la profunda inconsciencia que se aprecia en los vídeos sin que la víctima se despierte a pesar de los besos y tocamientos y de las risas de los investigados”.

En este sentido, el juez también resalta que la joven describió la inconsciencia como “repentina en el mismo momento de introducirse en el turismo”, la referencia posterior a ella como la bella durmiente, así como los comentarios en el chat “Peligro” tras compartirse el segundo vídeo con menciones sobre la posible utilización en los hechos de burundanga, en referencia al alcaloide escopolamina o hioscina que actúa como depresor de las terminaciones nerviosas y del cerebro, sustancia de efectos sedantes similar a la atropina que ha sido detectada en usos delictivos para dejar inconscientes y luego amnésicas a las víctimas, singularmente en ataques sexuales.

La supuesta utilización de esta sustancia, razona el magistrado, explicaría la referencia posterior en el chat “Veranito” por parte de A. B. F., quien participaba en el chat “Peligro” en el que también se compartió el segundo de los vídeos, “a la voluntad de llevar para el viaje a Pamplona burundiana”.

Por otra parte, cuando trascendió este auto, una de las abogadas de los acusados por los hechos de San Fermín ha decidido renunciar a seguir con el caso por “discrepancias con el modo en que realizan y van a realizar la defensa el resto de los abogados que trabajan en este asunto”. Según señala Carmen Sala, a través de un comunicado de prensa, “las discrepancias entre los letrados son irreconciliables, no estoy conforme con las continuas manifestaciones de los otros abogados en los medios de comunicación, que a mi entender fomentan un juicio paralelo, discrepo también con el contenido de las manifestaciones que realizan por entender que no benefician a los clientes y con las actuaciones que tienen pensado realizar”.

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