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¿Feliz? Aniversario del gobierno local

García y Ambrosio a la salida de una reunión en Capitulares | MADERO CUBERO

Antonio Gutiérrez

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El primer año de PSOE e IU al frente de Capitulares deja un pobre balance de gestión y la imagen de que, cada día más, las agendas y los ritmos de los socios de gobierno van por caminos muy diferentes

Ha pasado un año. Hace 365 días, el Ayuntamiento de Córdoba abría una nueva etapa que, desde el primer momento, se auguraba muy complicada: solo once concejales formando un gobierno en coalición y con el apoyo de los cuatro ediles de una agrupación de electores que, por aquel entonces, dijo “no” a entrar en un gobierno en el que ahora, un año después, vuelve a pensarse entrar. Cosas de la nueva política a la que, a modo de balance, le olió a cuerno quemado el pseudopacto por los presupuestos con Ciudadanos. Cosas de la política de toda la vida.

Al gobierno local le llega este aniversario en el peor momento. La imagen es la de pareja en crisis a la que ya no le da miedo mostrarla y que se ha visto agudizada en los últimos tiempos por las elecciones generales (las segundas en menos de seis meses). En este contexto parece que todo vale, que puedes airear públicamente que el partido de tu pareja ha perdido sus señas de identidad y que el que sustenta tu gobierno es poco menos que un extraño. Lo que pasa es que el extraño también responde y te recuerda que, posiblemente, lo que te pasa es que tienes miedo de que se vaya con otra.

¿Forma parte todo esto del postureo electoral? No, definitivamente no. La crisis viene de lejos. En este primer año ha habido sus momentos, sus idas y sus venidas y sus malos entendidos (muchos), pero el aniversario llega en el peor momento de la relación entre PSOE e IU. Hoy lo negarán todo, como manda la tradición, pero lo cierto es que este artículo ha podido escribirse en varias ocasiones en estos 365 días de mandato y la conclusión hubiese siempre la misma: los socios de gobierno cada vez están más distanciados en las formas (durante los primeros meses) y en el fondo (en la última etapa).

Dos agendas cada vez más distanciadas

En esta pareja hay dos agendas y cada vez están más distanciadas desde el punto de vista de las prioridades. ¿Titularidad pública de la Mezquita? Urgente para IU y no tanto para el PSOE, que envía al concejal de Deportes a la primera reunión de la mesa de expertos en la que se echa de menos (y así se indica) la presencia de la alcaldesa. ¿Toros? Tema muy claro para IU y Ganemos por el que, sin embargo, pasan de puntillas los socialistas. Primero se acepta no financiar entradas ni eventos y luego se envía al concejal de Deportes (otra vez) a presidir el jurado del Trofeo Manolete. ¿Cosmos? Si por la GMU fuera, hace tiempo que este tema no tenía vuelta de hoja, pero llevamos meses de reuniones de una mesa (otra) que vete tú a saber en qué concluirá. ¿Metro tren? No rotundo al principio, pero “bueno vale, pero con otro nombre” meses después.

¿Semana Santa? Cero interés para IU, que desde el primer momento dice que no va a gastar un minuto en ir al palco (y lo cumple) y máximo interés (digan lo que digan) para el PSOE (al menos para una parte), que pasa del discurso “yo voy a ver las procesiones en la calle con la gente” a la presencia institucional y firme en el palco. Por la Semana Santa se contabilizan tal sucesión de broncas internas que sorprenderían: desde los recorridos, pasando por los horarios y llegando a asuntos tan de andar por casa como los contratos de los paños de la carrera oficial o la cesión del Gran Teatro para el pregón. Todo en un clima de máxima tensión e interés que ha marcado algunos “antes y después” en los despachos capitulares.

Pero nada tan claro como las discrepancias que se están viviendo estos días con la integración del personal del Consorcio de Turismo. Unos (IU) convencidos de que la plantilla se integrará en el Ayuntamiento, otros (PSOE) con muchos recelos y un informe de la asesoría jurídica que, a lo largo de toda la vida del Consorcio de Turismo, no ha dicho ni pío sobre sus condiciones de entrada y que ahora, a petición de parte, pone en cuestión todo el proceso de entrada, desde el principio de los tiempos, de los cerca de treinta trabajadores. Curioso y revelador a partes iguales.

Es solo un ejemplo, quizás el más claro, de las constantes diferencias que, hasta la fecha, se han salvado en privado, pero en las que han colisionado áreas como Infraestructuras, Gestión y Presidencia, Turismo, Cultura y Seguridad, Urbanismo y Gestión y, por supuesto, Personal con todos y todos con Personal. La gestión de Recursos Humanos estuvo cargada de polémicas en los dos últimos años del PP y ha seguido in crescendo alcanzando nuevos hitos que traen de cabeza a concejales y personal funcionario: sainetes como el los Museos Municipales son solo la parte más visible de un gravísimo problema interno al que nadie se atreve a poner el cascabel y que, desde hace tiempo, tiene a los sindicatos protestando a las puertas del Ayuntamiento en plan revival de la época popular.

Pobre balance de resultados

Hablando de reposiciones: en Aucorsa ya no arden autobuses, como en la época del PP, pero el incendio se ha trasladado a las oficinas del gerente, se ha extendido a los despachos de la presidenta e incluso ha llegado a la planta noble de Capitulares con reuniones que, visto lo visto, no han servido para nada porque hoy se han iniciado los paros parciales que reflejan un malestar que se arrastra desde hace meses y que, además, tiene mucho que ver con la primera promesa de Ambrosio: un cambio de formas que, según los sindicatos, no se ha producido. La situación en Aucorsa combina los problemas de gestión con los personales (de la plantilla con el gerente) y ha provocado enfrentamientos incluso entre el gerente y ediles de Ganemos, vía redes sociales.

En lo que se refiere al balance de resultados poco, muy poco, se puede decir. Hace un año se hablaba, y mucho, de la Ciudad Deportiva y dentro de poco se volverá a hablar porque el tema no está ni mucho menos resuelto. Lo mismo ocurre con Cosmos, el metro tren, el Centro de Convenciones o la gestión del servicio del alumbrado (bajo amenaza de caducidad de los plazos para los Fondos Jessica). ¿Qué hay del gran programa cultural para resarcir a la ciudad del fiasco de la Capitalidad Cultural? ¿Hay modelo de Movilidad? ¿Qué se sabe de la recuperación de la GMU como motor de la ciudad?

En el lado positivo, iniciativas calladas como la Oficina de la Vivienda o evitar que se sufran cortes de agua por falta de pago, la gestión serena de la Policía Local, dicho con todas las cautelas en un área tan compleja, y poco más. Un pobre balance para tantas expectativas. En este cortísimo equipo de gobierno hay concejales de los que no sabe nada desde hace meses, mientras que otros, literalmente, están superados por la acumulación de tareas. Mal asunto.

Ha pasado un año, es cierto, para unos habrá sido muy largo y para otros muy corto. Unos dirán que esto ya se veía venir, mientras que otros se agarrarán al hecho de que faltan tres cuartos de un mandato cuyo resultado, ahora mismo, depende más de sensaciones personales que de resultados. ¿Feliz? Aniversario.

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