Córdoba busca ser centro de la producción 'halal' en España
El investigador de EsadeGeo Tomás Guerrero Blanco considera que la provincia cuenta con todos los elementos para abrir nuevos mercados agropecuarios en los países musulmanes
Los productos halal son los considerados aptos para el consumo por la confesión islámica y Córdoba cuenta con todos los elementos para albergar un clúster halal global similar al que se
implantó hace unos años en Malasia o al que está desarrollando en estos momentos Bélgica, dentro de la UE. Así lo piensa el investigador de EsadeGeo Tomás Guerrero Blanco que, estos días se encuentra en Dubái participando junto a la delegación cordobesa, liderada por Agrópolis y su vicepresidente, Rafael Navas, en el décimo Foro Económico Islámico Mundial. El experto intervino como ponente este miércoles.
Un clúster supondría la concentración de todos los elementos que son necesarios para la puesta en marcha de la cadena de producción de bienes y servicios halal. “Aglutinaría tanto a parte empresarial como la institucional que deben de ir de la mano en un ente público privado donde las instituciones adopten todas las medidas necesarias para facilitar el desarrollo del clúster y que sean las empresas las que relucen la mayor parte de la inversión que se requiere para poder configurar y lanzar el proyecto.
Córdoba es el sitio idóneo para cobijar este clúster. ¿Por qué? “Siempre he hablado del triángulo que dibujan tres ciudades: Córdoba, Málaga y
Granada“, prosigue el experto en un receso del WIEF. ”Las tres conservan fuentes laos culturales y económicos con el mundo musulmán. Creo que este sería el espacio idóneo para poder implantar este conglomerado empresarial“. Guerrero Blanco considera que, además una marca reputada y reconocida que es Alándalus, Andalucía aporta un sector primario -muy dependiente de ayudas públicas fuertes- que con el desarrollo de un clúster de esta naturaleza ”se internacionalizaría para crecer y dar salida a sus productos reorientando parte de la producción hacia mercados de mayoría musulmana: el mercado halal“.
Pero de esta forma, las empresas agrícolas y agropecuarias andaluzas y cordobesas se abrirían también a un mercado abierto sin el paraguas de las subvenciones de la UE y con una fuerte competitividad en precios de países musulmanes productores. “Creo que las empresas españolas deben ir progresivamente enfocándose al sector del lujo y del gourmet porque es ahí donde seguramente tengamos mayores facilidades para colocar nuestros productos”, responde el investigador de EsadeGeo. “Es cierto que los productos españoles van a tener, si no lo tienen ya, problemas en esos países para poder competir con los productos agroalimentarios y competir con los de Marruecos o Bangladesh donde el coste de la mano de obra es muy barato”, razona Guerreo Blanco.
“Por eso creo que nuestras dos bazas son la calidad de los productos y la marca de Alándalus que, en el imaginario colectivo de los musulmanes hace alusión a la época de mayor esplendor del islam de la Edad Media. De esta forma deberíamos reorientar nuestra producción con respecto a los mercados musulmanes hacia segmentos de clase media y clase alta”, prosigue el investigador. En especial, Guerrero Blanco señala que abría que concentrarse en las clases medias emergentes de los países ricos de Oriente Medio y del Sudeste Asiático que disfrutan de un poder adquisitivo creciente. “Sin olvidarnos del segmento del gran lujo que sigue en auge a pesar de la crisis que, en realidad, no la ha sufrido”.
Esta forma de exportar obligará a un cambio en la manera de funcionar de los empresarios agrícolas, aunque muchos ya están dando pasos en este sentido. “No es solo una cuestión de tener un buen producto y de ponerle un precio elevado, yo creo que la comercialización en temas como los embalajes es muy relevante: pequeños formatos, por ejemplo… No podemos competir con la venta a granel, hay que sofisticar su proceso de producción para ofrecer un producto de mayor calidad y justificar el incremento de precio”, avanza el experto. “Hay que buscar unos canales distintos de comercialización, ajustar el formato de los envases, ajustar las fechas de caducidad y llegar al objetivo de colocarlo en ese segmento del mercado donde no es fácil entrar pero donde podríamos justificar el precio”, apuesta Guerrero Blanco.
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