En Córdoba se denuncian más de 120 desapariciones de personas al año
En Córdoba se denuncian todos los años la desaparición de unas 120 personas. Este miércoles, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, publicó la estadística de desapariciones a nivel nacional, detallando que en la provincia de Córdoba, a cierre de 2017, se denunciaron 124 desapariciones de personas.
A día de hoy, solo se mantiene la búsqueda activa por cuatro cordobeses desaparecidos de los que se desconoce su paradero. Ángeles Zurera, desaparecida en Aguilar de la Frontera en 2008; a Francisco Molina, desaparecido en Córdoba en 2015; a Francisco Bonilla, desaparecido en Cabra en 2015, y a Rafael Muriel, al que se perdió la pista en Adamuz en 2016.
A nivel nacional, el ministro Zoido ha revelado que el sistema de Personas Desparecidas y Restos Humanos sin Identificar (PDyRH), que entró en funcionamiento en 2010, tiene registradas, a fecha de 31 de diciembre de 2017, un total de 146.042 denuncias sobre desapariciones, de las que sólo permanecen activas 6.053 (748 son anteriores a 2010), lo que supone un 4,14% del total. De esta forma, 139.989 señalamientos han quedado sin efecto y han sido cesados al ser localizadas las personas.
El ministro explicó que del informe que ha presentado se extrae que de las 6.053 denuncias activas, la mayoría de ellas, 5.808 (el 95,95%), se refieren a situaciones de riesgo limitado y 245 a situaciones de alto riesgo (4,04%), de las que 216 son de alto riesgo confirmado y 29 no confirmado, que son aquellas pendientes de confirmación expresa por parte de unidades específicas de la Policía Judicial.
Una desaparición se clasifica de alto riesgo cuando afecta a menores de edad—salvo casos excepcionales en los que es evidente la voluntariedad de la desaparición, como fugas de centros de internamiento o de menores—y las que siendo mayores de edad pudieran sugerir un carácter forzado, como indicios de secuestro, no llegada a un destino sin explicación, desaparición sin portar efectos personales o abandono de un vehículo sin razón aparente.
Las provincias donde se ubican más denuncias activas son Cádiz (1.517), Granada (655), Barcelona (362), Málaga (301) y Madrid (281). En relación a las denuncias calificadas de alto riesgo, las provincias con mayor número de casos son Barcelona (25), Las Palmas (12), Islas Baleares (12), Murcia (10) y Málaga (10).
Asimismo, un 57,24% del conjunto de desapariciones, según el informe presentado por el ministro, corresponde a varones y un 42,76% a mujeres. Además, la mayoría de las desapariciones de alto riesgo denunciadas en España recaen sobre nacionales hasta alcanzar el 82,76% del total. A la vez, las que afectan a ciudadanos de origen extranjero suman un total del 17,24% de las desapariciones de alto riesgo.
El incremento del número respecto al informe del año pasado se debe principalmente, según destacó el ministro, a que se han ido registrando casos que continúan en vigor anteriores a 2010, que es cuando se puso en marcha la base de datos. Y también influye que la utilización del sistema fue progresiva hasta que en 2012 ya estuvo completamente operativo para todos los cuerpos policiales. “Debido a esto la cifra ha aumentado, no porque los casos de personas desaparecidas hayan crecido considerablemente en el último año, sino porque se van sumando casos de años anteriores que aún no estaban registrados”, señaló.
Menores de edad
En cuanto a las desapariciones de menores de edad, las cifras reflejan, tal y como señaló el ministro, que de las 146.042 denuncias, 33.467 corresponden a menores de edad, lo que supone el 22,9% del conjunto registrado.
Por lo que respecta a las denuncias activas (6.053), un total de 2.273 corresponden a menores de edad, lo que equivale al 37,5% del total. Ahora bien, sólo 12 denuncias activas de alto riesgo corresponden, a fecha de 31 de diciembre de 2017, a menores de edad, lo que supone el 5,55% del total de las 216 denuncias clasificadas de alto riesgo confirmado.
