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Una joven actriz cordobesa narra una experiencia propia de violencia machista

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Rafael Ávalos

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En no pocas ocasiones, que en realidad son la mayoría, prevalece la idea de que es necesario un guantazo o una patada. La agresividad con daño físico permanece en el imaginario colectivo, quizá con excesiva frecuencia, como único modelo de violencia de género. Una lacra que sin embargo no sólo existe de tal forma. “Suele empezar con abusos psicológicos: se ignoran los sentimientos de la pareja, se la ridiculiza, se la veta en opiniones y decisiones, se la humilla, se controla sus gastos e ingresos económicos, se la aísla de su entorno”, explica el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en su web acerca de este tipo de situaciones. “La víctima pierde la autoestima, siente miedo, culpa e indecisión”, agrega el organismo. Una serie de circunstancias que, por desgracia, es común también entre adolescentes. El silencio suele ser una respuesta habitual, como le sucediera en su momento a María Jesús. Sin embargo, esta joven cordobesa actuó hace apenas tres días de manera valiente e indicó el camino que, así considera, debería seguir cualquier mujer, sea cuál sea su edad, en un trance similar. Su paso adelante fue grabar un vídeo en el que relató su experiencia para hacerlo público.

María Jesús tiene en 21 años hoy en día. Pasaron seis desde que padeciera ese otra forma de violencia. El pasado domingo apostó por agotar su silencio con total decisión. Narró ante la cámara la complicada vivencia que tuviera con una pareja, que encima fue la primera que tuvo, y lo colgó en su canal de YouTube. Masu, que así es como la llaman familiares y amigos, contó su historia a modo de terapia para consigo misma y, no menos importante, apoyar a quienes puedan pasar por una situación similar. “Todo viene de que estaba viendo otras relaciones que se repetían en las mismas circunstancias. Fue como si me sintiera mal y necesité ayudar”, expresa la joven sobre su iniciativa. A lo largo de la grabación, explicó cómo su novio le restaba poco a poco autoestima y la aislaba de sus seres queridos. Era una especie de adoctrinamiento para su vasallaje, el cual recuerda alejada del rencor y con la única intención de abrir puertas de salvación a otras chicas o mujeres en procesos idénticos.

Hoy encamina su futuro al mundo de la interpretación, en el que participa por ejemplo en Perros verdes, la primera webserie cordobesa. Su nombre artístico es Masu Mayer, que a partir de ahora se puede reconocer también por lanzar palabras de valentía que son dignidad de mujer. Ella nunca sufrió agresión física alguna, pero sí la dominación psicológica, algo que tampoco debe ser permisible. “No sólo duelen los golpes y antes de que haya uno hay una base psicológica, tienen que haberte comido mucho la cabeza”, indica la joven, que añade que “al principio no te vas dando cuenta porque son cosas pequeñitas”. “El problema es que poquito a poquito te va quitando cosas y te vas quedando sin nada, hasta que llega el momento de que no puedes llegar a nadie, que no ves posibilidad de hablar con nadie”, expone.

Con la fortaleza que le dio la distancia temporal con lo vivido, Masu decidió ofrecer a todas las mujeres que vean su vídeo la oportunidad de revisar sus relaciones y saber si sufren una situación similar o no. “Es muy poco a poco, reconstruyéndote mucho y dándote cuenta de patrones. Cuento lo que me pasa a mí, pero es lo que pasa siempre”, señala sobre el difícil proceso de recuperación de su traumático trance. “Va más allá de que sea una cosa que te ha pasado a ti. Me ha ayudado mucho darme cuenta de que esto debe ser una lucha que debemos llevar todas. Me arrepiento de no haber hecho más antes”, continúa su explicación, también acerca de lo que le llevó a dar el paso de narrar su historia en YouTube. En el mismo habla de sororidad, que no es otra cosa que compartir y cambiar realidades entre las mujeres que sienten la opresión masculina.

Sobre su caso, asegura que “lo que peor llevaba era el aislamiento, porque creía que la única persona que tenía era él”. “Era como que todo lo que hacía tenía que ser con su supervisión. Durante un tiempo no era nadie y sientes un vacío muy grande”, añade en ese sentido. Tras la separación de aquella pareja, Masu pensó en el suicidio, que intentó. Enseguida rectificó y advirtió a sus padres, tal y como relata en su vídeo. En ese momento la calidez de su familia fue fundamental. “Sentí mucho apoyo y sé que si hubiera hablado antes habría tenido mucho apoyo. Ahora mucha gente de mi entorno me dicen que no se habían dado cuenta de que lo estaba pasando tan mal”, desvela. Hace referencia a las amigas y amigos que dejó en el camino debido a su negativa relación.

A ella le ocurrió cuando tenía 15 años, un hecho que lejos de ser extraño es, cada vez más por desgracia, no poco habitual. “Está pasando más en adolescentes, muchísimo con las redes sociales. No puedes hacer nada sin que ellos lo sepan”, comenta antes de afirmar que “el hecho de que no tengas relaciones anteriores es importante”. Apostilla en relación a su caso, en el que su primer amor fue tortuoso. Ahora, años después, María Jesús, o Masu, tiene claro que la mejor respuesta a la violencia de género es la decisión y valentía. Concienciar y apoyar a otras mujeres en situaciones igualmente duras, es el objetivo que establece su iniciativa. Porque, asevera, es básico “no dejar que esto continúe, desde el momento en el que ves que te ponen límites, no aceptarlo, denunciar, no dejar que ninguna pareja te aleje de tu entorno y de tus cosas”. “A veces no lo contamos por miedo o porque no nos crean, o por no entrar en problemas. Por eso me ha costado mucho hablar. Es necesario que muchas chicas se den cuenta”, dice. Su vídeo es un ejemplo a seguir.

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