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Historia incompleta desde San Nicolás

Vía Crucis de las cofradías con Nuestro Padre Jesús de la Sentencia | TONI BLANCO

Rafael Ávalos

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La tarde no es todo lo apacible que en días anteriores. Tras un inicio de Cuaresma con ambiente ligeramente primaveral las nubes hacen por vez primera acto de presencia. Es lo que tienen estas fechas: el tiempo es cambiante. La meteorología suele provocar incertidumbre con demasiada frecuencia y esta vez no es menos. En la plaza, en torno a la iglesia no son pocos los que se congregan. Sucede en menor medida, eso sí, a cada Lunes Santo, cuando el espacio es ocupado hasta el extremo. Ese día que, por cierto, diera a la Semana Santa de Córdoba la hermandad que este sábado es protagonista. Porque es la primera corporación que ubicara su salida en dicha jornada. Desde entonces son 75 años los transcurridos junto a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, motivo por el que este 2020 preside el Vía Crucis de la Agrupación de Cofradías. Una cita ésta que tiene un desenlace prematuro como consecuencia de la lluvia en un momento dado y el riesgo en otro.

Escrita está la narración desde San Nicolás de la Villa. Escrita está desde tres cuartos de siglo atrás. Escrita está desde aquel Lunes Santo de 1945. Y escrita está, por supuesto, también en esta jornada sabatina. La mañana arrancó con cielo claro pero el paso de las horas hizo que poco a poco todo se tornara grisáceo. Se hacía necesario revisar previsiones de nuevo. El riesgo de lluvia existía desde las nueve la noche, una hora a la que el cortejo de la hermandad de la Sentencia estaría en pleno camino de regreso a su templo. Pero las dudas fueron pocas antes de las cinco y media, cuando había de comenzar y comenzó el trayecto de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia hasta la Mezquita Catedral. El nublado del techo natural de la ciudad no acabó con la ilusión con seriedad llevada de la cofradía.

Todo parecía igual pero era distinto. El gran paso dorado que cada Lunes Santo salva el difícil escollo de las dimensiones del atrio de San Nicolás de la Villa dejó su lugar a otro de más reducido tamaño pero no menos valioso. Eran las andas de plata de Nuestro Padre Jesús Nazareno de La Rambla las que en esta ocasión servían de trono a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia. Por otro lado, como es norma en esta cita, la imagen de Juan Martínez Cerrillo marchó en soledad. Alejado del juicio al que cada Semana Santa es sometido, avanzó de forma diferente pero igualmente elegante. Los sones tampoco eran los mismos que habitualmente. Porque esta vez la hermandad de la que es titular el Señor eligió un toque más solemne, más propio de la situación. Fue la Capilla Musical María Auxiliadora la que siguió a la talla. Lo hizo con el acompañamiento de la Escolanía de Sevilla.

De otro modo transcurrió también el tránsito de la comitiva, muy amplia, por las calles del casco histórico de Córdoba. Hasta la plaza de La Trinidad llegó como suele hacer el Lunes Santo por San Felipe y plaza Ramón y Cajal pero en Lope de Hoces no tocó continuar por el Paseo de la Victoria sino por Tejón y Marín. Era otro de los atractivos de la jornada: ver a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia por rincones como Almanzor y Romero antes de adentrarse en su conocida estrechez de Deanes. A lo largo del recorrido, mientras, centenares de personas estuvieron junto al Señor y los hermanos de su corporación que quisieron dar luz. Fue sobre las siete de la tarde, con un mínimo retraso según lo previsto, cuando el cortejo accedió a la Mezquita Catedral.

Y en el primer templo de la diócesis se desarrolló el rezo de las Estaciones, que esta vez fue especial también gracias a la hermandad. Ésta decidió que las cofradías que estuvieran encargadas de la oración en cada momento portaran su cruz de guía y dos faroles para después unirse a la comitiva. Fue durante la celebración litúrgica en las naves catedralicias cuando la lluvia hizo ligero acto de presencia y devolvió las dudas a la hermandad y los cofrades. La salida del principal monumento de la ciudad estaba fijada a las ocho y media por lo que había margen para tomar una decisión. Minutos antes de esa hora la corporación del Lunes Santo anunció a través de redes sociales una significativa modificación del recorrido de vuelta a su templo. La idea era acortar para evitar riesgos. Sin embargo, en el momento de abandonar la Mezquita Catedral se comunicó un cabildo de oficiales -conocido como de aguas- para las nueve. Al final la Sentencia decidió no retornar a la calle. Escrita está la historia desde San Nicolás. Aunque esta vez queda incompleta.

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