'Gamification', el inglés es un juego en el Almanzor
Del Delectare et prodesse latino a la gamification. Siglos de evolución pedagógica bajo el concepto básico de hacer entretenido el aprendizaje se funden en las renovadas aulas de la academia de idiomas del Colegio Almanzor, que en colaboración con Córdoba Language Center (CLC) implementa este año la novedosa metodología MiniSystem, basada en el aprendizaje de lenguas extranjeras (L2) mediante el juego. Porque gamificar no es sólo jugar, sino “el uso de las mecánicas de juego en entornos ajenos al juego”, como apunta el creador del término Sebastian Deterding, una metodología ideal para estimular el aprendizaje de lenguas extranjeras en las edades más tempranas.
Porque los más recientes estudios en pedagogía señalan que la mejor edad para empezar a estudiar una L2 es entre los 3 y los 6 años, e incluso antes. En esa etapa el cerebro es muy moldeable y abierto al aprendizaje, multiplica las conexiones neuronales para aprender a mayor velocidad y paralelamente estimula el desarrollo cognitivo en otras materias. Además, el aprendizaje en edades tempranas de una L2 favorece considerablemente habilidades como el pensamiento crítico, la flexibilidad cognitiva y la creatividad mejorando el rendimiento académico en general, ya que se está desarrollando en el alumnado una mayor capacidad para afrontar retos intelectuales y abordar así con más facilidad desafíos tanto en su vida académica como en su desarrollopersonal. Además, aprender un idioma extranjero fomenta la tolerancia, la integración intercultural y el deseo de conocer y aceptar otras culturas.
Ese es el punto de partida en la academia de idiomas del Colegio Almanzor, abierta al alumnado desde los 3 años hasta los 16, con la posibilidad de comenzar desde los primeros pasos hasta salir del centro con el C1. Para estimular ese avance constante y progresivo, qué mejor que empezar jugando, porque como indica el neurocientífico Francisco Mora “el juego es el aprendizaje disfrazado, un medio importante para despertar la curiosidad, dirigir la atención, fortalecer la memoria y, por tanto, favorecer el aprendizaje en las aulas”. Todo eso sucede en las aulas del centro de la Asomadilla, donde el inglés se enseña “con otra perspectiva, alejándonos de lo tradicional e involucrando al alumnado en el proceso de aprendizaje”. Dejad entonces que jueguen y que los niños y niñas se acerquen al inglés.
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