Desciende el cultivo de trigo blando en Córdoba y aumenta el de cebada y triticale
El delegado de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta en Córdoba, Francisco Zurera, ha señalado que en los últimos años ha descendido el cultivo de trigo blando en Córdoba mientras que la superficie dedicada a la cebada y el triticale- cereal cruzado entre trigo y centeno- ha aumentado.
De hecho, según ha explicado Zurera en un comunicado, “se estabiliza el espacio dedicado a cereales de invierno”.“Una vez conocidos los primeros datos de la solicitud única de la PAC 2018, se confirma el acelerado proceso de cambio que está experimentando la superficie agrícola de la provincia” y, “concretamente, los cereales de invierno son especialmente sensibles a los cambios en nuevas variedades o en las cotizaciones, entre otros aspectos”.
En concreto y según ha precisado Zurera, “la superficie total de los cereales de invierno se ha estabilizado entre las 140.000 y 150.000 hectáreas en los últimos años, aunque la tendencia varía según las especies”, de forma que, “por ejemplo, aunque en 2018 el trigo blando ha experimentado un crecimiento del 28% respecto al año pasado, situándose en 18.302 hectáreas, es evidente su declive, ya que en 2014 contaba con 38.861 hectáreas”.
La superficie existente de este cultivo en la actualidad se sitúa mayoritariamente en el Norte de la provincia cordobesa, aunque está distribuido por toda ella, y en estos años ha sido sustituido por otros cereales y sus mezclas, para uso en alimentación animal.
Por otra parte, el trigo duro se ha estabilizado desde 2011 en torno a las 50.000 hectáreas, contabilizándose en 2018 un total de 48.820 hectáreas, lo que supone un cuatro por ciento menos que en 2017, según datos aún provisionales. Se localiza casi exclusivamente al Sur del Guadalquivir, en la Campiña Baja, destacando el municipio de Córdoba, con la mitad de la superficie.
El tranquillón, una mezcla de cereales, tiene una superficie declarada de 23.473 hectáreas, lo que implica un descenso del dos por ciento, y mantiene una cierta estabilidad en los últimos años, mientras que la avena se consolida, aunque desciende este año un 13%, hasta las 26.910 hectáreas.
Un cultivo que claramente ha experimentado un crecimiento en los últimos años es la cebada, que se destina mayoritariamente a la alimentación animal, pues, si hace cinco años la superficie era apenas de 7.400 hectáreas, este año se sitúa en 18.632 hectáreas, lo que implica un crecimiento del 29% respecto a 2017.
Por último, el triticale sigue su crecimiento, desde las 2.110 hectáreas de hace cinco años, hasta las 6.480 de este año (un 27% más que en 2017), mientras que el centeno, un cereal sin tradición en la provincia, alcanza ya las 436 hectáreas, con importantes tasas de crecimiento (un 26% más que el año pasado).
A la vista de los datos, el delegado de Agricultura ha afirmado que la evolución de los cereales de invierno en la provincia de Córdoba ha acentuado la especialización según destino. Así, el Norte se ha especializado en su cultivo para alimentación animal, ya sea en verde, para ensilado, o para grano, mientras que en la campiña se potencian los trigos duros de calidad con destino a la industria, y nuevos cultivos con grandes potencialidades.
Finalmente, en lo que respecta a la cosecha este año, Zurera ha asegurado que se esperan rendimientos en un 20% y un 30% superiores a un año medio, debido a la primavera lluviosa y de temperaturas suaves ya concluida, que ha permitido una maduración lenta del grano.
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