SEMANA SANTA
Cerrar el bar en Domingo de Ramos ante la masificación que impide “atender con calidad”
“Ha sido una decisión muy meditada y también una llamada de atención”. Así explica Carmen Moreno, propietaria del bar El Barón, un emblemático local de la Judería, su decisión de cerrar el Domingo de Ramos, uno de los días grandes de la Semana Santa de Córdoba.
Lo hace, según explica a este periódico, movida por la intuición de que este año, al igual que ocurrió en 2022, la “masificación” asociada a los pasos de Semana Santa que procesionan en este área por donde discurre la Carrera Oficial va a impedir ofrecer “un servicio de atención de calidad”. Así, lo que el año pasado fue un impulso que no llegó a concretarse, en este se ha convertido en una decisión final que, además, ha sido comunicada a través de redes sociales.
Lo cuenta alguien que ha sido durante años parte de Hostecor, la patronal de la hostelería cordobesa, amén de una hostelera que lleva 20 años trabajando en la zona. Nunca, en su opinión, había sido tan difícil trabajar como en Semana Santa desde que la Carrera Oficial se trasladó a la zona de La Judería y el entorno de La Mezquita.
“Antes, cuando la Carrera Oficial estaba en el Centro, todo se dispersaba y todos estábamos contentos. Ahora, creo que el descontento es de vecinos y de hosteleros. Los primeros porque la movilidad es compleja y los segundos porque tienen que desmontar veladores y pierden negocio en días fuertes de consumo”, reflexiona la propietaria de El Barón, que reconoce que en su caso cierra sencillamente porque “no es posible dar servicio a un barrio desbordado”.
Problemas de seguridad
En este ámbito, considera que el traslado de la Carrera Oficial a un espacio que, urbanística y arquitectónicamente es muy peculiar, con calles estrechas y laberínticas, entraña, además, problemas de seguridad. “Hablamos de un evento que bloquea totalmente el barrio y cualquier día se puede producir una catástrofe”, advierte.
Por todo ello, su decisión ya está tomada y notificada a Hostecor, a los vecinos y parroquianos. “Lo tomo como una decisión que va a aportar descanso mental y físico al personal, pero también como protesta”, señala la propietaria de El Barón.
Una decisión que no tendrá mucho eco entre los hosteleros de la zona. En un paseo por La Ribera y La Judería, la mayoría de los empresarios que trabajan allí reconocen el fastidio que supone retirar los veladores en días de máximo consumo y temporada alta, pero asumen que es una decisión comprensible dado el interés que genera la Semana Santa.
En algunos bares, por ejemplo, sacrifican las terrazas y convierten el negocio en un servicio take away. “Nosotros cerramos la entrada. Ponemos una barra y nos hinchamos a vender”, señala el propietario de un bar de la Ribera, que no obstante, reconoce que ese trabajo implica menos personal ya que se prescinde del camarero que suele atender en terraza.
Otros restaurantes, los que tienen salón, asumen perder la terraza y salvar los muebles. Uno de estos empresarios apunta a que se podría ganar mucho más dinero con la terraza puesta, pero entiende que “es lo que toca”. Además, recuerda jocosamente que los hosteleros del entorno de Las Tendillas ya vivieron esta misma situación. “Y ahora habrá quien lo eche de menos”, ironiza.
En este sentido, el presidente de la asociación de empresarios de hostelería, Hostecor, Fran de la Torre, remarca que la Semana Santa es un evento que genera un movimiento enorme en la ciudad del que se beneficia todo el mundo y, aunque respeta la decisión de la propietaria de El Barón, cree que no será muy imitada. “Si ahora ponemos en cuestión el bien que hace la Semana Santa en Córdoba porque tengas que levantar dos días los veladores, apaga y vámonos. Hay que colaborar entre todos y aunar esfuerzos para que sea mejor”, reflexiona De la Torre.
Por su parte, el presidente de Horeca Córdoba, Miguel Ángel Morales, se ha solidarizado con El Barón y entiende que puede ser un “fastidio” todo lo que conlleva el paso de las cofradías de la Carrera Oficial por la zona de La Judería y el entorno de La Mezquita. “No queremos que cierre nadie, pero hay que ver la idiosincrasia de cada negocio y de cada plaza”, ha afirmado.
0