En el corazón de San Pedro

Al tiempo que la plaza comienza a llenarse, la hermandad ultima su cortejo. La luz es todavía clara, como la de una tarde de primavera. Sin embargo, aunque no lo parezca, es otoño ya. Eso sí, está recién iniciada la estación. El sol luce pleno en el cielo como lo hace también Ella en el interior de su templo. Los costaleros aguardan la hora de la salida. A las seis y media las puertas se abren y comienza una procesión que es clara muestra del valor de las tradiciones. Minutos después toma la calle Nuestra Señora del Socorro, que de nuevo recorre las calles de Córdoba y más especialmente el barrio de San Pedro. Este domingo es el último de septiembre, lo que significa que la alcaldesa perpetua de la ciudad recibe la devoción de no pocos a su paso.

En efecto, sobre las seis y media comenzó la salida de Nuestra Señora del Socorro. El desfile vino a ser esta vez el cierre de un intenso mes en que los cofrades de Córdoba, así como los de otras ciudades, vibraron con un acto único como lo fue la denominada Magna Nazarena. También con las procesiones de una semana después y antes con el recorrido por diversos templos de Nuestra Señora de La Fuensanta. El colofón a tan gran período para las hermandades no sólo de la capital sino de la provincia lo puso la reina de San Pedro, que en esta ocasión anduvo con sones de la Agrupación Musical Ecijana Amueci.

La comitiva, que también integraron miembros de otras corporaciones de la ciudad, no realizó el habitual recorrido. Obras en distintas calles hicieron que Nuestra Señora del Socorro tuviera que variar su tránsito por la ciudad. Pero ningún punto referencia faltó. Primero acudió la alcaldesa perpetua de Córdoba a la plaza de San Pedro, por donde caminó ante la basílica menor homónima. Posteriormente buscó Lineros desde Don Rodrigo para alcanzar la plaza del Potro y desde allí marchar hasta La Corredera. Ante el Mercado Sánchez Peña, del que es patrona, caminó de nuevo la Virgen ya con la noche presente. De esta forma, generó intensas emociones en el corazón de San Pedro, engalanado para la cita.