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Desahuciada con su hijo después de que su exmarido ocultara la orden de desalojo

Pilar, en la puerta de la casa de la que va a ser desahuciada.

Carmen Reina

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Pilar tiene 40 años, vive en Montealto, una aldea de La Carlota y, a su cargo, tiene un hijo de 15 años. Este jueves a las 12:00 de la mañana deben abandonar la casa en la que viven de alquiler desde el verano de 2016 por una orden judicial de desalojo, después de que pasaran meses sin pagar la cuota mensual y el propietario particular de la vivienda los denunciara. Pero ella, acaba de enterarse hace tres semanas. Hasta entonces, vivía allí también su exmarido y, al marcharse de la casa, fue cuando Pilar se enteró de que habían recibido una orden de desahucio en mayo pasado, que él le ocultó.

Inmersa en una situación de “impotencia” e “inexplicable” para ella, cuenta a este medio cómo su exmarido, con un trabajo estable, era quien se hacía cargo de los pagos, incluido el del alquiler de la vivienda. “O eso creía yo”, dice. Cuando hace tres semanas la situación de la pareja les llevó a que él se marchara de la vivienda definitivamente, fue cuando le comunicó que existía la orden judicial de desalojo, con fecha límite para este 28 de septiembre.

Desde entonces, ha buscado ayuda en la plataforma Stop Desahucios de La Carlota, quienes ante la premura de la situación apenas han tenido margen de maniobra. Además, al tratarse de un propietario particular, “no podemos hacer nada” cuentan. “Su caso nos llegó ya tarde, sin tiempo para reaccionar”, explica la integrante de la plataforma, Maribel Rosa. A ellos les contó todos los detalles sobre cómo se enteró de su desahucio y este jueves estarán acompañando a Pilar y su hijo en la salida de su casa.

La siguiente opción ha sido buscar algún tipo de ayuda en las administraciones para no verse en la calle y sin un techo tras el desahucio. Pilar y su hijo viven solos en Montealto, solo con el ingreso de 150 euros mensuales y sin familiares, que se encuentran en otro municipio de la provincia.

Cuenta que ha llamado a las puertas de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de La Carlota, donde “la única solución que me dan es que lleve un contrato de alquiler de una vivienda para que la administración pueda hacerse cargo del pago del mes de octubre. ¿Pero crees que si pudiera hacer un contrato de alquiler me iba a ver en esta situación?”, pregunta en voz alta desesperada.

En estos días ha intentado buscar una vivienda que alquilar en el pueblo, pero con la falta de ingresos, le ha sido imposible. De momento, no sabe dónde pasará la próxima noche a su desahucio. Ha conseguido, al menos, guardar sus pertenencias “en un local que me han prestado”.

Y, sin tiempo para más, piensa en que este jueves no tendrá otra que “salirme a la calle”. Mientras, Pilar y la plataforma Stop Desahucios de La Carlota intentan, a contrarreloj, buscar una salida y que las administraciones les ofrezcan una solución urgente.

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