De desahuciada a empresaria en un año
En el verano de 2015, María Ángeles Sánchez y sus dos hijas descontaban los días del calendario con angustia ante la llegada de la fecha señalada por un juez para desalojar el piso en que vivían. La joven no podía hacer frente al pago del alquiler y pensaba que se vería en la calle con las dos pequeñas. Una prórroga del juez en la fecha de desalojo y la insistencia de María Ángeles ante las administraciones para buscar una solución a su situación dio, al fin, resultado. En septiembre de ese año, la Junta de Andalucía le adjudicó una vivienda en alquiler social y la vida de esta joven y sus hijas dio un giro de 180 grados. En poco más de un año, de un desahucio inminente pasó a estabilizar su vida y, ahora, ha montado su propio negocio.
“De hace un año a ahora ha cambiado todo. Se le ha dado la vuelta a la tortilla”, dice mientras confiesa estar “animada y muy contenta” con el proyecto que ha emprendido. En diciembre abrió las puertas de El armario de Edurne, una tienda low cost de ropa, zapatos y complementos que se ha convertido en su medio para salir adelante junto a sus dos niñas.
De pegar carteles de manera desesperada en la fachada del Ayuntamiento y de la empresa municipal de viviendas Vimcorsa pidiendo un alquiler social cuando estaba al borde del desahucio, María Ángeles ha pasado a coger el timón de la vida de su familia y, ahora con un techo seguro al que volver cada noche, desarrollar sus capacidades para vivir dignamente a base de su trabajo.
“Psicológicamente aquella situación no se olvida de un día para otro”, advierte al pensar en el sufrimiento vivido junto a sus dos hijas, ahora de 7 y 4 años de edad. “Pero todo ha cambiado”. A mejor, desde luego.
Durante este tiempo, la joven que ahora tiene 28 años no ha dejado de esforzarse para formarse y trabajar. Auxiliar de clínica, camarera de pisos, limpieza y asistencia a domicilio...han sido algunas de sus ocupaciones intermitentes con períodos en paro. Unos trabajos por horas, mal pagados, y el paro de varios meses que le llevaron al borde del desahucio. Y, como ella misma dice, “el trabajo está como está. Así que me he arriesgado a montar mi tienda. Si no me arriesgo ahora que soy joven....”, reflexiona sobre lo que le empujó a decidirse a montar su propio negocio.
Con el asesoramiento de la Cámara de Comercio realizó el estudio de viabilidad de su idea empresarial y con su ayuda también pudo pedir un crédito para poner en marcha El armario de Edurne. Alquiló un local, lo amuebló y decoró a su gusto y aprendió a autoabastecerse de la mercancía que vende a bajos precios. “Aquí nada supera los 15 euros”, señala como reclamo. Unos meses después, en diciembre de 2016, su tienda era una realidad.
“Voy poco a poco, estoy empezando, pero la Navidad y las rebajas han ido muy bien”,se felicita por la campaña de ventas en que ha iniciado su andadura. “La tienda ha tenido muy buena aceptación entre la gente”, dice sobre los vecinos del barrio de Ciudad Jardín donde tiene ahora su ilusión. Un espacio propio en cuyo escaparate pegar carteles de Ofertas o Rebajas y dejar atrás el de Necesito un alquiler social. Urgente!!! que tuvo que levantar ante las administraciones para visibilizar su situación.
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