Detrás de cada caso hay una persona
“Los datos son importantes, pero siempre tenemos presente que detrás de cada caso hay una persona con nombres y apellidos y una familia angustiada por la desaparición. Igualmente, y aunque desapariciones como la del pequeño Gabriel provocan una gran conmoción por su edad y circunstancias que la rodean, todo el mundo puede tener claro que todos los casos se tratan con el mismo interés y profesionalidad”, afirmó.
Zoido destacó que los desaparecidos, sus familiares y entidades que los representan son la razón de ser del Centro Nacional de Desaparecidos. “A todos ellos les digo que solo puedo prometer que vamos a poner todo de nuestra parte para que vuelvan a abrazarse y que siempre estaremos a su lado”, concluyó.
Los desaparecidos en Córdoba:
ÁNGELES ZURERA
Ángeles Zurera, madre de dos varones de unos 18 y 19 años en el momento de los hechos, desapareció sobre las 15:00 del 2 de marzo de 2008 cuando, tras despedirse de sus hijos, se marchó en un vehículo conducido por un individuo no identificado y dejando en la vivienda sus objetos personales, tales como gafas, lentillas y el Documento Nacional de Identidad (DNI).
Su familia no ha dejado de buscarla. La Guardia Civil tampoco. Se ha buscado en todos sitios y se ha investigado a su exmarido, que llegó a estar imputado pero por un presunto de malos tratos anterior. Hasta ahora, cuando está a punto de cumplirse una década de su desaparición, todas las búsquedas han sido infructuosas. La familia ha reiterado que a estas alturas lo que busca es un cadáver y poder cerrar definitivamente un capítulo que ha convertido en un infierno su vida durante la última década.
FRANCISCO MOLINA
Francisco Molina, el joven de 17 años que el pasado 2 de julio de 2015, salió de su domicilio de Córdoba y su última pista se pierde en la estación de autobuses de la capital cordobesa, donde se montó en un autobús con destino a Madrid. Hasta ahí, no se sabe nada más. Hasta ahora, todo han sido rumores, pistas falsas y expectativas no cumplidas.
Sus padres piden que su búsqueda no se olvide, que se siga recordando su rostro, su imagen, para que si alguien lo ve, sea donde sea, les llame. Desde primera hora, los investigadores consideraron la desaparición de Francisco Molina como inquietante. Este es el término que usan los agentes cuando no se sabe muy bien qué es lo que ha pasado, en este mundo repleto de cámaras de seguridad.
FRANCISCO BONILLA
Francisco Bonilla es vecino de Cabra, de 67 años, cuya familia denunció en junio de 2015 su desaparición. Han pasado dos añosy los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía “no descartan ninguna hipótesis” ante la falta de resultado de los rastreos que se han efectuado en la localidad cordobesa.
La desaparición de Francisco se denunció el día 13 de abril, después de que, según los testimonios recogidos, fuese visto por última vez en compañía de dos personas en las inmediaciones de una huerta de su propiedad, según la información facilitada en su día. Desde entonces, rastreos de voluntarios, efectivos de la Policía Local, Guardia Civil, Policía Nacional, Bomberos, familiares y vecinos de la localidad cordobesa que han dado como único resultado la falta de respuestas.
RAFAEL MURIEL
Rafael Muriel García es un hombre que lleva desaparecido desde el año pasado. El entorno de la familia ha señalado en las redes sociales que la última vez que se le vio fue en los Jardines de la Agricultura, en Córdoba, si bien la Guardia Civil indica que el rastro del desaparecido se pierde en el entorno del hospital de Los Morales.
La denuncia fue presentada en la Comisaría de la Policía Nacional. Fuentes cercanas a la investigación indican que se han hecho batidas de búsqueda en la zona de Los Morales y en la franja baja de la sierra de Córdoba, lindando ya con las urbanizaciones de la ciudad. Hasta el momento no se ha dado con el desaparecido ni con ninguna pista que esclarezca lo ocurrido.
Rafael Muriel García es vecino de Adamuz. Fuentes cercanas a la investigación no han indicado que presente ningún trastorno, aunque tampoco lo han descartado. La última vez que se le vio vestía pantalón vaquero y camiseta blanca. El entorno de la familia pide que si alguien lo ve o tiene alguna noticia de él, avise a las autoridades.
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