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Un baño por el Universo sin salir de Córdoba (y de paso ver alguna Perseida)

Un grupo de visitantes hace cola para mirar por el telescopio | HAMMAN AL ANDALUS

Alfonso Alba

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El Universo está ahí arriba. Otra cosa es que lo miremos. O que sepamos hacerlo con los ojos con los que lo veían nuestros antepasados hasta hace cinco minutos (antes de que se inventara la televisión o las luces de las ciudades impidiesen ver el firmamento). Pero aún quedan rincones a un salto de la ciudad donde es posible darse un auténtico baño por el Universo, descubrir su inmensidad y, de paso, ver alguna que otra Perseida, esas estrellas fugaces de verano que tanta admiración han despertado desde siempre.

Un nuevo año, Hamman Al Andalus ha organizado un baño diferente, a la luz de las estrellas (y de la Luna, que acabó saliendo), en el parque periurbano de Los Villares. Atraídos por los astrónomos de AstroCórdoba, más de un centenar de personas llenó un autobús y una treintena de coches particulares para en unos minutos desembarcar en un espectáculo que está ahí arriba pero que si no nos lo explican difícilmente vamos a saber qué es lo que está pasando.

Con la excusa de las Perseidas, los profesionales de AstroCórdoba y sus dos impresionantes telescopios fueron detallando en la penumbra de la noche cordobesa qué es lo que podemos ver con nuestros propios ojos, cómo orientarnos en el firmamento de verano, calcular dónde está la Estrella Polar a través de la Osa Mayor, saber diferenciar una estrella de un planeta, descubrir las constelaciones que siempre han fascinado a la humanidad y han despertado su imaginación. ¿Cómo ver un carro, un dragón o un cisne en el firmamento?

Pero a los ojos de una persona del siglo XXI, de un niño y también de sus padres, lo que más fascinaba era el paso de una Perseida. Cuando alguna cruzaba el firmamento se celebraba con increíbles “¡ohs!” que a veces más parecía el canto de un gol en un campo de fútbol, pero que dibujaba un momento mágico en una noche de verano.

No fueron muchas las visibles hasta bien entrada la madrugada, por la presencia de la Luna, el mayor astro, el que nos sigue influyendo generando mareas y, parece ser, provocando partos, el que está ahí al lado, a tiro de piedra para la humanidad (aunque lleve sin pisarlo desde hace 40 años). Pero gracias a AstroCórdoba se vio la Luna como nunca. Sus telescopios apuntaron directamente al satélite para ofrecer otro espectáculo poco visible: el de sus cráteres que simulaban aquella Luna de Meliès.

Pero no solo de estrellas y planetas iba la cosa. También se descubrió el paso de satélites puestos en órbita recientemente, con su ocaso también de luz perdiéndose por el Norte, y, sobre todo, la Estación Espacial Internacional, que da la vuelta a la Tierra cada 90 minutos y que este 11 de agosto cruzó el cielo cordobés desde Sierra Morena y apagándose una vez superado el Sur de la provincia...

Lo dicho: un baño por las Perseidas que acabó en un paseo por ese Universo tan inmenso que está ahí arriba pero al que apenas prestamos atención.

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