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Guía práctica para orientarse en Podemos Córdoba

Un acto de Podemos Córdoba en la plaza de la Corredera

Manuel J. Albert

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La formación se enfrenta a las elecciones generales en un proceso de interinidad tras la dimisión de la secretaria general y tratando de vertebrarse en la provincia

Todos los partidos políticos viven pendientes de un calendario muy especial en el que las casillas marcadas en rojo no son los festivos, sino las citas electorales. Podemos no es una excepción. Pero en su caso, el margen de tiempo es mucho menor. Su naturaleza de recién nacido le obliga, desde que apareció, a enfrentarse al implacable ciclo de comicios –que empezó con las elecciones al Parlamento Europeo, siguió con las andaluzas y las municipales y encara ahora las generales– al mismo tiempo que lucha por dotarse de estructuras internas que fortalezcan su todavía ligero armazón.

En Córdoba, este complejo proceso tiene la particularidad de vivirse bajo una etapa de interinidad, desde que en julio la secretaria general, Juana Guerrero, dimitió de su cargo. La normativa de la que se dotó el partido en su asamblea fundacional de Vistalegre, hace justo un año, obligaba a que la próxima elección de un nuevo secretario general en la provincia no se produjese antes de enero. Pero debido a las elecciones generales de diciembre, seguramente el proceso se prolongará hasta primavera.

Entretanto, el partido está dirigido por el Consejo Ciudadano. De los 25 miembros originales, quedan 15 en Córdoba, señalan fuentes internas. Este organismo eligió a un consejo coordinador que designó a dos personas para ser las caras visibles del partido hasta la elección de un nuevo responsable.

Pero si el andamiaje en la capital es delicado, más los es todavía en la provincia. Podemos es eminentemente un partido urbano y como tal nació también en Córdoba. Y en esas, afrontó las elecciones locales, apoyando a Ganemos, y las elecciones autonómicas andaluzas, donde consiguió un parlamentario: David Moscoso. Pero fuera de la capital el proceso de construcción y coordinación sigue en marcha.

Para complicarlo todo un poco más, hay que entender que Podemos también está sujeto en Córdoba a las tensiones que existen entre la dirección andaluza y la nacional, con Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias como principales protagonistas. Ambas familias políticas también conviven en la capital y en la provincia. Y ello afecta a las tomas de decisiones para terminar de construir el edificio del partido. De hecho, estas tensiones se encuentran tras la dimisión de Guerrero de la Secretaría General. Ella apoya la corriente de Pablo Iglesias, mientras que parte del partido se alinea con la de Rodríguez.

En cualquier caso, ante estos vacíos organizativos fuera de las ciudades, la dirección andaluza ha tratado de crear circuitos de comunicación designando enlaces provinciales para cada uno de los secretarios (Organización, Política, Relaciones Institucionales, Movimientos Sociales y Comunicación). Pero fuentes del partido reconocen que estos enlaces “apenas funcionan” por efecto de la división entre las distintas corrientes. De esta forma, Podemos sigue apoyándose principalmente en las estructuras urbanas originales de las capitales.

En el caso de Córdoba, ese vacío de estructura también parece que trata de aprovecharlo el parlamentario David Moscoso. Hasta que fue designado candidato número uno por la provincia, apenas se le conocía en los círculos de Podemos Córdoba. Por eso, fuentes internas señalan que trata de ganar peso en el seno de la formación –y en su grupo parlamentario–, volcándose en la provincia e intensificando su presencia en medios a través de una actividad política que sea visible.

Y con este marco, llegan las elecciones generales. Tras un proceso de elección, ganó la candidatura de Pablo Iglesias y toda la lista que le acompañaba. En ella, el primer cordobés que figura como más votado es Antonio Manuel Rodríguez. En teoría, él será el candidato por Córdoba. Y en el partido cuentan que existe más o menos un consenso definitivo para que él sea el nombre definitivo, pues parece contar con el visto bueno de la dirección andaluza. Pero tampoco descartan que, como ha ocurrido con fichajes estrellas recientes, como el general Julio Rodríguez, en Zaragoza; o el catedrático de Derecho Javier Pérez-Royo, en Andalucía, un nombre de última hora pueda hacer mover toda la bancada también en Córdoba.

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