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Los duendes que cuidan los nuevos olmos del Bejarano

Foto de familia de los voluntarios del Bejarano.

Carmen Reina

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La enfermedad de la grafiosis afectó hace años a los olmos que crecían en la ribera del arroyo Bejarano en plena Sierra Morena. Este hongo secó y mató las decenas de árboles que componían la olmeda verde y fresca en este paraje declarado Reserva Natural Fluvial, que quedó sin su capa vegetal, afectando a la flora y fauna del lugar. Este invierno pasado, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha llevado a cabo un proyecto piloto para recuperar esa olmeda, sembrando medio centenar de plantones de olmos resistentes a la grafiosis, logrados a partir de una investigación de décadas de la Escuela de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid. Ahora, para que salgan adelante, a esos plantones de olmo les ayudan unos ‘duendes’ muy particulares.

Se trata de los integrantes del Club Deportivo Duendes del Bejarano, un grupo de aficionados al deporte y al medio ambiente comprometidos con disfrutar de la naturaleza a la vez que la protegen. Y ahora, en estos meses de calor extremo, han organizado un calendario de actividades para regar los plantones de nuevos olmos para ayudarles a salir adelante.

Cada quince días, un grupo de voluntarios de este club riega el medio centenar de pequeños olmos plantados en el Bejarano. “Son árboles con estrés hídrico que necesitan riego de urgencia”, explica a este medio el presidente de Duendes del Bejarano, José Medina. Y así, desde el mes de julio y ahora los días 6 y 20 de agosto, 3 y 17 de septiembre, y también el 1 de octubre a expensas del devenir de la climatología, tienen organizada esta actividad de riego entre sus integrantes.

Con cubetas y garrafas, haciendo cadenas humanas, los voluntarios se organizan para acarrear el agua desde el arroyo hasta los árboles, a los que han hecho alcorques para que capten mejor la humedad. “Solo regamos los que lo necesitan”, precisan sobre una actividad que vienen realizando con cada uno de los 50 nuevos árboles, a los que les vierten unos 80 litros de agua cada dos semanas, para evitarles ese estrés hídrico, dado que aún no cuentan con un porte suficiente de raíces para salir adelante solos.

El verano seco y con altas temperaturas que Córdoba está sufriendo hace necesaria esta actividad, que el Club Deportivo Duendes del Bejarano ya viene realizando desde hace seis años con los árboles de otras especies que ellos mismos y otros colectivos como Acción Ecologista Guadalquivir han plantado en este entorno. Son almezos, fresnos, álamos o higueras que ya cuentan con 4 o 5 años de vida en el terreno de la ribera del arroyo, que han salido adelante gracias al riego de estos ‘duendes’ y ya subsisten por sí solos.

Ahora, con el agua que llevan a los olmos nuevos, esperan que igualmente consigan superar los meses de verano y hundan sus raíces durante el resto del año para hacerse fuertes en la ribera de este arroyo. Con la experiencia de años atrás, confían en regar de esperanza el futuro de la olmeda del Bejarano.

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