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Baena debuta en el Supremo en el caso de la paternidad del Rey

Eduardo Baena, en su etapa al frente de la Audiencia Provincial | MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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El cordobés y expresidente de la Audiencia Provincial tendrá que evaluar, a la vuelta de vacaciones, la demanda que ha presentado Alberto Solá

El magistrado de Puente Genil Eduardo Baena debutará en el Tribunal Supremo con la que puede ser una de sus grandes causas de los próximos meses: la resolución de una demanda de paternidad presentada contra el Rey Juan Carlos, que tras su abdicación ha perdido la inviolabilidad que le otorgaba el cargo. Alberto Solá, un ciudadano mallorquín, considera que es hijo primogénito del Rey y por eso ha presentado una demanda en los tribunales. Tras la abdicación, lo hizo en un juzgado de Madrid, que elevó el caso a la Audiencia Nacional y que finalmente ha acabado enviándolo a la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, en la que se estrenará como magistrado Eduardo Baena a la vuelta de las vacaciones de verano.

Baena, miembro de esta sala, tendrá que decidir si la demanda se admite a trámite o no. El caso será ampliamente debatido. De momento, varios juristas que ya lo han analizado muestran sus dudas. En primer lugar, porque entienden que la supuesta paternidad ocurrió cuando Juan Carlos de Borbón era Príncipe, y no Rey, y en segundo lugar porque el aforamiento podría limitarse exclusivamente a lo que ocurra después de la abdicación real. Alberto Solà, de 56 años y residente en Gerona, intenta desde los años 90 que Don Juan Carlos le reconozca como uno más de sus hijos. Tal y como cuenta el propio Solà, el que por aquel entonces era el príncipe Juan Carlos hizo un viaje desde la academia militar de Zaragoza, donde se encontraba estudiando, a Barcelona. Allí habría conocido a María Bach Ramón, hija de unos conocidos banqueros.

A finales del pasado mes de mayo, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), anunció que el presidente de la Audiencia Provincial de Córdoba, Eduardo Baena, había sido designado para ocupar la plaza de magistrado de la Sala Primera (Civil) del Tribunal Supremo. Pocos días después, el rey Juan Carlos I sorprendía a todos anunciando su renuncia al trono y dejaba en stand-by tanto el nombramiento de Baena, como su relevo al frente del Alto Tribunal cordobés.

Pero la relación entre Eduardo Baena y el todavía monarca va mucho más allá de este parón administrativo. El abril de 1976, el flamante magistrado del Supremo iniciaba su carrera profesional y lo hacía con otros ilustres compañeros como e exministro Juan Alberto Belloch o el  fiscal general del Estado Eduardo Torres-Dulce. Todos formaron parte de un decreto histórico, ya que fue el primero que ratificó el nuevo jefe del Estado, el rey Juan Carlos.

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