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Hotel de Madres: la antesala a la maternidad en casa

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Alejandra Luque

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Más de 740 madres han pasado por este servicio del Hospital Reina Sofía desde 2007 | En los próximos meses, esta prestación, pionera en Andalucía, cumplirá diez años

Begoña Ruiz es de Puente Genil y llegó al Hotel de Madres del Hospital Reina Sofía hace un mes. Llegó por casualidad nada más dar a luz a su hijo. Desconocía su existencia. Pero la necesidad la ha llevado a alojarse en este pequeño hostal dentro del propio hospital. Hoy, 30 días después, abandona el Hotel de Madres tras la recuperación de su bebé.

Este servicio, pionero en Andalucía y al que le han seguido otras iniciativas similares, cumplirá diez años este 2017. Nació en Córdoba con el objetivo de facilitar el núcleo afectivo entre la mamá y el bebé, una relación que en ocasiones se ve “interrumpida” por las diversas circunstancias de salud por las que puede atravesar el neonato.

En el caso de Begoña, el fin de su embarazo llegó antes de lo previsto. A los ocho meses, dio a luz a su hijo. Al tratarse de un bebé prematuro, el peso es realmente inferior al de un neonato que ha cumplido sus nueve meses de gestación. “Cuando mi hijo nació, no había tenido ninguna experiencia en este hotel y ni sabía de su existencia. Pero, nada más nacer, me hablaron de él y ese mismo día lo pedí. Mi hijo nació con un peso de un kilo y medio y, viendo el transcurso del niño, me tuve que quedar”. En los últimos días también le han detectado un pequeño soplo en el corazón.

Uno de los principales requisitos para poder optar a una plaza en el Hotel de Madres es que la progenitora sea, como mínimo, de la provincia de Córdoba. Pero siempre hay excepciones. Tal y como cuenta una de las trabajadoras sociales que regula la entrada de las mamás, Alicia García, “todos los casos se valoran. Hemos tenido situaciones especiales como una discapacidad física o violencia de género, por ejemplo. Un requisito es que tienen que ser de fuera, pero en casos de ese tipo, la organización es más flexible”. García recuerda que la “primera mujer que llegó al Hotel de Madres en 2007 no era ni de España, sino del África Subsahariana”.

Desde sus inicios, el número de plazas del Hotel de Madres no ha variado. En total, cuatro son las plazas que ofrece el hotel y García desconoce “si la dirección del hospital prevé aumentar el número de camas”. Además de las habitaciones, el hotel cuenta con una cocina totalmente equipada, un pequeño salón y cuartos de baño propios. Además del hospedaje, el Hotel de Madres también sufraga la manutención completa de la madre durante su estancia, al igual que cualquier paciente del hospital.

Durante los casi diez años que lleva funcionando el Hotel de Madres, 745 madres se han visto beneficiadas. Y aunque la organización prevé una estancia de unos 15 días, el período de tiempo puede variar dependiendo de la demanda de habitaciones. No obstante, y en caso de que todas las plazas estén ocupadas, el hospital intenta dar cobertura a las madres con otros pisos que dependen de las asociaciones de pacientes.

El día a día de una mamá en el Hotel de Madres está plenamente destinado a atender a su bebé. La primera visita es a las 9:00 y se repite durante cinco veces más con un intervalo de tres horas. Durante 60 minutos, la madre amamanta al niño en compañía del padre, quien sí puede estar en este momento, pero no hospedarse en el hotel.

Y ése es uno de los inconvenientes que señala Begoña. “Estar aquí es muy duro y sólo lo sabe quien lo ha vivido. Cuando estás agotada, las madres sí podemos irnos a nuestra cama y descansar. Sin embargo, los padres, no. No pueden ni asomarse y eso no lo veo bien. Cuando comenzó este servicio, los familiares sí podían entrar. Pero ocurrieron determinadas cosas y lo prohibieron”. Por ello, Begoña apuesta por crear también un “hotel para padres”. “En muchas ocasiones, mi marido ha tenido que descansar alejado de nosotros y en una silla. Y aquí pasamos muchas horas para tener que descansar así”, concluye la madre.

Además de la imposibilidad de pasar esta etapa de la maternidad en compañía de la pareja, Begoña apunta que “algo que sí debería cambiarse es el lugar en el que está el hotel”. Y es que está situado en la planta menos uno del Hospital. “La luz sólo entra por estas ventanas (las de su habitación) y hay días en los que te preguntas si es de noche o de día”. Pero ya eso poco importa. A Begoña le han comunicado que su hijo ha cogido peso y que su corazón ya está mucho mejor. Ella ya puede dejar el hotel. A partir de hoy, toda la familia descansará junta. Y en casa.

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