El cartel de 'cerrado' inunda el comercio del centro: “El Covid lo está rematando”
“Antes ya había algunos locales cerrados, pero esto lo está rematando”. “El Covid lo ha rematado”. Estas dos frases muestran un mismo sentir pero son de dos personas distintas. La primera, de Pablo, al frente de una administración de Lotería en la calle Cruz Conde. La segunda, de Juan Antonio, tras el mostrador de una tienda de ropa de caballero en Claudio Marcelo. Ambos ven alrededor cómo crece el número de carteles de Cerrado y Se alquila en los locales de estas dos arterias del centro comercial de Córdoba.
Un paseo por ambas calles se traduce en ver más de 20 locales con la persiana echada. Y alguno otro más, como es el caso del comercio de Juan Antonio, la firma Médula, con el cartel de Liquidación por cierre, descontando los días del calendario del mes de julio para echar el cierre definitivamente tras 25 años en la calle Claudio Marcelo. “Esto no ha vuelto a ser como antes”, dice quien comparte con él mostrador en la tienda, Marisa, que recuerda cómo “el 14 de marzo (día del decreto del estado de alarma) teníamos nuestro escaparate con toda la ropa de la temporada nueva de primavera-verano de las mejores firmas... Se cerró. Volvimos a abrir el primer día que se pudo, creyendo que todo iba a volver como antes, pero esto no ha vuelto”.
En su tienda, los percheros se agrupan bajo carteles de ofertas por liquidación, mientras comentan que la pandemia del Covid-19 ha traído la anulación de bodas y ceremonias, además de reuniones, viajes y congresos de trabajo, actividades de donde salían sus clientes. No hay clientes y, sin embargo, todos los gastos se mantienen, empezando por el alquiler, a precios muy altos en la zona centro de la capital.
Los responsables de este comercio ya piensan en el futuro y en aprovechar las lecciones que el coronavirus también ha traído: “Ahora sabemos que para vender no hace falta estar en Las Tendillas y que también se puede vender on line, por ejemplo”, explican mientras piensan en descansar el mes de agosto y en dar salida a toda la mercancía comprada a través de internet ya en septiembre, mientras ponen en marcha otra forma de su negocio.
Calle abajo y calle arriba, las dos aceras de Claudio Marcelo muestran una docena de escaparates vacíos donde antes había zapaterías, tiendas de ropa y deporte, alguna inmobiliaria o una antigua mercería. Algunos de estos locales ya comenzó el año con el cierre echado, pero la imagen se ha multiplicado tras el estado de alarma por el Covid-19.
“La gente pasea, pero no lleva bolsas, no compra”
Eso mismo es lo que ha ocurrido en Cruz Conde, cuenta Pablo desde su administración de Lotería. Justo a su lado y enfrente tiene varios locales vacíos. Y conoce bien el sentir de los comerciantes de la calle que pasan de vez en cuando a probar suerte en su administración. “La gente pasea pero, mira -dice-, no llevan bolsas. No compran”. La situación “ya venía mal de antes, pero esto lo está rematando”, dice en alusión a la crisis que ha sobrevenido con el coronavirus.
La falta de clientes, como en Claudio Marcelo, se suma al precio de los locales. “Los propietarios se han quedado con los mismos alquileres”, cuenta, sobre una queja generalizada, un precio que se ha mantenido pese a los meses de cierre obligado por el Covid-19 y que “la gente -los comerciantes- no se lo pueden permitir”. La realidad lo muestra así: una quincena de locales han colgado el cartel de Cerrado donde antes había una juguetería, una zapatería, varias tiendas de ropa, una inmobiliaria, una mercería... Y alguno más muestra su interior sin luz y carteles de Liquidación total por cierre.
“Yo tuve que cerrar mi negocio”
Uno de esos locales cerrados en Cruz Conde era el de Ana. “Yo tuve que cerrar mi negocio en enero”. Ella echó la persiana a un comercio de productos de estética y peluquería a comienzos de año, justo después de la campaña de Navidad. Por un local de poco menos de “30 o 40 metros cuadrados”, pagaba un alquiler mensual de 2.500 euros, “con el IVA aparte”, precisa. La falta de afluencia de público y los gastos le hicieron despedirse de su negocio.
Ahora sigue trabajando también en Cruz Conde. Informa y capta a clientes de la calle para un centro de estética y allí ve cómo respira el comercio de esta céntrica vía. “Antes del Covid ya había locales cerrados”, dice con su propio ejemplo, “pero ha subido con la crisis del Covid”, refrenda.
Es la misma percepción la que repiten unos y otros comerciantes de esta zona al contar su experiencia, desde el mostrador de su local, con la persiana a punto de cerrarse para siempre o emprendiendo una nueva vía de empleo. La crisis del Covid-19 ha venido a hundir un poco más la vida comercial de las principales vías del centro.
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