Un antes y un después para las parcelaciones de Córdoba
Córdoba arrastra desde los primeros años ochenta un problema endémico: la construcción de parcelaciones en su extrarradio. Casi 40 años después, el problema, como el elefante dentro de la sala, sigue ahí. Apenas ninguna de las parcelaciones que se construyó sin permiso se ha derribado (quitando casos aislados), aunque sí que se evitó con el cambio de siglo que se siguieran creando núcleos nuevos sin control alguno. Pero todo lo construido, incluido lo previsto en las normas urbanísticas para que se amplíe el casco de la ciudad, sigue en un limbo jurídico que puede empezar a inclinarse en abril.
La ciudad tiene 21 parcelaciones construidas en suelo no urbanizable, pero que pasarán a serlo cuando se culmine un casi imposible proceso administrativo. Estas 21 parcelaciones han aprobado inicialmente sus planes parciales, pero no pueden finalizarlos por la imposibilidad de poner a todos los propietarios de acuerdo. Hasta ahora, en Córdoba para que una parcelación pueda tener servicios básicos necesita haber superado varios trámites. Primero, reunir a todos los vecinos en una junta de compensación, después redactar un proyecto de reparcelación y finalmente aprobar el de urbanización. En Córdoba, los grandes problemas están en el proyecto de reparcelación, donde se tienen que poner de acuerdo decenas de propietarios y pasar por el Registro de la Propiedad. En casi 40 años, ni una de las parcelaciones ha logrado superar estos trámites.
Ahora, el Parlamento de Andalucía se ha puesto de acuerdo a regañadientes (Podemos suscribió su voto a última hora del viernes) para modificar la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) prácticamente a la medida de Córdoba. Así, se podrá dotar de luz, agua y hasta servicios de saneamiento a aquellas parcelaciones que hayan aprobado inicialmente sus planes parciales. En Córdoba son 21 las que lo han hecho, las mismas que ya se señalaron en el PGOU redactado en el año 1986.
Entre ellas, destacan las parcelaciones de El Sol, Doña Manuela, Torreblanca, Barquera Norte, una parte de El Rubio, La Gorgoja, Alamillo, el Miguelón, Santa Ana de la Albaida, y las cuatro que ya van por otra vía que son El Cruce, Cuevas de Altázar, Santo Domingo y Barquera Sur. Con la reforma de la LOUA en la mano, a partir de verano podrán empezar a recibir servicios de luz y agua sin ningún problema. E iniciarán un camino más cómodo para convertirse en urbanizaciones al uso.
El acuerdo unánime en el Parlamento ha llegado después de que PSOE e IU empujaran al resto de formaciones. También han tenido el apoyo del Consejo del Movimiento Ciudadano en Córdoba, que considera que esta modificación de la LOUA abre la puerta a que el resto de parcelaciones de la ciudad sigan el ejemplo y empiecen a aprobar sus planes parciales para poder recibir luz y agua.
Sin embargo, el acuerdo no afectará a todas las parcelaciones de Córdoba. En la ciudad existen al menos un 25% localizadas en suelos de especial protección donde nunca se debió construir. Unas afectan al entorno de Medina Azahara, donde la Administración jamás podrá conceder permisos de luz y agua. Otras están en zona inundable (todo el entorno del aeropuerto y la zona más ribereña de Alcolea). Y otras en parajes protegidos medioambientalmente en la Sierra, donde existe un altísimo riesgo de incendio.
En total, en Córdoba hay 97 núcleos con parcelaciones, que ocupan una superficie de 3.008 hectáreas y que acogen 4.334 edificaciones. Al menos un 25% jamás conseguirá ser una urbanización, como ya están en camino las primeras 21 que sí que se plegaron a las normas urbanísticas ya en los años ochenta. Pero para el resto, con esta modificación urbanística en la mano, se les abre una puerta que jamás pensaron que se tornaría.
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